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Las vacaciones marbellís de la familia real saudí: extralujosas, herméticas e inaccesibles
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Las vacaciones marbellís de la familia real saudí: extralujosas, herméticas e inaccesibles

Con la visita de parte de la familia real saudí a Córdoba, se vuelven a despertar viejas leyendas de su lujosa estancia en Marbella, a la que pocos pueden acercarse

Foto: Salmán bin Abdulaziz, actual rey de Arabia Saudí. (EFE) (
Salmán bin Abdulaziz, actual rey de Arabia Saudí. (EFE) (

Este miércoles, parte de la familia real saudí que cada año pasa sus vacaciones en Marbella se desplazaba hasta Córdoba para comer en Casa de Manolete Bistró, un restaurante de referencia en la ciudad andaluza, ubicado en la última residencia del mítico torero. El séquito desplegado, el enorme dispositivo de seguridad y, sobre todo, el hecho de que parte del restaurante cerrara solo para ellos ha despertado viejas leyendas -que no lo son tanto- de su estancia en la Costa del Sol. Unas vacaciones marbellís extralujosas, herméticas e inaccesibles para el común de los mortales.

Así nos lo cuentan varios compañeros de prensa de la localidad malagueña, más que acostumbrados a ver gestos como el que tuvo el restaurante de Córdoba con los royals saudíes. No se pueden decir que sean unos turistas precisamente discretos: allá donde estén, se sabe. Porque siempre hay un enorme séquito que acompaña al príncipe o princesa en cuestión -da igual el parentesco que tengan con Salman bin Abdulaziz, actual rey de Arabia Saudí, todos son príncipes-. Varios miembros de seguridad y coches, normalmente bastante exclusivos y con cristales tintados, hacen que no pasen especialmente inadvertidos.

placeholder El rey Salman bin Abdulaziz, hace unos meses.
El rey Salman bin Abdulaziz, hace unos meses.

Y es que la discreción no es la palabra que más caracteriza a la familia real saudí, pero sí 'hermetismo', tal y como nos cuenta otro compañero de prensa. "Decir que son herméticos, es poco. Tienen unas medidas de seguridad extremas y son absolutamente inaccesibles. Hay personal que lleva trabajando para ellos durante décadas, siempre fiel y absolutamente discreto. El que contratan temporalmente o de forma puntual, siempre es por recomendación de su personal de confianza". Un hermetismo absoluto que no tiene nada que ver con los medios de comunicación o el interés de la prensa, porque, sencillamente, no existe interés de la prensa. Además de que supondría mucho esfuerzo conseguir unas fotos, no está claro que alguna cabecera extranjera pudiera pagar por ellas.

Pero si a los fotógrafos que cada verano intentan sacar un dinero con los reportajes de otros famosos en las playas de Marbella les importa poco económicamente la presencia de la familia real saudí, para ciertos comerciantes puede ser clave para el verano. "Han llegado a alquilar negocios para su uso exclusivo y luego que solo fueran dos príncipes de la familia o directamente nadie, pero lo pagan igual. Así que para el dueño, eso es poco o nada trabajo y mucho dinero. Y en las firmas que hay en Puerto Banús, igual. Entran y el encargado echa la llave para que estén más a gusto. Sabe que son 7.000, 8.000 o 9.000 euros en un momento. Y hasta diez veces más".

placeholder El rey Salmán con familiares, en una imagen de archivo. (Reuters)
El rey Salmán con familiares, en una imagen de archivo. (Reuters)

Hace años, hasta una empresa tan potente como El Corte Inglés cerraba sus puertas para la corte del rey Fahd: sabían que su visita suponía unas ventas muy abultadas. Ahora ya no es necesario, puesto que en el centro comercial cercano a Puerto Banús hay una zona exclusiva para clientela VIP, a la que pueden acceder directamente en coche y a la que les llevan todo lo que quieran mirar, probarse o comprar.

Y no solo la generosidad y ostentosidad de la familia de Salman bin Abdulaziz se nota en los comercios. A pesar de su tamaño, muchos familiares del rey de Arabia Saudí no caben en el Palacio Mar-Mar, aquel construído por el rey Fahd en una loma de la Milla de Oro, y que se distingue por carretera por las enormes siluetas de sables árabes que hay en sus jardines. Tal es el número de miembros de la familia del monarca que se desplaza a Marbella cada verano que también hay que alquilar otras mansiones o villas. Y claro, eso supone dinero para inmobiliarias y propietarios, además de contratación de personal.

placeholder El príncipe heredero, Mohamed bin Salman. (Reuters)
El príncipe heredero, Mohamed bin Salman. (Reuters)

Por supuesto, nunca se sabe quiénes son exactamente los inquilinos de palacio, si está el propio rey Salman -aunque por sus problemas de salud es poco probable- o su hijo y heredero, Mohamed bin Salman, a quien se considera actualmente el hombre fuerte tras el trono de su padre, que padece Alzheimer. Cuando la familia real saudí sale, lo hace de noche y normalmente a cenar a algún restaurante con gran fama y mayores precios. La playa no la pisan, porque para bañarse en el mar tienen a su disposición varias embarcaciones atracadas en el puerto tanto de Marbella como de Málaga. Y siempre están preparadas, por si les apetece salir a navegar. Capitán, barco y tripulación tienen que estar siempre a punto, todos los días y a todas horas, por si en algún momento cualquiera de los príncipes o princesas saudíes tiene capricho de mar.

De ahí que las características de su visita a Córdoba este miércoles no sorprendiera. Es lo habitual en una de las familias más ricas y herméticas del mundo, dos cualidades que suelen ir unidas.

Este miércoles, parte de la familia real saudí que cada año pasa sus vacaciones en Marbella se desplazaba hasta Córdoba para comer en Casa de Manolete Bistró, un restaurante de referencia en la ciudad andaluza, ubicado en la última residencia del mítico torero. El séquito desplegado, el enorme dispositivo de seguridad y, sobre todo, el hecho de que parte del restaurante cerrara solo para ellos ha despertado viejas leyendas -que no lo son tanto- de su estancia en la Costa del Sol. Unas vacaciones marbellís extralujosas, herméticas e inaccesibles para el común de los mortales.

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