Lannister contra Stark: doña Sofía, en tierra de nadie en este juego de tronos familiar

“El poder es poder”, es una de las frases que más han calado en los muchos seguidores de ‘Juego de tronos’. Y en la familia real española ahora parece haber un conflicto para ver quién tiene realmente el poder mediático. Por un lado está don Felipe, actual jefe del Estado y el líder de los Borbón. Junto a él se encuentran doña Letizia y sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. El núcleo duro de la familia, el presente y el futuro de la monarquía. En nuestra analogía con la serie vendrían a ser, guardando las distancias, los Lannister.

Representando el pasado, la historia, está don Juan Carlos, exiliado en Abu Dabi desde 2020 aunque sin cargos ni sospechas judiciales en la actualidad, a excepción de la demanda de acoso de Corinna Larsen, en manos de la justicia británica. A pesar de sus múltiples polémicas, cuenta todavía con el cariño de muchos españoles. En su bando, como demostraban esta Semana Santa, con dos fotografías facilitadas por su entorno, están sus hijas, antes miembros de la familia real pero relegadas a familia del Rey por su hermano tras su proclamación en junio de 2014. Los problemas judiciales de Urdangarin y la infanta Cristina llevaron a Felipe VI a apartar a sus hermanas, siendo Elena un daño colateral. En las citadas imágenes, el emérito aparece, además, con sus nietos mayores, los hijos de Elena y Cristina, a excepción de Froilán, cuyo paradero es un misterio. Ellos serían los Stark, antes en el poder, pero ya no.

Estos días de Semana Santa, las dos partes de la familia aparecían por separado. Don Juan Carlos con sus hijas y nietos en Abu Dabi el Viernes Santo por la noche; don Felipe, doña Letizia y sus hijas un día después, visitando un centro de refugiados en Pozuelo de Alarcón, en la que fue la reaparición de Leonor en España desde octubre, cuando entregó los Premios Princesa de Asturias. La heredera se encuentra disfrutando de un periodo de vacaciones del internado galés en el que estudia y Casa Real quería que su vuelta a la escena pública fuera significativa, si bien se vio un tanto ensombrecida por las fotos de su abuelo, sus tía y sus primos, de las que a día de hoy se sigue hablando. Y mientras todo esto sucede, con estos bandos de los Borbón tan marcados, hay un miembro que está en tierra de nadie: la reina Sofía, a la que podríamos comparar con la Señora del Valle, alejada de todos.

La reina Sofía sigue siendo familia real y continúa cumpliendo con actos institucionales, de ahí que su presencia en Abu Dabi con don Juan Carlos no hubiera sido muy bien vista. Sin embargo, tampoco ha pasado estos días con los Borbón Ortiz, quienes declinaban asistir a la misa de Pascua en la catedral de Palma de Mallorca. Desde los años 90 se cumplía con esta tradición de acudir, el Domingo de Resurrección, a la liturgia. Sin embargo, tras dos años de ausencia debido a la pandemia, los Reyes rompían este 2022 con esta costumbre que poco a poco había perdido adeptos, empezando por las Infantas y don Juan Carlos, quienes este año han organizado su propio ‘contraposado’ en Emiratos, hasta desaparecer.

Ni siquiera doña Sofía hizo acto de presencia, aunque sí se ha dejado ver estos días por la isla, acompañada únicamente por su hermana, la princesa Irene, en varias procesiones. Quien también viajó a Mallorca, en una visita exprés, fue don Felipe, que estuvo el pasado miércoles en el Club Náutico, pero regresó a Madrid para la vuelta de Leonor.

Doña Sofía fue durante muchos años el nexo de unión de la familia, el pegamento de los Borbón. No dudó en posicionarse del lado de los Urdangarin cuando estalló el caso Nóos, dejándose fotografiar con los exduques de Palma cuando eran personas ‘non gratas’. También ha apoyado a don Juan Carlos a pesar de todo, y en los últimos años antes de su marcha de España se los había visto compartiendo ocio juntos, en Sanxenxo o en el Open de Tenis de Madrid. Y, por supuesto, siempre ha estado ahí para su hijo, para apoyarlo como Rey, ayudándolo con la agenda.

Sin embargo, ahora con este posicionamiento tan claro de ambas partes, doña Sofía se ha quedado sola, únicamente con la que ha sido durante años su fiel escudera, su hermana. La emérita siempre ha estado del lado del amor familiar y la unidad, pero tiene unos inquebrantables y ortodoxos principios sobre las obligaciones de una reina, heredados de su madre, Federica de Grecia, que han provocado que acabe en esta situación, entre los que han apostado ciegamente por uno o por el otro bando.

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