Meghan Markle le 'roba' una chaqueta a Harry para su último día en Nueva Zelanda

Durante la jornada del miércoles, los duques de Sussex finiquitaron su primer gran tour internacional, que los llevó con éxito por Australia, Fiji, Tonga y Nueva Zelanda. Las expectativas estaban altas, pero los royals no defraudaron. Y mucho menos los looks de Meghan Markle, que han demostrado que la esposa del príncipe Harry tiene un gusto propio que poco a poco refina, pese a que el penúltimo día pareció flaquear.

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Así las cosas, la ajetreada jornada comenzaba con la visita de la pareja a Te Papaiouru Marae, donde fueron invitados a una ceremonia de bienvenida en maorí, seguida de un almuerzo oficial. Para la ocasión, Markle eligió un elegante vestido oscuro con corte sobrio de Stella McCartney que combinó con sus ya clásicos Manolo Blahnik, aunque toda la atención recayó en el manto maorí que tanto ella como el príncipe lucieron orgullosos.

Para mimetizarse más con el pueblo, la nuera de Carlos de Inglaterra no dudó en quitarse los zapatos y quedarse descalza durante un momento, como manda la tradición local. Meghan aprovechó estas últimas citas para sacar a relucir uno de los colgantes más especiales del viaje: el pounamu, accesorio con diseño maorí diseñado por Kiri Nathan. Esta pieza, según la página web oficial, remarca la “integridad, fuerza, estado y poder de una persona”. Asimismo, el colgante fue un regalo por parte del gobernador de Nueva Zelanda, por lo que los guiños no dejaron de sucederse ante una Markle visiblemente emocionada en su último día de tour.

En la cita, conocieron a una comunidad oriunda de la montaña, con quienes no dudaron en saludarse con el tradicional hongi, que consiste en acercar sus caras y apretar las narices como gesto de cariño. La anécdota vino cuando el nieto de Isabel II habló durante un minuto intercalando palabras en maorí, hasta que usó la palabra ‘whaiaipo’, que significa ‘cariño’, que levantó el fervor de los allí presentes.

Por la tarde, se trasladaron hasta Rainbow Springs, donde asistieron a un programa de conservación del pájaro nacional: el adorable kiwi. Para este evento, la pareja se cambió de ropa: Meghan lució un vestido con falda plisada midi de tonalidad azul de Givenchy (su firma de cabecera americana).

Este vestido ha dado de qué hablar en redes, ya que cuando el sol le daba creaba un efecto de transparencia que la duquesa no se esperaba. Además, a lo largo del día escogió las dos firmas que la llevaron al altar el pasado mayo. ¿Casualidad?

Allí, pusieron nombre a dos polluelos de ave que nacieron recientemente y se marcharon veloces a Redwoods Tree Walk, una vertiginosa pasarela de puentes colgantes de 700 metros de largo ubicada entre la flora local. Este sería su evento número 76, el último del tour. Aquí la exactriz se puso más cómoda con un pantalón pitillo negro y unas bailarinas, mientras arriba se colocaba un abrigo de plumas que le había tomado prestado al mismísimo Harry. Parece que la duquesa hurga en el armario de su esposo para conseguir el look ‘boyfriend’.

Cabe destacar que durante el día 16º de la gira oficial, la pareja no se soltó de la mano ni un solo momento, dejando patente el dulce momento por el que atraviesan. Por último, los tórtolos viajarán a Auckland, desde donde saldrá su avión de vuelta a Londres el jueves.

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