Marian Rojas Estapé desvela la clave para saborear una vida sin prisa y ser más feliz

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Una interesante reflexión en el momento oportuno. En un mundo que parece diseñado para mantenernos ocupados y distraídos, la psiquiatra Marian Rojas Estapé lanza una invitación transformadora: aprender a detenerse para reconectar con el presente. Según la experta, la aceleración constante de nuestra vida, reflejada en hábitos como el consumo rápido de información, relaciones y hasta alimentos, nos está alejando de la verdadera satisfacción.

Tal y como indica en el vídeo compartido a través de la cuenta de TikTok ‘Mente Brillante’, el fenómeno de la “vida acelerada” no solo se manifiesta en la rapidez con la que hacemos todo, sino también en la presión por estar siempre al tanto de lo que ocurre. Las redes sociales y el miedo a perderse algo (FOMO, por sus siglas en inglés) alimentan esta desconexión emocional, convirtiéndose en una especie de dependencia que nos roba la capacidad de disfrutar los pequeños placeres cotidianos.

De este modo, la propuesta de Rojas es sencilla, pero profunda: frenar, observar y respirar. Inspirada por el concepto holandés de nixen, que se traduce como “no hacer nada” sin culpa, sugiere dedicar momentos específicos al simple acto de estar. Sentarse en silencio, sin una tarea pendiente ni la necesidad de llenar el tiempo, abre una puerta para disfrutar del presente con una nueva perspectiva.

Cabe señalar que este ejercicio no es solo una cuestión de bienestar emocional. Según estudios en neurociencia, la práctica de estas pausas conscientes fortalece la corteza prefrontal del cerebro, ayudando a reducir el estrés y favoreciendo un estado mental más equilibrado. Rojas subraya que no se trata de evitar los recuerdos o preocupaciones del futuro, sino de permitir que esos pensamientos fluyan sin aferrarse a ellos, dejando espacio para la gratitud por lo que sucede aquí y ahora.

Es así como renunciar a las distracciones constantes y a la necesidad de apresurarlo todo puede parecer un desafío, pero los beneficios son claros. Conectar con el presente nos permite redescubrir el valor de lo sencillo: un paisaje, una conversación, un momento de tranquilidad. Para Marian Rojas, este cambio de perspectiva mejora nuestro bienestar, pero también nos acerca a una vida más plena y auténtica, donde el tiempo deja de ser un enemigo y se convierte en un aliado para la felicidad.