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Lucía Etxebarria: "Yo no pincho por dinero, no soy Kiko Rivera ni Sofía Cristo"
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GANADORA DEL PREMIO PLANETA

Lucía Etxebarria: "Yo no pincho por dinero, no soy Kiko Rivera ni Sofía Cristo"

Muy a su pesar, la escritora con Premio Planeta vuelve a estar en el centro de la polémica. “Se ha metido a DJ porque no tiene un duro”, dicen. Etxebarria responde

Foto: La escritora Lucía Etxeberria en una imagen de archivo (Gtres)
La escritora Lucía Etxeberria en una imagen de archivo (Gtres)

Menos que es drogadicta, de ella han dicho de todo. Lo último, que se ha reconvertido en DJ para enjuagar una serie de deudas que la persiguen desde hace años. No le parecería tan grave (al fin y al cabo, hace año y medio participó en un reality) de no haber ido la supuesta noticia acompañada de litros de vodka con naranja y orines en la calle. De inexactitudes demográficas y de agravios a las lectoras de nuestra premio Planeta más controvertida. No por su literatura, cuyo talento está fuera de duda, sino por lo que dice cuando no escribe. Lucía Etxebarria no se calla. No cuando cree que algo es injusto. Y en esta ocasión, está dispuesta a demandar.

Pregunta: Explíqueme cómo una ganadora del Premio Planeta acaba poniendo discos en un pub de Granada. Fue el sábado pasado.

Respuesta: Empecemos porque yo he pinchado desde jovencita. Lo hacía en un bar de Madrid que aún existe y que se llama Honky Tonk, y a veces también en otros ya desaparecidos como el Louie Louie o El Sol de Mahón. En fin, en bares de Malasaña. Por entonces solo había dos chicas que pinchábamos en Madrid: Pilar de Haya y yo. Soy muy consciente de que en mi caso funcionaba el plus de que era raro ver pinchar a una chica y que además yo entonces era muy guapa.

P: ¿Por qué no siguió?

R: No vivía de ello, por supuesto. Cuando empecé a trabajar en la industria musical (trabajé para Nuevos Medios y para Sony Music) dejé de pinchar porque entre mi trabajo como camarera y las dos carreras que estudiaba, no me daba tiempo a otra cosa.

P: Es decir, que su relación con la música o con los discos al menos, viene de antiguo.

R: Mi hermano no suele decir que es mi hermano ni yo suelo decir quién es él, ni siquiera usamos el mismo apellido, pero él lleva cuarenta años en la industria musical, 20 de ellos en EEUU, y ha sido productor de gente muy importante Los que me conocen saben de sobra quién es. Como alguna gente sabe, yo misma trabajé también en industria musical mucho tiempo. De hecho, compuse todas las canciones de mi última obra de teatro. También pinchaba en mi propio bar, La Ventura. Es decir, claro que tengo formación musical (estudié solfeo, aunque no acabé) y acceso a tecnología musical desde muy pequeña.

P: Volvamos a Granada. ¿Qué le lleva a poner música en un club de allí?

R: Uno de mis mejores amigos, Ramón, tiene un pequeño club junto con cuatro socios. No son “empresarios”. Cada uno tiene su propio trabajo al margen, pues no es un club al uso sino es un espacio cultural. Lo montaron por amor al arte, porque en Granada no había ningún establecimiento de esas características. Desde luego, ninguno de los cuatro socios vive de ello. Durante dos años me ha estado pidiendo por favor que baje a Granada a pinchar. Al final le dije que sí.Cuando accedí, Ramón colgó un tuit en el perfil de la sala Polaroid anunciando que yo iba a pinchar allí.

P: ¿Cómo se hizo de dominio público?

R: Un medio publica la siguiente noticia: que me he hecho DJ por problemas económicosy voy a pinchar en una sala de 300 personas. Y que me uno al club de Kiko Rivera, Sofía Cristo y no sé quién más.

P: ¿Y no es verdad, al menos en lo que se refiere a la parte económica?

R: Uno: como te he dicho antes, yo no me he "hecho DJ". Dos: no cobré por pinchar en la Polaroid, con lo cual en el caso de que tuviera problemas económicos, no sé cómo iba a solucionarlos por esa vía. Tres: Sofía Cristo y Kiko Rivera tienen representante, cobran muy bien y pinchan progressive y house comercial. Yo pincho música que no tiene nada que ver con eso. Desde grupos de Manchester a house de Chicago, pasando por Raffaella Carrá remezclada, Lush o Stereolab. Pincho también tecno japonés y música brasileña. Normalmente hago sesiones absolutamente eclécticas para disfrute y diversión de mis amigos. Nada que ver con pinchar progressive en clubes enormes.

P: Pero la misma noticia se ha visto reproducida en diversos medios...

R: Así es. Repiten la misma historia. En cualquier caso, ya puestos, si algún empresario estuviese dispuesto de verdad a pagarme una millonada por pinchar progressive, no te digo yo que no lo haría. Tengo una Numark Mistrack en casa y un Roland JD del año de la Tana que ahora queda así como muy vintage y muy techno pizzicato. Pero dado que no estoy ni de lejos tan buena como Sofía Cristo y mi atractivo es bastante diferente del de Kiko Rivera, mucho me temo yo no resultaría nada interesante en el circuito de clubes por el que ellos se mueven. Apréciese la ironía, por favor.

Menos que es drogadicta, de ella han dicho de todo. Lo último, que se ha reconvertido en DJ para enjuagar una serie de deudas que la persiguen desde hace años. No le parecería tan grave (al fin y al cabo, hace año y medio participó en un reality) de no haber ido la supuesta noticia acompañada de litros de vodka con naranja y orines en la calle. De inexactitudes demográficas y de agravios a las lectoras de nuestra premio Planeta más controvertida. No por su literatura, cuyo talento está fuera de duda, sino por lo que dice cuando no escribe. Lucía Etxebarria no se calla. No cuando cree que algo es injusto. Y en esta ocasión, está dispuesta a demandar.

Kiko Rivera
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