Es noticia
Menú
Perfeccionismo, por qué no es tan positivo como muchos creen
  1. Vida saludable
ESTRÉS Y ANSIEDAD

Perfeccionismo, por qué no es tan positivo como muchos creen

Intentar hacer las cosas bien no es lo mismo que ser perfeccionista, esto conlleva una serie de cargas psicológicas que no le hacen bien a la persona

Foto: Perfeccionismo, no siempre tan bueno como pensamos. (Unsplash/Kelly Sikkema)
Perfeccionismo, no siempre tan bueno como pensamos. (Unsplash/Kelly Sikkema)

Se tiende a buscar la perfección en nuestros actos, todo lo que hacemos ha de ser perfecto porque solo así evitaremos los errores, que en ocasiones suponen un disgusto, reprimenda e incluso, en ocasiones, un castigo.

Esta presión externa acompaña desde la infancia, buscando unos rendimientos académicos que cumplan las expectativas de los progenitores, pero no acaban aquí, la encontramos también en el mundo laboral, estableciendo unos objetivos que es necesario cumplir. Para muchas personas, además de esta presión externa, existe también una interna, que empuja a alcanzar sus metas, pero que puede convertirse en su peor enemigo.

placeholder Perfeccionismo, no tan bueno como parece. (Unsplash/Marissa Grootes)
Perfeccionismo, no tan bueno como parece. (Unsplash/Marissa Grootes)

Las personas perfeccionistas en extremo tienen a pensar que todo lo que no alcance esos estándares es un fracaso personal y esto contempla todos los aspectos de su vida, también los más mundanos. Esto hace que todas las tareas se conviertan en un reto, elevando los niveles de ansiedad y estrés del individuo. Tendemos a pensar que el perfeccionismo es bueno, y lo es siempre y cuando no se convierta en una patología.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

Perfeccionismo, ¿qué es?

“El afán de superación, la necesidad de autorrealización, conseguir un buen desempeño de nuestras funciones es algo premiado a nivel social y en parte necesario por la alta competitividad de la sociedad actual en la que vivimos”, aclaran los profesionales del centro de psicología Madrid Cepsim. “Sin embargo, cuando la motivación se convierte en obsesión y la consecución de nuestros objetivos ocupa el primer plano en todos los ámbitos de nuestras vidas, estamos ante un perfeccionismo patológico”.

placeholder Perfeccionismo, no tan bueno como parece. (Unsplash/Ashley Byrd)
Perfeccionismo, no tan bueno como parece. (Unsplash/Ashley Byrd)

Nada de lo que se hace será suficiente para satisfacer los estándares autoimpuestos y cualquier contratiempo se percibe como un fracaso. “El concepto de perfección entendido como la finalización de una tarea de manera correcta se distorsionará y estará situado bajo un foco subjetivo al que la persona añadirá numerosas connotaciones personales desproporcionadas”, continúan explicando.

“Esta tendencia al perfeccionismo ocasionará elevados niveles de estrés emocional en la persona. Por sí solo puede ser muy perjudicial y además puede formar parte de diversos trastornos mentales como por ejemplo: anorexia, bulimia y el trastorno obsesivo compulsivo”.

Causas del perfeccionismo

Las personalidades perfeccionistas tienen su origen en la infancia y las posibles causas suelen estar relacionadas con la educación y las experiencias vividas en esta etapa de la vida, tal y como establece la psicóloga María Macos. Así, es habitual que alguien tenga una personalidad perfeccionista si ha crecido “en un ambiente autoritario basado en una exigencia excesiva”, el bienestar está basado en el logro.

placeholder Perfeccionismo, no tan bueno como parece. (Pexels/cottonbro studio)
Perfeccionismo, no tan bueno como parece. (Pexels/cottonbro studio)

También puede verse en casos en los que se produce una “falta de valoración de los logros, como no haber recibido suficiente refuerzo ni valoración tanto por los logros como por el esfuerzo realizado, lo que puede llevarnos a ser demasiado perfeccionistas con nosotros mismos y a buscar la perfección en lo que hagamos”. Suele verse cuando los padres son demasiado perfeccionistas, “crecer en un ambiente donde nuestros modelos son así, nos puede llevar a interiorizar ciertos patrones o creencias acerca del perfeccionismo”.

“Una baja autoestima, o falta de confianza en uno mismo, puede llevar a la necesidad de conseguir la perfección para estar satisfecho con el esfuerzo”, explica la experta. También en casos “donde la persona se ha sentido infravalorada o criticada en exceso, ya sea en el ambiente familiar, o en el escolar o social”. Este tipo de experiencia negativa o trauma, suele producir personalidades de este tipo.

Consecuencias del perfeccionismo

“La persona perfeccionista nunca se llega a sentir del todo satisfecha cuando consigue un logro, por esto sus sentimientos de fracaso pueden llevarle a desarrollar una autoestima baja”, explica el psicólogo Guillermo Orozco, quien continúa explicando que “el perfeccionista suele sentir culpa al no estar satisfecho con su desempeño en los objetivos y expectativas marcadas”.

placeholder Perfeccionismo, no tan bueno como parece. (Pexels/Liza Summer)
Perfeccionismo, no tan bueno como parece. (Pexels/Liza Summer)

Las personas perfeccionistas tienden a caer en el pesimismo y por no ser capaces de alcanzar los estándares que se proponen. “Al no conseguir lo que se proponen, porque es imposible de conseguir, su estado de ánimo derivará hacia la tristeza y depresión”, establece.

La procrastinación es un comportamiento muy frecuente entre personas perfeccionistas, “sienten preocupación y miedo de equivocarse al realizar una tarea, pueden pensar que la actividad requerirá mucho tiempo y no serán capaces de hacerla perfecta y, si al final no sale como le gustaría, el perfeccionista se puede consolar pensando en que no tuvo el tiempo suficiente para hacerlo y no por falta de capacidad”.

Son personas muy rígidas y nada espontáneas, “o las cosas se hacen perfectas o no se hacen, la relativización no forma parte de sus estrategias de afrontamiento”. Además de rígido, “el perfeccionista suele ser muy obsesivo, ya que quiere tenerlo todo bajo control”. Puede perder la confianza en sí mismo, porque cree que nunca consigue alcanzar sus objetivos, puede sufrir aislamiento social y pérdida de amigos, por su competitividad.

placeholder Perfeccionismo, no tan bueno como pensamos. (Pexels/cottonbro studio)
Perfeccionismo, no tan bueno como pensamos. (Pexels/cottonbro studio)

Tiene consecuencias a nivel social y emocional, como hemos visto, pero también a nivel físico, “la persona perfeccionista suele sufrir cansancio crónico, tensión muscular y problemas digestivos”. Por eso lo mejor es consultar con profesionales si nos vemos reflejados, que nos ayuden a superar una situación que puede ser un problema en nuestro día a día.

Se tiende a buscar la perfección en nuestros actos, todo lo que hacemos ha de ser perfecto porque solo así evitaremos los errores, que en ocasiones suponen un disgusto, reprimenda e incluso, en ocasiones, un castigo.

Vida saludable Salud mental Salud
El redactor recomienda