Miguel Assal, experto en primeros auxilios: "Cuando una persona se está atragantando y está tosiendo es porque hay paso de aire todavía"
Una merienda aparentemente inocente puede convertirse en cuestión de segundos en una situación crítica
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F431%2F75b%2Fcf8%2F43175bcf81017d0696917a4a2a7eaf59.jpg)
Uvas, tomates cherry o frutos secos que se ofrecen sin pensar demasiado pueden ser un auténtico riesgo, sobre todo en niños pequeños. Miguel Assal, experto en primeros auxilios, insiste en que muchos de estos incidentes son evitables si se actúa con conocimiento y se corrigen algunos errores muy comunes.
Uno de los gestos más extendidos es dar palmaditas en la espalda a alguien que se está atragantando. Aunque la intención sea buena, Assal lo deja claro: si la persona tose, es que aún puede respirar. En ese momento, lo más prudente es dejar que el cuerpo intente expulsar el objeto por sí solo.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F93c%2Fed0%2Fb8c%2F93ced0b8c2a28834d1afae3a14ab8e76.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F93c%2Fed0%2Fb8c%2F93ced0b8c2a28834d1afae3a14ab8e76.jpg)
“Cuando una persona se está atragantando y está tosiendo es porque hay paso de aire todavía”, explica. Si se le golpea la espalda, el objeto puede desplazarse y bloquear por completo la vía aérea, lo que convierte una situación de riesgo moderado en una emergencia.
En la mayoría de los casos, ya sea un niño o un adulto, la tos es suficiente para resolver el atragantamiento sin necesidad de intervención externa. Solo cuando desaparece el sonido, la piel cambia de color y aparecen signos de asfixia evidentes —ojos muy abiertos, lengua hacia afuera, piel amoratada—, es cuando hay que actuar de inmediato con una maniobra de desobstrucción, como la de Heimlich.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F77b%2F362%2Fd95%2F77b362d95470358080c01fe331a58685.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F77b%2F362%2Fd95%2F77b362d95470358080c01fe331a58685.jpg)
Más allá de cómo intervenir, Assal pone el foco en algo fundamental: la prevención empieza en casa. Advierte sobre alimentos aparentemente inofensivos pero muy peligrosos por su forma o textura. Las uvas y los tomates cherry, por ejemplo, deberían cortarse en cuartos, en forma de gajo o alargados, para evitar que encajen perfectamente en la tráquea. Lo mismo ocurre con las zanahorias crudas y los frutos secos, que no deberían ofrecerse enteros a los niños pequeños.
Además, recomienda un truco sencillo para evitar riesgos con objetos: el del rollo de papel higiénico. Si un juguete o pieza cabe por el hueco del cartón, no debería estar al alcance de un niño. La apertura de su boca es similar en tamaño y un objeto de esas dimensiones podría bloquear su vía aérea incluso sin que llegue a tragárselo.
Uvas, tomates cherry o frutos secos que se ofrecen sin pensar demasiado pueden ser un auténtico riesgo, sobre todo en niños pequeños. Miguel Assal, experto en primeros auxilios, insiste en que muchos de estos incidentes son evitables si se actúa con conocimiento y se corrigen algunos errores muy comunes.