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¿Qué es un bloqueo mental? Cinco técnicas para mantener tu mente en movimiento, según la psicología
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DESBLOQUEA LA MENTE

¿Qué es un bloqueo mental? Cinco técnicas para mantener tu mente en movimiento, según la psicología

Sufrir un bloqueo mental es mucho más común de lo que pensamos y suele estar unido a la ansiedad y al estrés. Por ello, debemos conocer las técnicas para pararlo

Foto: ¿Qué es un bloqueo mental? (Pexels)
¿Qué es un bloqueo mental? (Pexels)

Estar en medio de una tarea importante o una conversación crucial y que, de repente, nuestra mente se quede en blanco, es mucho más común de lo que parece. Es como si un muro invisible apareciera de repente y bloqueara todo pensamiento claro. Esto es lo que se conoce como bloqueo mental y puede llegar a resultar frustrante y debilitante si no se sabe gestionar.

Un bloqueo mental es una interrupción temporal de los procesos cognitivos. Se manifiesta cuando, pese al esfuerzo consciente, la mente no consigue avanzar o concentrarse. Puede estar originado por estrés, ansiedad, presión externa, miedo al fracaso o exceso de autocrítica, y es muy frecuente en entornos laborales exigentes o durante situaciones académicas estresantes. Pero más allá de sus causas, lo importante es reconocer que el bloqueo no significa incapacidad: es una señal del cerebro pidiendo una pausa, un cambio de ritmo o una gestión emocional más amable.

placeholder Debemos realizar una respiración consciente. (Pexels)
Debemos realizar una respiración consciente. (Pexels)

Aunque no hay una fórmula mágica para evitar estos episodios, existen herramientas muy eficaces para prevenirlos o salir de ellos rápidamente. Por ello, compartimos cinco estrategias respaldadas por psicólogos y expertos en bienestar mental. La primera de ellas es la respiración consciente, es decir, no se trata solo de inhalar y exhalar, sino de conectar con nosotros, ayudando a oxigenar mejor el cerebro y reducir el nivel de activación del sistema nervioso. Tres minutos de respiración lenta pueden desbloquear más que una tarde entera frente al ordenador. Por otro lado, cuando el cerebro se “congela”, seguir forzando no suele ser buena idea. Por ello debemos levantarnos, caminar un poco, estirar los brazos o salir a tomar el aire. Una pausa activa puede ayudar a reorganizar las ideas y refrescar la mente. Asimismo, también es muy importante cambiar el foco, es decir, mirar el problema desde otro ángulo. Cambiar de actividad durante unos minutos o usar el pensamiento lateral (por ejemplo, hacer asociaciones libres o juegos de palabras) permite desbloquear rutas mentales rígidas. También debemos cuidar nuestro diálogo interno, es decir, controlar esa vocecilla que nos dice que no vamos a poder y que la mayoría de veces es la causa de nuestro bloqueo. Practicar un lenguaje interno más amable y flexible puede reducir la presión autoimpuesta y abrir el camino al flujo creativo. Por último, pero no menos importante, debemos escribir todo lo que pensamos (aunque sea caótico), poner todo lo que nos ronda por la cabeza sin filtro ni orden lógico (lo que se conoce como “escritura libre”). Este ejercicio nos puede ayudar a descargar tensiones y detectar pensamientos repetitivos que están obstaculizando nuestra concentración.

La clave para evitar bloqueos no está en exigirle más a nuestra mente, sino en aprender a escucharla y acompañarla. No somos menos competentes por tener momentos de parálisis. Al contrario: identificar y manejar esos momentos con herramientas adecuadas es una muestra de inteligencia emocional. Por tanto, en un mundo en el que se premia la productividad constante, permitirnos parar, respirar y reajustar es, sin duda, un acto de autocuidado.

Estar en medio de una tarea importante o una conversación crucial y que, de repente, nuestra mente se quede en blanco, es mucho más común de lo que parece. Es como si un muro invisible apareciera de repente y bloqueara todo pensamiento claro. Esto es lo que se conoce como bloqueo mental y puede llegar a resultar frustrante y debilitante si no se sabe gestionar.

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