Un 'casoplón' cerrado y una empresa: lo que queda de la herencia de la infanta Pilar

Unas fotos del estado actual de la casa de la infanta Pilar en Puerta de Hierro, con las persianas bajadas al sol del invierno y el peso de los años en las enredaderas secas, ilustraban una de las noticias más vistas ayer en este digital. La casa familiar de la tía del Rey permanece cerrada prácticamente desde su fallecimiento, hace dos años. Es la mansión madrileña donde la hermana del Rey emérito y Luis Gómez-Acebo construyeron su hogar, un gran inmueble que supera los 1.000 metros cuadrados y se asienta sobre una parcela de 2.400 metros cuadrados. También es la propiedad más importante de cuantas dejó la infanta a sus cinco hijos, y la única para la que aún no han encontrado un destino.

Desde que dijo adiós a este mundo, los hermanos Gómez-Acebo Borbón han podido comprobar el cariño que mucha gente mantenía por su madre, una mujer dura de cara a la galería por las circunstancias que le tocó vivir, pero protectora, cariñosa y muy generosa con los suyos. Como en cualquier familia, los hijos se han tomado un tiempo en poner en orden todas las pertenencias de su madre, hacer lotes equitativos y acordar los detalles del reparto de un patrimonio que incluía algunas propiedades inmobiliarias en Madrid y Mallorca, inversiones, joyas y mobiliario histórico. Lo han hecho sin aspavientos ni rencillas públicas (las herencias son fuente habitual de desavenencias en las familias) y en la intimidad. Con algunos de sus efectos personales han llevado a cabo acciones solidarias.

Una de las primeras cosas en las que se pusieron de acuerdo Simoneta, Beltrán, Bruno, Fernando y Juan Gómez-Acebo fue en poner a la venta los bienes inmuebles, para evitar costes añadidos de mantenimiento. Las casas se gestionaban principalmente a través de la vieja empresa patrimonial de la familia, San Jacobo SL, creada por el padre en los años 60. La entidad tiene por objeto "la compraventa y alquiler de inmuebles y terrenos por cuenta propia y la administración, gestión y desarrollo del propio patrimonio", y según su balance de cuentas del ejercicio 2019, el último disponible, contaba con un activo de 1.205.000 euros.

San Jacobo SL

Pilar de Borbón fue administradora única de la sociedad desde el año 2004 y lo fue hasta su fallecimiento. Meses después tomaron las riendas sus hijos. Se creó un consejo de administración formado por los cinco hermanos Gómez-Acebo Borbón. La nueva estructura empresarial situaba a Simoneta Gómez-Acebo como presidenta de la entidad, y a Juan, Fernando, Beltrán y Bruno, como consejeros. Además, dieron entrada como secretario a uno de sus primos hermanos más queridos, Alejandro Fernández de Araoz Gómez-Acebo. Era un movimiento lógico, según un experto consultado, sobre todo de cara a la futura venta de las propiedades que se englobaban en San Jacobo: "Para determinadas actuaciones es imprescindible el acuerdo previo del consejo. Por ejemplo, para comparecer ante notario y firmar una escritura, además de para otras decisiones burocráticas".

El patrimonio de San Jacobo estaba formado por varias propiedades adquiridas a lo largo de los años y encabezado por la gran casa de Puerta de Hierro que hoy está cerrada a cal y canto. Seis años después de quedarse viuda la infanta, en 1997, la empresa adquirió también un piso de más de 300 metros cuadrados en la calle Velázquez de Madrid, en plena milla de oro, que estaba destinado a usos profesionales. En 1999, San Jacobo compró una parcela de 1.200 metros cuadrados en Calviá, dentro de la urbanización Sol de Mallorca, donde luego se construyó un chalé de veraneo para la familia. Ese mismo año, 1999, San Jacobo también adquirió un pequeño piso en la calle Mayor de Madrid del que se deshicieron después.

El piso de Velázquez

En estos dos años, los hermanos han podido liquidar algunas propiedades de Mallorca y Madrid. El piso de Velázquez, según ha podido constatar este medio, han conseguido venderlo recientemente. También la casa de Mallorca, La Buganvilla, que se ha quedado en las mejores manos: las de Simoneta Gómez-Acebo. La primogénita compró a sus hermanos a finales de verano su parte de esta casa que, según publicó Esteban Mercer, el periodista mejor informado de la isla, será a partir de ahora su residencia de verano y la de los hermanos que se quedan 'huérfanos' de refugio balear, Juan y Fernando. El resto sí tienen, Beltrán en Deià con su mujer, y Bruno en una urbanización próxima a Sol de Mallorca, que es de sus suegros.

Respecto a la casa de Puerta de Hierro, hay distintas opciones para su venta y no hay prisa. Incluso se publicó en algunos medios que los hermanos se la habrían ofrecido a su tío el rey Juan Carlos para que fuera su morada en caso de regresar a España. De momento se encuentra cerrada y ya no viven allí los guardeses que antes se encargaban del cuidado tanto del jardín como de la piscina y el interior de la casa. Según han confirmado a Vanitatis, hay un mantenimiento general así como una vigilancia las veinticuatro horas del día en toda la urbanización, y con eso se cuidan los desperfectos. Durante un tiempo estuvo viviendo en la casa Fernando Gómez-Acebo, pero luego se marchó de alquiler.

El origen del dinero familiar procede de dos fuentes. Una, la herencia que la infanta recibió de su padre, don Juan, y que destapó 'El Mundo'. El conde de Barcelona dejó a sus hijos tres cuentas en Suiza con unos saldos totales de 7.955.775 francos suizos (728,75 millones de pesetas al cambio de entonces). De estos, doña Pilar recibió 131,4 millones (de entonces) que fueron enviados a JP Morgan, en Nueva York.

Además, Luis Gómez-Acebo era un hombre muy inteligente y hábil en los negocios. El padre de los cinco hermanos Gómez-Acebo Borbón falleció en 1991 víctima de un cáncer linfático. Luis era el cuarto hijo del banquero Jaime Gómez-Acebo y de la marquesa de Deleitosa. Fue asesor de diversas sociedades financieras, estuvo vinculado al negocio del petróleo, a la firma americana de cazatalentos Korn Ferry y fue secretario general de la cementera Asland. Será recordado, sobre todo, por su papel decisivo a la hora de traer a España la colección Thyssen.

Los hijos de la infanta manejaban el dinero familiar ya desde hace tiempo. Además de las acciones, de las propiedades de la patrimonial San Jacobo y de una dieciochoava parte de un jardín en Aranjuez que comparten con toda la parentela borbona, la infanta tenía varios fondos de pensiones, joyas familiares como la tiara de zafiros y otros recuerdos imposibles de cuantificar.

Una pista de cómo se han repartido las alhajas más importantes la tuvimos en la boda de Carlota Pérez-Pla y Pedro Bravo en Gijón, cuando Simoneta Gómez-Acebo lució orgullosa unas espectaculares esmeraldas heredadas de la infanta que pertenecieron a la reina Isabel II. En su caso, además de una pieza histórica, un homenaje muy sentimental.