Ni ambientadores ni velas: seis trucos para que tu cocina huela siempre bien

Una cocina con buen aroma hace que cualquier hogar sea más acogedor, pero a veces los olores persistentes resultan molestos. Por suerte, existen métodos sencillos para mantener la frescura en este espacio. Aquí te dejamos seis trucos que te ayudarán a mantener un ambiente agradable y libre de malos olores.

El vinagre blanco es un neutralizador natural que combate los olores no deseados. Para aprovecharlo, coloca un cuenco con un poco de vinagre en la encimera o cerca de los electrodomésticos durante la noche. Verás cómo los olores desaparecerán sin necesidad de enmascararlos con fragancias.

El fregadero suele ser una de las fuentes principales de olores en la cocina. Para mantenerlo fresco, mezcla el zumo de un limón con una cucharada de bicarbonato y viértelo en el desagüe. Deja actuar unos 15 minutos y enjuaga con agua caliente. Esta combinación no solo elimina los malos olores, sino que deja un agradable aroma a cítricos.

Si te gustan los aromas cálidos, este truco es ideal para ti. Hierve agua en una olla, añade unas ramas de canela y unos clavos de olor, y deja que el vapor perfume tu cocina. Este sencillo método crea un ambiente acogedor y elimina los olores fuertes que suelen quedar tras cocinar.

Las plantas como la albahaca, el romero o la menta son perfectas para mantener tu cocina fresca. Coloca algunas macetas en la ventana o en la encimera, y disfruta de su fragancia natural. Además, estas hierbas no solo perfumarán tu cocina, también te servirán para darle un toque especial a tus platos.

Muchas veces, la campana extractora es la culpable de que los olores persistan. Para evitarlo, limpia los filtros al menos una vez al mes. Sumérgelos en agua caliente con detergente durante 15 minutos y añade un poco de bicarbonato para deshacerte de la grasa. Mantenerla limpia hará que el aire en tu cocina sea más fresco. Y por último, los aceites esenciales son una opción rápida y efectiva para perfumar el ambiente. Añade unas gotas de tu aceite favorito, como lavanda o cítricos, a un difusor con agua, o simplemente moja un algodón y colócalo en un rincón de la cocina. Estos aromas naturales mantendrán tu espacio siempre fresco y agradable.