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Aniversario de la boda de doña Pilar, que se casó con quien quiso y no con quien le tenían designado
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SE CASARON EN LISBOA

Aniversario de la boda de doña Pilar, que se casó con quien quiso y no con quien le tenían designado

Se cumplen años de su boda con Luis Gómez-Acebo. El novio estaba predestinado, pero no fue fácil para la duquesa de Badajoz casarse con alguien que no pertenecía a las casas reinantes europeas

Foto: La infanta Pilar y Luis Gómez-Acebo, el día de su boda. (Getty)
La infanta Pilar y Luis Gómez-Acebo, el día de su boda. (Getty)

Durante años, las bodas de las casas reales eran más o menos concertadas. Entendiendo esos acuerdos como una manera de establecer relaciones entre las distintas monarquías. De primeras, el amor no era lo principal, sino la continuidad de las dinastías dentro del organigrama del llamado Gotha. Este almanaque, que se publica anualmente, reúne toda la información de la nobleza y aristocracia europeas. Casamientos, descendencia, hijos y cambio de títulos por defunciones. No tiene ningún valor específico ni legal más allá de lo que supone estar al tanto de este tipo de informaciones.

En la actualidad es meramente ilustrativo. Las casas reinantes ya no apañan matrimonios a partir de esta especie de vademécum de la realeza, pero sí hubo un tiempo en que se utilizaba y funcionaba por el famoso crucero Agamenón para que los jóvenes casaderos se conocieran o retomaran relaciones en aquel verano de 1954. En ese crucero se fraguó la futura boda de Alejandro de Yugoslavia y María Pía de Saboya. Y no hubo atracción entre el rey Juan Carlos (entonces Juanito, el hijo de los Barcelona) con doña Sofía (hija de los reyes de Grecia) ni tampoco encontraron pareja Simeón de Bulgaria ni la infanta Pilar de Borbón.

placeholder La infanta Pilar. (Getty)
La infanta Pilar. (Getty)

La hermana mayor de don Juan Carlos regresó a Estoril, donde vivía la familia real exiliada, sin novio. Aún no había aparecido en el horizonte Luis Gómez-Acebo, al que conoció en casa de Simeón de Bulgaria y Margarita Gómez-Acebo, prima del que se convertiría el 5 de mayo de 1967 en el marido de la primogénita de los condes de Barcelona.

Una boda con poca repercusión

Este jueves se cumplen 55 años de esa boda. Se casaron en el monasterio de los Jerónimos de Belém, en Lisboa. Una boda que, dadas las circunstancias con censura de la dictadura, tuvo poca repercusión. En aquel momento, Franco había promulgado la Ley de Sucesión para nombrar sucesor en la jefatura del Estado a título de rey, y don Juan no estaba en esas quinielas.

A pesar de que Luis Gómez-Acebo formaba parte de la aristocracia, por parte materna y paterna, y que su abuelo era el fundador del Banco Español de Crédito, los condes de Barcelona no estaban muy de acuerdo ni con el noviazgo ni con la posterior boda. Querían un príncipe o un rey. Hubo ciertos movimientos en este sentido antes de que se conocieran en 1965. Quisieron casarla con Balduino de Bélgica, que se convirtió en rey a los 21 años. Pilar de Borbón era una de las princesas casaderas adecuada para ser la consorte del joven Balduino. Pero el destino ya había decidido otra opción para la que se convertiría en duquesa de Badajoz.

placeholder La infanta y Luis Gómez-Acebo. (Getty)
La infanta y Luis Gómez-Acebo. (Getty)

Hubo un viaje a Bruselas, coincidiendo con la Expo, de la infanta Pilar en representación de sus padres, que no funcionó. Después, la reina Victoria Eugenia, empeñada en que su nieta tuviera un reino como consorte, organizó una cita secreta en su casa de Lausana (Suiza), a la que acudieron Balduino y la hija de los Barcelona, que así se conocía por su título a don Juan y a doña María. Para que no tuviera que viajar sola, le buscaron una acompañante que a su vez era ahijada de la reina. Se trataba de Fabiola de Mora y Aragón, hija de los marqueses de Casa Riera.

Y sucedió lo contrario del plan casamentero. Balduino se enamoró de la aristócrata y doña Pilar dejó de ser candidata al trono de los belgas. Había que buscar otro candidato, pero el destino ya había empezado a tender sus redes hasta coincidir con Luis Gómez-Acebo.

Inicios complejos, final feliz

Ese noviazgo no tuvo unos inicios fáciles. Don Juan quería para su hija lo mismo que la reina Victoria Eugenia: una cabeza coronada o, al menos, un príncipe europeo. Luis no era el indicado a pesar de ser miembro de una familia económicamente mucho más potente que la de la infanta Pilar. El futuro suegro, Jaime Gómez-Acebo, era presidente del banco que había creado su padre, y vicepresidente y consejero de grandes empresas como Firestone Hispania, El Águila, Inversiones ESSO (petróleo), Hidroeléctrica Española y Unión Española de Explosivos, entre otras.

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La infanta Pilar lo tuvo muy claro y cuando comunicó su deseo de casarse con el hijo de los marqueses de Deleitosa, don Juan no tuvo más remedio que dar su consentimiento. La tía de Felipe VI siempre fue una mujer de carácter y sabía con quién quería vivir el resto de su vida, como así fue. Tuvieron cinco hijos y una vida familiar feliz hasta que el duque de Badajoz falleció el 9 de marzo de 1991. Doña Pilar se plantó cincuenta y cinco años atrás, como mucho tiempo después lo haría el príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz. El hoy Rey tuvo que dejar en el camino tres amores (Isabel Sartorius, Gigi Howard y Eva Sannum) y se plantó con la reina Letizia como ya había hecho su tía con Luis Gómez- Acebo, con el que vivió un matrimonio estable.

Durante años, las bodas de las casas reales eran más o menos concertadas. Entendiendo esos acuerdos como una manera de establecer relaciones entre las distintas monarquías. De primeras, el amor no era lo principal, sino la continuidad de las dinastías dentro del organigrama del llamado Gotha. Este almanaque, que se publica anualmente, reúne toda la información de la nobleza y aristocracia europeas. Casamientos, descendencia, hijos y cambio de títulos por defunciones. No tiene ningún valor específico ni legal más allá de lo que supone estar al tanto de este tipo de informaciones.

Rey Don Juan Carlos
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