El filósofo Aristóteles ya afirmaba que el ser humano es un “animal social”.Vivimos rodeados de personas y gran parte de nuestra satisfacción vital depende de cómo nos relacionamos. Sin embargo, esa misma necesidad de pertenecer puede volverse una trampa. Arthur Brooks, catedrático de la Universidad de Harvard y uno de los divulgadores más reconocidos sobre ciencia de la felicidad, advierte que “la presión por encajar puede alejarnos de la autenticidad y, con ello, de la felicidad”.
En su reciente columna para The Atlantic, Brooks aborda el fenómeno de la ilusión colectiva: esa situación en la que muchas personas comparten una opinión, pero callan porque creen que son las únicas que la tienen. “Todos aceptamos cierto grado de conformismo para convivir, pero cuando ese silencio se convierte en norma, estamos ante un problema de bienestar”, señala.
Arthur Brooks (Twitter @arthurbrooks)
Un estudio del think tank Populace, citado por Brooks, ilustra el alcance del fenómeno: el 61% de los encuestados admitió autocensurarse por miedo a ser juzgado. La situación se acentúa entre los más jóvenes. En el caso de la Generación Z, el 48% aseguró estar a favor de las cuotas de género cuando respondía en público, pero solo el 15% lo mantenía en privado.
En su artículo titulado La felicidad de elegir caminar solo, el académico propone tres pasos para liberarse de estas trampas sociales. Primero, evitar las mentiras piadosas que contradicen nuestras convicciones. Segundo, reinterpretar la independencia no como aislamiento, sino como fortaleza personal. Y tercero, tomar distancia de quienes invalidan nuestras ideas sin necesidad de enfrentarlos.
El filósofo Aristóteles ya afirmaba que el ser humano es un “animal social”.Vivimos rodeados de personas y gran parte de nuestra satisfacción vital depende de cómo nos relacionamos. Sin embargo, esa misma necesidad de pertenecer puede volverse una trampa. Arthur Brooks, catedrático de la Universidad de Harvard y uno de los divulgadores más reconocidos sobre ciencia de la felicidad, advierte que “la presión por encajar puede alejarnos de la autenticidad y, con ello, de la felicidad”.