La descafeinada entrega de los Nobel en Suecia: los sombríos looks de la reina Silvia y Victoria

El 10 de diciembre está marcado en rojo en el calendario de los Bernadotte, pues se entregan los Premios Nobel. El año pasado, a causa de la pandemia, no pudo celebrarse una gran ceremonia, por eso este año se había planeado algo grande. Sin embargo, el aumento de casos en estas últimas semanas ha provocado que se hayan decantado finalmente por un evento muy sobrio. El escenario habitual se ha cambiado por el Golden Hall del ayuntamiento de Estocolmo, en el que habitualmente se celebra el banquete tras la entrega de los galardones.

Este nuevo espacio es mucho más grande, por lo que se puede mantener con más facilidad la distancia social. En Suecia no ha sido nunca obligatoria la mascarilla, pues se practica la distancia, por lo que era importantísimo encontrar un lugar en el que respetaran esta norma. Otro de los cambios ha sido el dress code, sobre todo para las damas de la familia real sueca, quien sacaban para esta cita sus mejores vestidos y alhajas. Sin embargo, en esta edición no hemos visto ni tiaras ni grandes joyas; todo lo contrario, la discreción y los colores oscuros han sido los grandes protagonistas.

Los miembros Bernadotte que han asistido a la ceremonia han sido los reyes y la pareja heredera. El resto de la familia se ha quedado en casa para reducir el número de invitados. Y llama la atención que, aunque ambas han apostado por colores oscuros, los looks de la reina Silvia y la princesa Victoria no tienen nada que ver. Empezando por el largo. Y es que mientras la esposa de Carlos XVI Gustavo apostaba por un vestido de gala, su primogénita se ha decantado por un vestido corto. Parece que la etiqueta de este nuevo formato no estaba demasiado clara.

Empezaremos por la reina, quien ha optado por un diseño de terciopelo azul noche con detalles de estilo árabe en tonos más claros. Lo ha combinado con unos salones también azules de Manolo Blahnik, una cartera de mano a juego y unos pendientes de rubíes. Por su parte, la heredera llevaba un vestido negro de escote barco, con falda drapeada atada a la cintura de corte asimétrico. Un bolso joya, unos salones negros, unos pendientes largos y medias cristal terminaban su estilismo. Madre e hija llevaban su condecoración familiar, en la que aparece un retrato del rey Carlos XVI Gustavo rodeado por diamantes y sobre un lazo azul celeste.

Unas horas antes de que en Suecia se entregasen los Nobel, en Noruega se ha celebrado la ceremonia del Nobel de la Paz, que este año ha reconocido la labor de David Beasley, de World Food Program. El evento, celebrado en el ayuntamiento de Oslo, ha estado presidido por los reyes Harald y Sonia y el príncipe Haakon. Estaba previsto que la princesa Mette-Marit también acudiese; sin embargo, horas antes del inicio de la ceremonia la Casa Real noruega informaba de que la heredera consorte no se encuentra bien y va a someterse al test de coronavirus.

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Cabe recordar que Mette-Marit padece fibrosis pulmonar, por lo que en su caso contagiarse de covid sería más peligroso. Estaremos atentos para saber los resultados de ese test.