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Este es el motivo por el que tartamudeamos al estar nerviosos, según la psicología
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Este es el motivo por el que tartamudeamos al estar nerviosos, según la psicología

Los problemas con el habla de aspecto temporal pueden estar relacionados con el estrés y la ansiedad, como revelan los expertos

Foto: Descubre las causas que existen tras la tartamudez temporal. (Pexels/Pavel Danilyuk)
Descubre las causas que existen tras la tartamudez temporal. (Pexels/Pavel Danilyuk)

La psicología no solo es una poderosa herramienta para tratar problemas de salud mental, sino también para entender ciertos comportamientos humanos más habituales del día a día. Así, puede ser clave para saber por qué se quita la mirada al hablar con otra persona o por qué tu compañero de trabajo siempre llega tarde a las reuniones.

Un poderoso aliado que también ayuda a comprender por qué existe la tartamudez temporal. Es decir, aquella que hace referencia a una interrupción momentánea en la fluidez del habla, generalmente en situaciones de estrés o ansiedad. Un proceso que suele desaparecer cuando la persona se siente más relajada o siente que ha recuperado el control.

placeholder El estrés y la ansiedad puede provocar tartamudeos temporales. (Pexels)
El estrés y la ansiedad puede provocar tartamudeos temporales. (Pexels)

Más allá de las personas que sufren la tartamudez de forma más frecuente, lo que puede implicar repeticiones de sonidos, bloqueos o prolongaciones de palabras, hay ciertos momentos en los que puede afectar a todo el mundo. Una tartamudez que se denomina temporal para la que existen varias causas subyacentes, muchas de ellas vinculadas al estrés y los nervios, como decíamos hace unas líneas.

Así, un factor importante que afecta con estos problemas del habla son los niveles elevados de estrés. Al sentir nervios, ansiedad o alerta, las áreas del cerebro responsables del control motor del habla, como el córtex motor y el córtex prefrontal, se ven influenciadas por la activación emocional, lo que interrumpe la fluidez del discurso.

Foto: Establecer límites claros con las personas pasivo-agresivas. (Pexels)

"Cuando estamos nerviosos, el sistema nervioso autónomo, responsable de las respuestas involuntarias, se activa, lo que aumenta la tensión muscular, la velocidad del pensamiento y, en algunos casos, causa bloqueos en la articulación de las palabras", revelaba el psicólogo Luis de la Garza en una entrevista para ' Psicología Hoy'. De ahí que esa tensión física y emocional se pueda traducir en un tropiezo en el proceso de comunicación, lo que da lugar a tartamudeos.

Las emociones vinculadas a la tartamudez

Además, la psicología ha identificado una clara relación entre las emociones y la forma en que nos comunicamos. La teoría del procesamiento emocional sugiere que nuestras emociones intensas, como el miedo o la ansiedad, pueden interferir con la fluidez de nuestro discurso. Por ello, cuando una persona se siente vulnerable, insegura o teme a ser juzgada, el sistema límbico, encargado de gestionar nuestras emociones, entra en acción, afectando directamente nuestra capacidad de articular palabras de manera fluida.

Foto: El estrés no es bueno para absolutamente nada. iStock

De hecho, José Martín, profesor de psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, explicaba en 'La Vanguardia' que "el miedo al juicio social y el aumento de la autoconciencia provocan una sobrecarga cognitiva que afecta la coordinación entre la mente y el cuerpo durante el proceso de habla". Un estado de alerta constante obliga a la persona a concentrarse demasiado en lo que está diciendo, lo que genera un círculo vicioso de incomodidad y, en muchos casos, tartamudez.

Sin embargo, se debe tener en cuenta que fenómeno de tartamudez nerviosa no solo tiene raíces psicológicas, sino también biológicas. Dado que cuando estamos nerviosos, se libera adrenalina, lo que incrementa la actividad de los centros cerebrales relacionados con la percepción de amenaza. Esta sobrecarga de energía puede interferir con el habla fluida, ya que la prioridad del cerebro pasa de producir una conversación fluida a manejar el estrés emocional. Además, la tensión muscular asociada con la ansiedad puede afectar la coordinación de los músculos implicados en la producción del habla. El resultado: bloqueos y dificultades para emitir palabras de manera continua.

placeholder El estrés y la ansiedad se vinculan con el tartamudeo temporal. (Pexels/Thiago Matos)
El estrés y la ansiedad se vinculan con el tartamudeo temporal. (Pexels/Thiago Matos)

Si bien el nerviosismo puede ser una causa común de tartamudeo temporal, los expertos también han señalado que la terapia psicológica puede ser una herramienta eficaz para gestionar estos episodios. Especialmente, la terapia cognitivo-conductual (TCC), una de las opciones más recomendadas para quienes enfrentan tartamudez inducida por la ansiedad. Esta terapia ayuda a las personas a identificar los patrones de pensamiento que disparan el estrés y la ansiedad, y ofrece estrategias para reducir la tensión durante situaciones de habla, con ejercicios de respiración profunda o técnicas de relajación muscular.

Aunque, a pesar de que los expertos en psicología aseguren que es un proceso natural del cuerpo ante el estrés, siempre es conveniente analizar cada caso con un profesional médico o de la psicología. No solo para aprender a eliminar esa tartamudez temporal, sino también para eliminar cualquier otro motivo subyacente para que se produzca.

La psicología no solo es una poderosa herramienta para tratar problemas de salud mental, sino también para entender ciertos comportamientos humanos más habituales del día a día. Así, puede ser clave para saber por qué se quita la mirada al hablar con otra persona o por qué tu compañero de trabajo siempre llega tarde a las reuniones.

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