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Astrid Gil-Casares, exmujer de Rafael del Pino: “Me ha hecho mucho daño”
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SE TATÚA PARA NO OLVIDAR EL DOLOR

Astrid Gil-Casares, exmujer de Rafael del Pino: “Me ha hecho mucho daño”

La exmujer del dueño de Ferrovial explica por qué ha decorado su piel con tatuajes y qué relación guardan estos detalles con su exmarido, del que aún trata de divorciarse en un proceso judicial

Foto: Astrid Gil-Casares en una imagen de su reportaje para 'Vanity Fair'.
Astrid Gil-Casares en una imagen de su reportaje para 'Vanity Fair'.

Astrid Gil-Casares ha decidido romper su silencio y contar qué ha pasado en su matrimonio con Rafael del Pino, dueño de Ferrovial, para que este llegase a su fin hace poco menos de un año. Aún siguen litigando para establecer qué les corresponde a cada uno y cómo salen indemnes de un proceso de divorcio que siempre deja heridas abiertas. Ella, estas marcas en el corazón, las exterioriza en su piel a modo de tatuajes, que desde hace unos años decoran sus brazos a modo de recuerdo de aquello que jamás está dispuesta a olvidar, entre ello, su fracasado matrimonio con el empresario, como así ha reconocido en una amplia entrevista concedida a la revista 'Vanity Fair'.

Foto: Rafael del Pino y Astrid Gil-Casares en un fotomontaje de Vanitatis.

placeholder Rafael del Pino y Astrid Gil-Casares en una imagen de su boda. (Gtres)
Rafael del Pino y Astrid Gil-Casares en una imagen de su boda. (Gtres)

Además del nombre de sus tres hijos -Tadea, Alec y Cleo-, también lleva un escudo de los guerreros nórdicos y el número cinco grabado a tinta cerca del codo. ¿Por qué estos motivos? Ella responde a por qué comenzó a decorar su piel con símbolos con significado oculto incluso para sus más allegados: “Era eso o cinco años de terapia con medicación. Esto me parecía más rápido. Son las marcas del divorcio. Cada vez que Rafa me ataca me tengo que proteger. Son mis escudos y casi siempre como consecuencia de una mala noticia, una llamada del abogado o una visita en el juzgado”. Esta es su vida ahora, una batalla por romper lazos con Del Pino en un divorcio que lleva casi un año de recorrido y que aún está en proceso de negociación.

Enfrentarse a Rafa no es fácil. Es como entrar en una guerra contra Estados Unidos. Por mucha artillería que tengas, él está acostumbrado a combatir. La gente me pregunta que '¿cómo se toma Rafa el divorcio?'. Pues debe de estar en su orden del día: la autopista 407, la gestión del aeropuerto de Heathrow y el divorcio”, asegura Astrid a la citada publicación, pero sin querer entrar a valorar los motivos concretos que la llevaron a solicitar el divorcio: “Me ha hecho mucho daño. Él sabe por qué me he ido”.

Foto: Las parejas con más ceros en su divorcio (Fotomontaje de Vanitatis)

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Astrid Gil-Casares ha decidido romper su silencio y contar qué ha pasado en su matrimonio con Rafael del Pino, dueño de Ferrovial, para que este llegase a su fin hace poco menos de un año. Aún siguen litigando para establecer qué les corresponde a cada uno y cómo salen indemnes de un proceso de divorcio que siempre deja heridas abiertas. Ella, estas marcas en el corazón, las exterioriza en su piel a modo de tatuajes, que desde hace unos años decoran sus brazos a modo de recuerdo de aquello que jamás está dispuesta a olvidar, entre ello, su fracasado matrimonio con el empresario, como así ha reconocido en una amplia entrevista concedida a la revista 'Vanity Fair'.

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