El método noruego Koselig: cómo tener una casa en orden y sin estrés
Cambia tu manera de ver el mundo y la forma en la que decoras tu casa, y déjate seducir por el método Koselig para lograr una vida alejada del estrés y la ansiedad
Una vida en calma es el objetivo de la mayoría de las personas y para conseguirla hay que coordinar diferentes aspectos. Por una parte, hay que cuidar nuestro cuerpo, por lo que un poco de ejercicio físico y una buena alimentación son un gran primer paso. Por otra, la salud mental adquiere cada vez un mayor protagonismo en nuestras vidas, y cuidarla y preocuparnos por ella hace tiempo que dejó de ser un tabú.
Sin embargo, también nuestro entorno resulta imprescindible. Crear el espacio adecuado donde sentirnos en paz, un hogar organizado, ordenado y limpio, una casa que se convierta en nuestro refugio, y eso lo podemos lograr gracias a la decoración, con elementos que se ajusten a lo que esperamos de nuestra casa y con complementos que nos ayuden a crear espacios de paz y tranquilidad.
Desde Noruega nos llega una filosofía de vida con la que entender el mundo, y nuestro hogar, sin prisas. Huyendo del estrés, el método Koselig noruego busca que nuestra casa se convierta en nuestro mejor refugio. Un movimiento vital que se podría equiparar, haciendo un ejercicio un poco libre de traducción, con crear ambientes acogedores a nuestro alrededor.
Disfrutar de la naturaleza, apreciar su belleza y agradecer el momento actual, como también nos enseña la meditación, compartir momentos con familiares, amigos y seres queridos, hacer que cada instante cuente. Se podría parecer ligeramente al estilo hygge escandinavo, pero hay mucho más de este método de lo que parece a simple vista. Y no solo podemos aplicarlo en nuestra vida para ser un poco más felices, también podemos emplearlo en nuestro hogar de forma habitual.
El Koselig busca la calma, la tranquilidad y los ambientes acogedores y agradables, y el primer paso para poder conseguir eso en nuestra casa es apostar por el orden. Un espacio ordenado nos ayudará a tener una mente ordenada; además, es clave para ahorrar un poco de tiempo, que no tendremos que perder en tareas tan banales como buscar las llaves antes de salir de casa o preguntarnos dónde hemos puesto la cartera.
Estos ambientes acogedores tienen un espacio para cada cosa, optando por prescindir de todas aquellas que, como diría Marie Kondo, no nos aportan felicidad. Tendemos a acumular cosas, pero guardar aquello que no queremos o no necesitamos y nunca lo haremos es una de las formas más sencillas de lograr que nuestra casa se desordene con facilidad. Evidentemente, también tendremos que deshacernos de todo aquello que esté en mal estado, roto o pasado de fecha, en el caso de los alimentos.
Esta limpieza de invierno, porque esta es la época perfecta para abrazar el Koselig en nuestras vidas, es el primer paso que necesitamos para reconstruir nuestra casa en torno a esta nueva filosofía. Porque no estamos hablando de una suerte de estilo minimalista, ni mucho menos, sino de convertir la casa en la que vivimos en nuestro refugio perfecto en el que compartir instantes, recuerdos y alimentos con las personas que son importantes para nosotros.
Para crear esta sensación, la luz juega un papel clave y la podemos conseguir gracias a lámparas auxiliares que nos aporten luz de ambiente, pero también con velas. Estas, además de conseguir la iluminación agradable que buscamos, pueden sumar valor añadido. Si se trata de ejemplares con un aroma determinado, estaremos ganando ese recuerdo olfativo y con sus llamas estamos consiguiendo que la sensación sea más cálida, aunque no sea un efecto real. Quienes tengan chimenea seguro que disfrutan encendiéndola.
Los complementos que se incorporan en los hogares Koselig también están pensados para hacer que los meses de invierno sean más llevaderos, logrando hacernos sentir abrazados y protegidos. Así encontramos las mantas gruesas, los cojines de texturas suaves o las mullidas alfombras que cubran los suelos. También es clave cambiarnos al llegar a casa, prescindiendo de la ropa de calle y los zapatos (que traen suciedad del exterior al hogar que con tanto mimo hemos limpiado), sustituyéndolos por confortable ropa de estar en casa.
Los noruegos están acostumbrados a los largos inviernos, por eso dedican un pequeño rincón de sus espacios a su zona de ocio, un lugar en el que poder envolverse en una manta y con un chocolate caliente servido en una taza elaborada de forma artesanal, sentarse a leer su novela preferida. Este tipo de detalles son importantes porque tener en casa elementos que para nosotros tengan un significado nos ayudará a amarla más.
El Koselig se convierte en una filosofía que abarca la decoración, apostando por elementos agradables y cálidos, de materiales naturales y en tonos neutros, pero también se refiere a nuestra forma de ver el mundo, apostando por la tranquilidad y la calma, escogiendo saborear los momentos que pasamos en soledad y disfrutar aquellos en los que estamos acompañados.
También afecta a nuestro modo de organizar nuestra casa, haciendo un poco cada día para mantener ese orden que nos ayuda a calmar la mente, en lugar de dejar que reine el desorden. Una manera de agradecer la vida.
Una vida en calma es el objetivo de la mayoría de las personas y para conseguirla hay que coordinar diferentes aspectos. Por una parte, hay que cuidar nuestro cuerpo, por lo que un poco de ejercicio físico y una buena alimentación son un gran primer paso. Por otra, la salud mental adquiere cada vez un mayor protagonismo en nuestras vidas, y cuidarla y preocuparnos por ella hace tiempo que dejó de ser un tabú.