Sabemos cuál es su preferida, pero no es la unica tiara que ha lucido Kate Middleton

En las ocasiones en las que el protocolo exige llevar tiara, Kate Middleton tiene muy claro cuál escoger. Tanto es así que son contadas las ocasiones en las que hemos podido ver a la duquesa de Cambridge con otra que no sea la Lover’s Knot, aunque sí que ha lucido otras opciones en ocasiones especiales, estas se pueden contar con los dedos de una mano.

Sorprende menos esta fidelidad a una pieza de joyería una vez que nos damos cuenta de que la joya estrella de esta tiara son las perlas, aliado fiel de los estilismos de Kate y que no duda en llevar tanto en eventos de gala como para citas laborales. Nada combina mejor con sus blazer de Zara, y tiene varias donde elegir, que las perlas.

Por supuesto, este no es el único motivo que tiene Middleton para escoger esta tiara por encima de cualquier otra que pueda prestarle Isabel II, quien no ha dudado en numerosas ocasiones en abrir el joyero real para compartir con la mujer de su nieto, y futuro heredero del trono, algunas de las piezas más bellas y espectaculares. Otro que seguro que también ha influido es que era la preferida de Diana de Gales, quien habría sido su suegra de no haber fallecido en un accidente de tráfico en París.

Esta joya fue un encargo de María de Teck, abuela de Isabel II, a la joyería Garrand en 1913. No es una pieza completamente original, se trata de una tiara inspirada en otra similar que le fascinó y que pertenecía a su abuela, la princesa Augusta, esposa del duque de Cambridge. Ese es el motivo por el que esta tiara se conoce con el nombre de Cambridge Lover’s Knot, algo que seguro influyó también en Kate, actual duquesa de Cambridge.

En 1981, como regalo de bodas, Isabel II le entregaba esta joya a Diana de Gales, quien no la usó junto a su vestido de novia para su gran día, optando por la Spencer en honor a su familia, pero sí que llevó varias veces esta tiara con 19 arcos abiertos con diamantes talla brillante y 38 perlas en forma de gota. A pesar de ser bastante pesada, pues Diana llegó a asegurar que le producía dolores de cabeza, esta pieza se convirtió en una de sus preferidas. Tras su divorcio, Lady Di tuvo que devolver la tiara, que regresó de nuevo al joyero real.

De ahí salió también la tiara Halo, la escogida por una jovencísima Kate para el gran día en el que su vida cambiaría para siempre, su boda. Perfecta para su impresionante vestido de Alexander McQueen, esta joya de Cartier le fue entregada a Isabel II en su 18 cumpleaños en 1944, lo que hizo que no la luciera en público. Según se ha explicado, la situación del momento no hacía propicio este tipo de alardes en joyas, Gran Bretaña estaba en guerra, uno más de los muchos acontecimientos históricos que han marcado la vida de la monarca.

Esta joya fue un encargo de Jorge VI a la firma de joyas como regalo a su mujer, la madre de Isabel II, en 1937. Es considerada una tiara ideal para quienes lucen esta joya por primera vez, gracias a su tamaño y ligereza, pero eso no hace que sea menos espectacular, la tiara Halo de Cartier, se compone de 739 diamantes de talla brillante y 149 diamantes baguette.

La Lotus Flower Tiara es la tercera y última en esta breve lista. Está elaborada con diamantes y presenta dos perlas en la base y una central en la parte superior, de nuevo una combinación de piedras con la que Kate se siente muy confortable. Se cuenta que en origen era un collar de diamantes, pero la reina madre la mandó desmontar y rehacer en forma de tiara.

La llevó durante sus primeros años como duquesa de York, antes de convertirse en reina consorte y después la lució varias veces su hija, la princesa Margarita, por eso se pensaba que, tras su muerte, sus hijos la habrían heredado, pero al parecer regresó al joyero real. Gracias a eso, Kate la ha podido llevar en dos ocasiones: en 2013 para la recepción al cuerpo diplomático celebrada cada año en Kensington Palace y dos años después para la cena de Estado en honor al presidente de China, Xi Jinping.