María Leyva, experta en sueño infantil: “El objetivo no es que (el niño) duerma toda la noche de golpe, sino que sepa volver a dormirse solo”
Dormir bien no es cuestión de suerte, sino una habilidad que se aprende desde los primeros meses
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A las puertas de otro verano, muchas familias siguen arrastrando noches en vela sin saber muy bien cómo ponerles fin. La protagonista de esta historia, María Leyva, conoce bien esa sensación. Madre de tres hijos y profesora de educación infantil, decidió convertir su experiencia personal con el insomnio infantil en una vocación: ayudar a otras familias a dormir mejor. Así nació “Siete y a dormir”, un gabinete de asesoría de sueño que desde 2022 ha transformado el descanso de cientos de hogares.
“Dormir no es un lujo, es una necesidad fisiológica para toda la familia”, sentencia Leyva, quien se formó en el prestigioso Family Sleep Institute, donde aprendió los fundamentos del sueño infantil, rutinas saludables y el impacto del apego y la lactancia en el descanso.
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Para muchas madres primerizas, el sueño de sus bebés sigue siendo un misterio. “Antes del nacimiento te informas sobre lactancia, ropita, el parto… pero del sueño apenas sabes nada. Parece que si tu bebé duerme bien es suerte, y si no, te aguantas”, cuenta Leyva. Lo cierto es que el sueño infantil se puede trabajar. Es una habilidad, como aprender a andar o a hablar, y como tal, requiere acompañamiento y constancia.
De hecho, Leyva insiste en que “dormir es una habilidad que se enseña, igual que caminar o hablar”, y que cuanto antes se empiece a ayudar al niño a dormir de forma autónoma, más fácil será para todos.
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¿Y qué pasa si se despierta llorando?
Muchos padres tienen miedo a que su bebé llore, y tienden a acudir al instante con el pecho, el biberón o los brazos. Leyva explica que si siempre se recurre al mismo recurso, se genera una dependencia difícil de romper. “Hay que enseñarles a dormirse sin apoyos externos, desde el respeto y sin dejarles llorar sin consuelo. No se trata de dejarles solos hasta que se rindan, sino de acompañarlos y darles seguridad mientras aprenden”.
Como aclara la experta, el objetivo no es que el bebé duerma 12 horas seguidas sin moverse, sino que si se despierta —algo natural a su edad—, aprenda a volver a dormirse por sí mismo sin necesidad de ayuda externa.
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Cuatro claves para dormir mejor
A lo largo de su experiencia, María Leyva ha ido afinando una serie de pautas que, combinadas con un seguimiento personalizado, suelen dar excelentes resultados. Aquí van algunas de ellas:
- Establecer una rutina diaria constante, ya que los niños necesitan anticipar lo que va a pasar para sentirse seguros. “Las rutinas preparan al bebé para que descanse mejor”, asegura.
- Cuidar el ambiente: oscuridad total para los más pequeños, una temperatura entre 19 y 22 grados, y la ayuda del ruido blanco —un sonido que imita lo que el bebé escucha en el útero y lo relaja profundamente—.
- Evitar dejarles llorar solos. “Nunca hay que dejarles llorar hasta que se cansen. Acompañar el llanto, validar sus emociones y mantener la calma es clave para enseñarles a dormir sin traumas”.
- Ser coherentes. Según Leyva, la constancia es la base de cualquier cambio. Si cada día se actúa de forma distinta, se confunde al niño y se refuerzan los hábitos que se quieren eliminar.
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Cada niño es un mundo, insiste la asesora, y por eso sus planes de sueño son totalmente personalizados. Se basan en un estudio previo de la rutina familiar, hábitos de alimentación, horas de siesta y temperamento del bebé. A partir de ahí, se definen objetivos semanales y se realiza un seguimiento cercano y constante.
Y si alguien duda del impacto de dormir bien, solo hay que ver lo que sucede cuando se logra: “No le puedo asegurar a nadie que su hijo vaya a dormir toda la noche del tirón, lo que sí puedo afirmar es que sus noches van a cambiar y que vamos a disminuir al máximo esos despertares nocturnos”.
A las puertas de otro verano, muchas familias siguen arrastrando noches en vela sin saber muy bien cómo ponerles fin. La protagonista de esta historia, María Leyva, conoce bien esa sensación. Madre de tres hijos y profesora de educación infantil, decidió convertir su experiencia personal con el insomnio infantil en una vocación: ayudar a otras familias a dormir mejor. Así nació “Siete y a dormir”, un gabinete de asesoría de sueño que desde 2022 ha transformado el descanso de cientos de hogares.