Qué es el 'síndrome de Alejandría' y qué hay de real en él
A caballo entre las leyendas medievales y la ciencia, encontramos este curioso síndrome que cada vez parece ganar más adeptos entre las redes sociales
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En la Europa medieval, las historias eran parte del imaginario colectivo, una de esas historias extraordinarias era la del mito del síndrome de Alejandría, una supuesta condición genética que afecta principalmente a mujeres y las dota de rasgos físicos inusuales y capacidades fuera de lo común.
Según la leyenda, esta condición produce cambios drásticos en el color de los ojos, que pasan del color azul a un ligero color violeta. Además, se dice que quienes padecen este síndrome tienen una piel extremadamente pálida, resistente a los efectos dañinos del sol, algo que desde el punto de vista científico es imposible, ya que una piel pálida siempre será más sensible a los rayos del Sol.
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Con el paso del tiempo, el mito del síndrome de Alejandría ha encontrado un lugar en la cultura popular moderna. A pesar de la falta de pruebas científicas, la idea de un trastorno que otorgue juventud y belleza ha llamado la atención en una sociedad obsesionada con la apariencia física y la perfección.
Por tanto, este síndrome refleja las aspiraciones de perfección, en cuanto a belleza se refiere, que han existido a lo largo de la historia pero que se han magnificado en la era contemporánea, donde las redes sociales y las plataformas digitales perpetúan ideales de belleza inalcanzables.
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Este síndrome carece de base científica, según los expertos en genética y dermatología, las características que se le atribuyen no son posibles desde una perspectiva biológica, ya que la resistencia al sol de una piel extremadamente pálida contradice las funciones protectoras de la melanina.
Lo que sí existe es un tipo de melanina, llamada feomelanina, que puede estar presente en algunos tipos de iris, siendo la combinación de diferentes contrastes y tipos de luz lo que pueda dar lugar a que el azul de los ojos varíe hacia tonos violetas.
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Científicamente, los cambios de tonalidades del iris variarán en función de la cantidad de feomelanina presente en ellos, su tamaño, la iluminación, etc. Pero en ningún caso estos rasgos genéticos deben asociarse a antiguas leyendas o mitos.
En la Europa medieval, las historias eran parte del imaginario colectivo, una de esas historias extraordinarias era la del mito del síndrome de Alejandría, una supuesta condición genética que afecta principalmente a mujeres y las dota de rasgos físicos inusuales y capacidades fuera de lo común.