Dos plantas, placas solares y vistas al mar: el refugio del Rey emérito en Sanxenxo
Pedro Campos y su segunda mujer, Cristina Franze, reformaron su casa para adaptarla a don Juan Carlos. Se aloja en la planta baja y todo son comodidades
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Los detalles de una vivienda son siempre importantes, sobre todo para un octogenario. Por eso el gallego Pedro Campos se ha preparado para adaptarse lo mejor posible a los problemas de movilidad de su gran amigo el Rey emérito. Su casa en Sanxenxo y hasta su coche. El armador del Bribón reformó su residencia hace unos años para hospedar a Juan Carlos I cuando fuera necesario. Y ahora lo es.
Hasta compraron taburetes para que el Rey no tuviera que hacer esfuerzos al sentarse. Además, el coche de Campos, un todoterreno, está provisto de almohadillas especiales para facilitarle los movimientos.
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La de Campos en Sanxenxo es una vivienda con espléndidas vistas a la playa de Nanín, a unos cinco minutos en coche del puerto, que se habilitó hace años para que don Juan Carlos pudiera pernoctar allí sin problemas. Como hará este jueves por la noche, cuando llegue a España en su primera visita desde que abandonó el país en 2020, tal y como finalmente ha confirmado la Casa Real en un comunicado.
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Así han informado: “Don Juan Carlos tiene previsto permanecer en la localidad gallega de Sanxenxo y el lunes 23 viajar a Madrid para estar con Su Majestad el Rey, su Majestad la Reina Doña Sofía y demás miembros de su familia en el Palacio de la Zarzuela. Ese mismo día, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos emprenderá su viaje de regreso a Abu Dabi”.
Nada de lujos
La vida de Pedro Campos Calvo-Sotelo, anfitrión del exmonarca en su primera visita a España, cambió desde que el emérito decidiera fijar Sanxenxo como base de sus regatas. Su vivienda no es ni una mansión ni una residencia de lujo, ni siquiera un pazo. Es un chalé familiar de paredes blancas, rodeado de un cuidado jardín con placas solares, protegido además por una hermética valla. Tiene dos pisos y fue justo la planta baja la que se adaptó para hospedar al Rey.
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Campos procede de una familia acaudalada, es pariente del expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo, creció entre 10 hermanos y también tiene residencia en La Moraleja. Ha sido siempre su segunda mujer, Cristina Franze, quien se ha encargado de su acomodo, tal como cuenta José Antonio Zarzalejos en su libro ‘Felipe VI, un rey ante la adversidad’ (Planeta, 2021).
Zona de invitados
La amplia zona de invitados de la casa familiar es la que ha usado y usará el monarca en su visita. Con él viajará su hija la infanta Elena, quien ha llegado a visitar a Campos incluso con su padre instalado en Emiratos.
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Para hacerle la vida y la vivienda más amable, la pareja instaló unos taburetes en la zona común, y así don Juan Carlos puede sentarse y levantarse sin esfuerzo. Es su cadera la que más problemas de movilidad le causa y los taburetes, por ejemplo, fueron de gran ayuda. Como el bastón de fibra de carbono que compró hace años por internet y que es una pieza fundamental en su día a día.
Antes, en una casa rural
Antes de su abdicación, el entonces Rey ya visitaba Sanxenxo, pero, por cuestiones de seguridad y privacidad, alquilaba una casa rural en la playa de Areas. Este pequeño hotel de seis habitaciones está rodeado de un amplio jardín y cuando llegaba el monarca se cerraba al público. El equipo de seguridad de don Juan Carlos siempre consideró muy adecuado este enclave, tal y como recuerda Zarzalejos en el citado libro.
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El presidente del Club Náutico de Sanxenxo y director del equipo Team de Telefónica entabló una relación con el padre de Felipe VI a través de Josep Cusí, tan íntimo del monarca que se sienten hasta hermanos. Su pasión por la vela les unió de forma estrecha en una amistad que creció en la década de los noventa y que se consolidó cuando don Juan Carlos decidió competir en la categoría 6M, adaptada a sus necesidades.
Los presentó Cusí
Campos es el armador del Bribón, un papel en el que sustituyó a Cusí cuando el barcelonés decidió no navegar más por cuestiones de salud. Quienes conocen a Campos siempre destacan su amor por el mar y la vela, algo que cualquiera puede comprobar estos días, en los que ha dado algunas entrevistas y a cada pregunta termina hablando de las regatas. Como buen gallego, sabe responder sin contestar nada claro.
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La vida del Rey emérito en Sanxenxo es mucho más tranquila de lo que muchos dibujan. Las regatas obligan a madrugar y a estar con la mente clara, y la edad no perdona. Por eso, cuando don Juan Carlos se disponía a alejarse de España por un tiempo indefinido, cenó con Pedro Campos, sí, pero nada de celebrar una mariscada en su honor. Los dos amigos saborearon una cena frugal en casa, con la mujer de Campos, después de pasar la tarde descansando en la misma vivienda.
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Y así serán seguramente estos días: tranquilos y centrados en las regatas. Y si la casa y hasta la vida de Campos se han adaptado en gran medida a las necesidades del monarca, también lo ha hecho el Bribón en el que navegan. La embarcación es mucho más estrecha de lo normal para que Juan Carlos I pueda ir encajonado y no sufra los vaivenes del mar y el viento en babor y estribor.
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Sin embargo, todo indica que estos días no participará en la regata. Hay que tener en cuenta que en Emiratos Árabes no sopla un viento que permita navegar y, como el mismo Rey ha avisado a sus compañeros de competiciones, está “desentrenado”.
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Lo que sí habrá es un acto de bienvenida al que se ha invitado a todos los socios del club. En estas líneas adjuntamos la invitación que se ha enviado desde el Náutico. Así que el Rey emérito podrá pisar de nuevo España rodeado de quienes le esperaban. Aunque, pese a todo, por ahora no visitará Barcelona para estar con su amigo Josep Cusí, quien se recupera muy favorablemente de un ictus.
Los detalles de una vivienda son siempre importantes, sobre todo para un octogenario. Por eso el gallego Pedro Campos se ha preparado para adaptarse lo mejor posible a los problemas de movilidad de su gran amigo el Rey emérito. Su casa en Sanxenxo y hasta su coche. El armador del Bribón reformó su residencia hace unos años para hospedar a Juan Carlos I cuando fuera necesario. Y ahora lo es.