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Estos son dos gestos que puedes cambiar ahora mismo para ser más feliz, según los expertos
  1. Vida saludable
una perspectiva diferente

Estos son dos gestos que puedes cambiar ahora mismo para ser más feliz, según los expertos

Este estudio nos recuerda detenernos, conectar y valorar lo esencial y propone aplicar estos dos sencillos actos

Foto: Sin autoestima no hay felicidad. (Pexels)
Sin autoestima no hay felicidad. (Pexels)

En una época en la que la búsqueda de la felicidad parece ser un objetivo universal, un estudio de la Universidad de Harvard nos invita a reconsiderar nuestras prioridades y a mirar más allá de los estereotipos comunes. Según Robert Waldinger y Marc Schulz, directores del Estudio Harvard sobre Desarrollo en Adultos, la buena vida no se encuentra en evitar las dificultades ni en acumular comodidades. Por el contrario, surge de nuestra capacidad para enfrentar las adversidades inevitables y de habitar con plenitud cada momento de nuestra existencia.

El estudio aborda una idea tan intrigante como reveladora: perseguir la felicidad de manera directa nos aleja de ella. Esta "paradoja de la felicidad" desafía la creencia de que alcanzar un estado de bienestar permanente es cuestión de esfuerzo o planificación. En palabras de los investigadores, la buena vida no es un destino al que se llega, sino un proceso que se desarrolla gradualmente. "La buena vida aparece sin hacer ruido", explican, "a medida que aprendemos a amar, a abrirnos a ser amados y a crecer con las experiencias, tanto en las alegrías como en las adversidades".

placeholder Una de las señales más claras es la felicidad que nos produce esa persona. (Pexels)
Una de las señales más claras es la felicidad que nos produce esa persona. (Pexels)

A pesar de ello, muchas personas caen en la ilusión de que la felicidad es algo que puede comprarse o capturarse al vuelo. Sin embargo, este estudio nos recuerda que lo que realmente da sentido a nuestras vidas son las relaciones significativas, el amor y nuestra disposición para vivir con atención plena y curiosidad. Waldinger y Schulz proponen dos gestos sencillos, pero profundamente transformadores, para cultivar esas conexiones humanas que dan forma a una buena vida. Primero, sugieren hacer preguntas significativas, aquellas que demuestren interés genuino en los pensamientos, emociones y experiencias de los demás. Segundo, destacan la importancia de escuchar con atención plena, sin interrupciones ni distracciones, y con verdadera curiosidad hacia la respuesta.

Estos pequeños actos, aunque parezcan insignificantes, son fundamentales para fortalecer nuestras relaciones. "La buena vida es el camino, no un destino", afirman los autores. "Ese camino incluye a las personas que lo recorren contigo, y a medida que avanzas, cada segundo cuenta para decidir a quién y a qué dedicas tu atención". A lo largo de nuestras vidas, nuestras decisiones diarias sobre cómo invertimos tiempo y energía dan forma a nuestra experiencia. Priorizar las relaciones significativas y cultivar conexiones auténticas no solo enriquece nuestra vida emocional, sino que también nos proporciona propósito y sentido. Según el estudio, estas elecciones, acumuladas con el tiempo, determinan nuestra capacidad de construir una vida plena.

placeholder La felicidad está más cerca de lo que imaginas. (Pexels/Alana Sousa)
La felicidad está más cerca de lo que imaginas. (Pexels/Alana Sousa)

Los autores proponen un ejercicio reflexivo para poner en práctica este enfoque. Invitan a pensar en una persona importante en nuestras vidas, alguien que quizá no sea plenamente consciente del impacto que tiene en nosotros. Reflexionar sobre lo que esa persona significa, cómo ha influido en nuestro camino y qué ha aportado a nuestra vida puede ayudarnos a valorar más nuestras relaciones. Finalmente, sugieren tomar acción: llamar, escribir o decirle directamente cuánto valoramos su presencia. Un gesto tan simple puede estrechar lazos, traer consuelo y profundizar las conexiones humanas.

El Estudio Harvard sobre Desarrollo en Adultos, el más largo de su tipo, ofrece una perspectiva clara: la buena vida no se encuentra en la acumulación de logros individuales ni en el aislamiento, sino en las conexiones humanas que nos sostienen a lo largo de nuestro camino. Amar, permitirnos ser amados y mantenernos curiosos nos prepara no solo para enfrentar los desafíos inevitables, sino también para disfrutar plenamente de las alegrías que la vida ofrece.

En una época en la que la búsqueda de la felicidad parece ser un objetivo universal, un estudio de la Universidad de Harvard nos invita a reconsiderar nuestras prioridades y a mirar más allá de los estereotipos comunes. Según Robert Waldinger y Marc Schulz, directores del Estudio Harvard sobre Desarrollo en Adultos, la buena vida no se encuentra en evitar las dificultades ni en acumular comodidades. Por el contrario, surge de nuestra capacidad para enfrentar las adversidades inevitables y de habitar con plenitud cada momento de nuestra existencia.

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