2019, aquel maravilloso año de Mary: nombrada regente y ganando en popularidad

¿Podemos considerar a Mary de Dinamarca la princesa perfecta? Al menos, para gran parte de los ciudadanos del país, sí lo es. Y es que, aunque la reina Margarita es una figura muy apreciada y respetada, la más popular de la familia es sin duda su nuera, a pesar de sus orígenes extranjeros. De ella destacan su elegancia, preparación, naturalidad y la influencia tan positiva que ha ejercido en el príncipe Federico, carne de portada en sus años mozos por sus cuestionadas relaciones amorosas y algún que otro escándalo. Pero para los daneses, que poseen un fuerte sentimiento nacionalista, una de las cosas que más aprecian de su princesa es cómo se ha adaptado al país, a las costumbres y al idioma, pasándosele por alto que aún tenga acento.

Y, aunque al principio le costó un poco, Mary Donaldson también cuenta ahora con el favor de su suegra, quien demostraba su plena confianza en ella el pasado octubre, al designarla como regente, un nombramiento del que ni siquiera gozó su marido, el difunto príncipe Henrik, y del que pueden presumir nada más que los dos hijos de la reina, Federico y Joaquín, y su hermana, la princesa Benedicta. El cargo se hacía efectivo el pasado día 7 de diciembre, en una recepción navideña en el Palacio Real, con un significado muy importante, no solo porque colocaba a la australiana más cerca que nunca del trono, sino porque es la primera vez que ostenta el cargo una persona nacida fuera del país y sin lazos de consanguinidad con la reina Margarita.

Esa regencia supuso la culminación de un año que ha sido prácticamente redondo para Mary de Dinamarca, ya que también se le ha nombrado capitana de la Guardia Nacional, tras realizar el periodo de instrucción y dormir al raso con el resto de reclutas. Un cargo que recibió vestida de uniforme y con el beneplácito de la reina Margarita, quien parece ser actualmente la gran mentora de la australiana. Actualmente, parece ser la mejor representante del país en el extranjero y no son pocos los viajes que ha realizado este año, tanto con Federico, visitando Corea o Francia, como en solitario, visitando Texas, Kenia o Indonesia.

Las únicas manchas en el expediente de este 2019 han sido dos. Por un lado, su afición a estrenar ropa, y bastante cara. Una costumbre que, sin dar nombres, criticaba la princesa Benedicta en su biografía, apelando a la necesidad de mantener “los pies en la tierra” y a no convertir a la familia real en una parte de la jet set. Por otro lado, la decisión de que sus hijos estudien en un internado suizo durante doce semanas, un periodo en el que estarán acompañados por la propia Mary, lo que supondrá una disminución considerable de sus funciones institucionales, además de una distancia con el príncipe Federico que no ha cuadrado mucho en el país.