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Según un estudio de Harvard dar regalos provoca una mayor felicidad que recibirlos: estos son los motivos
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REGALAR FELICIDAD

Según un estudio de Harvard dar regalos provoca una mayor felicidad que recibirlos: estos son los motivos

Según la ciencia dar regalos podría provocar una mayor felicidad que recibirlos al despertar en nosotros la oxitocina y la dopamina

Foto: Dar regalos produce más felicidad que recibirlos según la Universidad de Harvard. (Pexels)
Dar regalos produce más felicidad que recibirlos según la Universidad de Harvard. (Pexels)

Sentirnos plenos y emocionados al ver la sonrisa de alguien al abrir un regalo nuestro, es más común de lo que creemos. Según investigaciones recientes, el acto de regalar no solo beneficia a quien recibe el presente, sino que tiene un impacto aún mayor en quien lo ofrece. Y, según la ciencia, no se trata solo de una cuestión emocional.

Un estudio de la Universidad de Harvard ha demostrado que las personas experimentan un nivel más alto de felicidad cuando gastan dinero en otros que cuando lo hacen en sí mismas. Esto sucede porque, al dar, se activan áreas del cerebro relacionadas con el placer, la conexión social y la gratificación personal, liberando sustancias como la dopamina y la oxitocina, conocidas como las "hormonas de la felicidad".

placeholder Experimentamos un mayor nivel de felicidad cuando regalamos. (Pexels)
Experimentamos un mayor nivel de felicidad cuando regalamos. (Pexels)

Los expertos llaman a este fenómeno la "alta del ayudante", una respuesta biológica que nos recompensa por realizar actos altruistas. En pocas palabras, nuestro cerebro está programado para sentirse bien cuando hacemos algo por los demás.

No solo los grandes regalos tienen este efecto. Pequeños gestos, como preparar un café para alguien, escribir una nota de agradecimiento o incluso dedicar tiempo para escuchar, también pueden generar esa sensación de bienestar. La clave está en la intención de hacer feliz a otra persona, sin esperar nada a cambio. Además, regalar o tener buenas acciones con alguien pueden fortalecer nuestras relaciones personales. Este gesto refuerza los lazos emocionales, aumenta la confianza y fomenta un sentido de conexión genuina.

placeholder Nos sentimos recompensandos cuando realizamos actos altruistas. (Pexels)
Nos sentimos recompensandos cuando realizamos actos altruistas. (Pexels)

Según la psicología, esto se debería a que el acto de regalar está vinculado a la necesidad de pertenencia y conexión social, que son esenciales para nuestro bienestar emocional. Al dar un presente, transmitimos que valoramos a la otra persona, lo que a su vez mejora nuestra autoestima y nos hace sentir parte de una red de apoyo.

Por otro lado, esta práctica también tiene un componente cultural y evolutivo. En muchas culturas, los regalos simbolizan cuidado, protección y gratitud, lo que refuerza el papel del ser humano como un ser social que prospera en comunidad.

placeholder Es importante pensar qué hará realmente feliz a la otra persona. (Pexels)
Es importante pensar qué hará realmente feliz a la otra persona. (Pexels)

Para potenciar la felicidad al regalar, los psicólogos sugieren que pienses en lo que realmente hará feliz a la otra persona. Un regalo personalizado o hecho a mano puede tener un impacto emocional mayor que uno costoso pero genérico. Por ejemplo, si nuestra mejor amiga ama los libros, regalarle una novela que le recuerde un momento compartido puede ser mucho más significativo que cualquier artículo de lujo. Al final, el valor del regalo no reside en su precio, sino en el amor y la intención detrás de él.

Dar regalos no solo llena de alegría a quienes los reciben, sino que nos brinda una dosis de felicidad difícil de igualar. Por ello, próxima vez que busquemos una excusa para sorprender a alguien, debemos recordar que ese gesto no solo iluminará su día, también hará maravillas por el nuestro.

Sentirnos plenos y emocionados al ver la sonrisa de alguien al abrir un regalo nuestro, es más común de lo que creemos. Según investigaciones recientes, el acto de regalar no solo beneficia a quien recibe el presente, sino que tiene un impacto aún mayor en quien lo ofrece. Y, según la ciencia, no se trata solo de una cuestión emocional.

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