Beatriz de York y su novio: los testimonios que podrían enturbiar su futura boda

En estos días en los que tanto se habla de la posible infidelidad del príncipe Guillermo a Kate Middleton (un asunto sobre el que no ha vuelto la prensa inglesa, porque su bufete de abogados ha amenazado con demandar, no así la estadounidense), ha quedado demostrado que ningún miembro de la familia real británica es inmune a los escándalos.

Desde la irrupción de Meghan Markle en la vida de los Windsor, la que fuera protagonista de la serie 'Suits' ha sido objeto de todo tipo de noticias. A veces propiciada por su familia paterna, en especial su padre y su hermana, y otras por las defecciones en su equipo, lo que le han labrado una fama que, quizás, no se corresponda con la realidad.

Uno de los miembros de la familia real inglesa que va a dar más que hablar en los próximos meses será Beatriz de York, una vez se anuncie su boda con el italiano Edoardo Mapelli, que algunos creen que se producirá este mismo año, en el que, de momento, solo está fijada la de Lady Gabriela Windsor en el calendario royal.

La relación de Beatriz y Edoardo no ha estado exenta de polémica desde su nacimiento, aunque por ahora es una llama que se mantiene apagada. Recordemos que la pareja, que se conocía desde hace bastantes años, se reencontró en la boda de Eugenia de York con Jack Brooksbank y saltó la chispa del amor.

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El timing, sin embargo, no fue del todo perfecto, ya que en aquel momento el millonario italiano convivía en Londres con Dara Huang, una arquitecta estadounidense con quien tiene un hijo de algo más de dos años, Christopher Woolf, a quien sus familiares llaman cariñosamente Wolfie, y nunca se ha aclarado cómo y cuándo se produjo la ruptura.

Ya en ese momento, los tabloides británicos hicieron todo lo posible por recabar testimonios que explicaran cuál era la situación sentimental real cuando Edoardo comenzó su relación con la hija del duque de York y Sarah Ferguson. La madre de Dara, que vive en Florida, explicó que la ruptura había sido tan abrupta que a su hija no le había dado tiempo a buscarse un apartamento y tuvo que estar durmiendo en el sofá de una amiga. Una afirmación que contribuyó a generar la sospecha de que el empresario italiano podría haber sido infiel a su pareja. El pequeño, mientras tanto, se quedó viviendo en casa del padre.

"Cada día mi hija vuelve a casa a ver al pequeño, así puede darle el baño antes de que se vaya a dormir, entre las siete y las ocho de la tarde", manifestó la madre de Dara, muy afligida por el rumbo que habían tomado los acontecimientos.

Una pregunta sin resolver

Otro testimonio muy importante en esos días (y que la prensa británica podría volver a recabar una vez se acerque la boda) sería el del padre, Po-Tien, un científico jubilado que trabajó para la NASA, quien ponía sobre la mesa una cuestión sin resolver: "¿Por qué querrían terminar así? No puedo entenderlo. No es justo, pero la familia real es tan poderosa que no puedo hacer nada".

En efecto, nada hacía presagiar que la pareja iba a terminar así, como manifestaba el padre de Dara: "Edo vino aquí por Navidad el año pasado y nosotros viajamos al Reino Unido para conocer a su familia. Les pregunté a ambos cuándo se iban a casar. Incluso le mandé un email a Edo sobre este asunto, pero decían que no querían apresurarse. Todo parecía muy bonito hasta que pasó esto".

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Ante las insinuaciones de una posible infidelidad, una fuente de Palacio dijo a 'The Daily Mail' que "ella nunca se hubiera permitido a sí misma romper la felicidad de una familia, especialmente si estaba implicado un niño".

Otra relación de Beatriz de York sobre la que también planeó la sombra de la infidelidad (también por parte del novio) fue la que mantuvo con Dave Clark, su pareja durante una década, quien se comprometió unos meses después de romper con la nieta de la reina Isabel II con la publicitaria Lynn Anderson, con quien está felizmente casado.

De momento, Dara Huang se ha mantenido al margen de nuevas polémicas y, a juzgar por las imágenes que comparte en sus redes sociales, le va estupendamente en su trabajo y parece muy feliz. Habrá que ver si tanto su entorno como ella deciden seguir guardando silencio.