Es noticia
Menú
Estos son los cuatro rasgos más comunes en personas con baja autoestima, según la psicología
  1. Vida saludable
BIENESTAR EMOCIONAL

Estos son los cuatro rasgos más comunes en personas con baja autoestima, según la psicología

En muchas ocasiones, en nuestro día a día, realizamos determinadas acciones que indican que tenemos una autoestima baja o debilitada

Foto: Los cuatro rasgos más comunes en las personas con baja autoestima. (Pexels)
Los cuatro rasgos más comunes en las personas con baja autoestima. (Pexels)

La autoestima no es simplemente “sentirse bien” con uno mismo. Es una especie de termómetro emocional que influye en cómo nos relacionamos con los demás, en las decisiones que tomamos y hasta en cómo nos enfrentamos a los desafíos del día a día. Aunque todos pasamos por momentos de inseguridad, algunas señales pueden indicar que lo que hay detrás es una autoestima debilitada. Por ello, analizamos cuatro rasgos que suelen compartir quienes la tienen más baja de lo que les gustaría.

El primeo es que son personas con una autocrítica constante, siendo sus propias juezas y además, lo hacen de forma dura. No solo se culpan por lo que hacen, sino también por lo que no. Este diálogo interno negativo puede volverse tan habitual que se normaliza, lo que erosiona aún más la confianza en ellas misma. Además, tienen una gran dificultad para aceptar cumplidos, parece un pequeño detalle, pero es algo muy revelador. Cuando alguien con baja autoestima recibe un elogio, tiende a restarle importancia o a desviar la atención: “Fue pura suerte”, “Cualquiera lo habría hecho”, siendo estas algunas de sus frases más recurrentes. Esto no es modestia, sino una incapacidad para reconocer su propio valor. Es como si su mente no pudiera registrar que ha hecho algo bien, y por tanto le cuesta disfrutar de los momentos en los que brilla.

placeholder Sienten una gran necesidad de aprobación externa. (Pexels)
Sienten una gran necesidad de aprobación externa. (Pexels)

A su vez, tienen una necesidad de aprobación y validación externa, algo muy común, pero cuando se convierte en una necesidad constante, puede ser una señal de alerta. Quienes tienen una imagen debilitada de sí mismas suelen tomar decisiones —grandes o pequeñas— en función de lo que otros pensarán. Si no reciben esa aprobación, se sienten desorientadas, como si su valor personal dependiera del juicio ajeno. Asimismo, pueden llegar a tener un gran miedo a equivocarse o a tomar decisiones, llegando a paralizarlas. Prefieren que otros elijan por ellas o simplemente evitar la situación. Esta inseguridad nace de una creencia profunda de que no son “capaces”, aunque tengan las habilidades necesarias. Así, se quedan en su zona de confort, aunque no les guste estar allí.

Cuidar nuestra autoestima no es un lujo, es una necesidad emocional básica. Reconocer estos rasgos es un primer paso para empezar a tratarnos con más compasión y amabilidad. Porque sí, podemos aprender a hablarnos bonito, a creer en nosotros mismas y a caminar con más seguridad, nos beneficiará a la larga en nuestro bienestar emocional.

La autoestima no es simplemente “sentirse bien” con uno mismo. Es una especie de termómetro emocional que influye en cómo nos relacionamos con los demás, en las decisiones que tomamos y hasta en cómo nos enfrentamos a los desafíos del día a día. Aunque todos pasamos por momentos de inseguridad, algunas señales pueden indicar que lo que hay detrás es una autoestima debilitada. Por ello, analizamos cuatro rasgos que suelen compartir quienes la tienen más baja de lo que les gustaría.

Bienestar Vida saludable
El redactor recomienda