La vida de Sophie de Prusia, la abuela de la reina Sofía por la que la llamaron así
Conoce la vida se la abuela de la Reina emérita por la que sus padres, Pablo y Federica, decidieron llamarla así
"¡Sofía, Sofía!", gritaban los griegos rodeando el palacio real de Psykhikó el 2 de noviembre de 1938. Aquel día vino al mundo la primogénita de los entonces herederos Pablo y Federica, una niña rubia a la que tenían la intención de bautizar con el nombre de Olga, homenajeando a la primera reina de la dinastía. Pero finalmente se impuso el clamor popular. Y es que los ciudadanos que se habían acercado hasta allí gritaron con tanta fuerza el nombre de Sofía que los después reyes cedieron.
Sofia Margarita Victoria Federica fue finalmente el nombre elegido para la recién nacida que, cosas del destino, acabaría convirtiéndose en reina de España. "Cuando nació se dispararon las salvas, la muchedumbre se acercó a la casa gritando ‘¡Sofía!’ Y eso fue todo", contaría años más tarde la reina Federica. Y es que por aquel entonces, el recuerdo de la abuela paterna de la ahora emérita, fallecida seis años antes, seguía en la mente de los griegos.
Nacida princesa de Prusia, Sophie -o Sossy, como era conocida cariñosamente- consiguió hacerse con el corazón de los griegos en muy poco tiempo. Hija del káiser Federico III y de la princesa Victoria, hija mayor de la reina Victoria de Reino Unido, nació en Postdam siendo la séptima de ocho hermanos. Su llegada al mundo fue en un contexto algo difícil, ya que justamente Napoleón III acababa de declararle la guerra a Prusia. "El bautizo salió bien, pero fue triste y serio; rostros ansiosos y ojos llorosos, y una tristeza y presagio de toda la miseria extendió una nube sobre la ceremonia, que debería haber sido uno de alegría y acción de gracias", escribiría su madre en una carta a la reina Victoria.
Educada bajo el influjo anglófilo de su madre, Sophie creció sintiendo un gran amor por Reino Unido y era habitual que pasase largas temporadas en la corte británica junto a su abuela materna, de quien aprendió mucho. Fue precisamente durante una de sus estancias allí cuando conoció al que sería su futuro marido, el príncipe heredero Constantino de Grecia, durante el jubileo de oro de la reina Victoria, quien actuó de celestina. "¿Hay alguna posibilidad de que Sophie se case con Tino? Sería muy favorable para ella, porque es muy bueno", escribió su abuela en su diario.
La pareja volvió a coincidir en el funeral del emperador Guillermo, abuelo de Sophie, en marzo de 1988 y pocos meses después anunciaron su compromiso matrimonial, una unión que no fue bien vista por el hermano mayor de Sossy, el káiser Guillermo II, ni tampoco por la familia de él, sobre todo por la reina Olga, madre de Tino, ya que Sophie había sido educada en el luteranismo y era indispensable que se convirtiese a la religión ortodoxa para poder convertirse en reina de Grecia.
Pero ella siguió con sus planes y le dio el 'sí, quiero' a Constantino en 1889 en Atenas, pocos meses después de la muerte de su padre a causa de un cáncer de garganta. De ese matrimonio nacerían seis hijos: Jorge, Alejandro, Helena, Pablo -padre de la Reina emérita-, Irene y Katherine.
Tino y Sossy accedieron al trono en 1913, tras el asesinato del rey Jorge I de Grecia, quien recibió un disparo en la espalda desde una corta distancia en Salónica, en una fecha de máxima incertidumbre para el país y Europa. Pero pocos años después, el 11 de julio de 1917, tuvieron que abandonar el país hacia Suiza junto a su hijo mayor y heredero, Jorge II, quedando en el trono su hermano menor Alejandro I, quien falleció en 1920 a causa de una mordedura de mono mientras paseaba por Tatoi.
Tras su muerte, Constantino y Sophie volvieron al poder, pero el rey abdicó tan sólo dos años después, en 1922, en su hijo mayor, Jorge II, quien moriría sin descendencia, dejando el trono a su hermano Pablo, padre de la reina Sofía de España. El matrimonio se instaló tras su segundo exilio en Italia, y fue allí donde Constantino murió repentinamente en 1923 de un fallo cardiaco. Tras quedarse viuda, Sophie se mudó a Florencia. Falleció en Frankfurt casi diez años después que su marido a los sesenta y dos años víctima de un cáncer.
"¡Sofía, Sofía!", gritaban los griegos rodeando el palacio real de Psykhikó el 2 de noviembre de 1938. Aquel día vino al mundo la primogénita de los entonces herederos Pablo y Federica, una niña rubia a la que tenían la intención de bautizar con el nombre de Olga, homenajeando a la primera reina de la dinastía. Pero finalmente se impuso el clamor popular. Y es que los ciudadanos que se habían acercado hasta allí gritaron con tanta fuerza el nombre de Sofía que los después reyes cedieron.
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