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Los tres amores de la infanta Cristina que le dijeron "no"
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Los tres amores de la infanta Cristina que le dijeron "no"

El libro 'Los secretos de la infanta. ¿Quién es realmente Cristina de Borbón?' (Ediciones B), escrito por Paloma Barrientos, detalla cómo vivió la hija de los eméritos el rechazo amoroso

Foto: La infanta Cristina. (Reuters)
La infanta Cristina. (Reuters)

La infanta Cristina ha sido la hija de los reyes eméritos que a lo largo de su vida pasó más desapercibida. Nacer la segunda cuando se esperaba al heredero ya fue un desencanto para la familia. Al menos para el rey. Una de las razones de las monarquías es mantener el cordón hereditario con la descendencia. Y en el caso de la Jefatura del Estado de España, ya estaba asegurada por la primogénita Elena si no hubiera llegado años después el bebé Felipe de Borbón y Grecia. Se convirtió en heredero y en Príncipe de Asturias. La preferencia del varón sobre la mujer prevalece en la dinastía española.

Foto: Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, en una imagen de archivo. (Getty)

En el organigrama de la Casa Real, Elena era la mayor; Felipe, el futuro rey, y Cristina se quedaba en tierra de nadie. El estar en ese lugar facilitó sus decisiones, que muchas veces estaban en contra del ideario que sus padres, los reyes Juan Carlos y Sofía, habían planteado para ella. El perfil de segundona le sirvió para ser independiente y organizarse su vida, como se cuenta en ‘Los secretos de la infanta. ¿Quién es realmente Cristina de Borbón?’ (Ediciones B), escrito por Paloma Barrientos.

placeholder Portada del libro escrito por Paloma Barrientos. (Ediciones B)
Portada del libro escrito por Paloma Barrientos. (Ediciones B)

“En el Palacio de la Zarzuela no se vivía un buen ambiente familiar; la relación conyugal de los reyes comenzaba a ser inexistente y la que después sería duquesa de Palma decidió escapar de ese entorno. Era el verso suelto”. Con este preámbulo comienza la historia de la hermana de Felipe VI que sirve para conocer su trayectoria hasta llegar a su separación de Iñaki Urdangarin.

Y uno de los datos más desconocidos de su vida que aparece en el libro es cómo la marcan sus amores en su trayectoria vital. “Se instaló en Barcelona con la excusa de participar en el Campeonato Mundial de Vela Adaptada que se iba a celebrar en la Ciudad Condal tras finalizar las Olimpiadas. Ella formaba parte de la organización y ese era el motivo oficial que se transmitió desde Zarzuela. Tenía 25 años y la realidad era muy diferente. Quería estar más cerca de Fernando León. Era un chico canario, rubio y con ojos azules al que había conocido en un curso de vela donde él era el profesor y Cristina la alumna. Se hicieron íntimos. El regatista tenía un año más que la Infanta y compartían muchas aficiones. Este fue su primer amor ,que fue breve y sin mayores contratiempos en la vida de la infanta”.

Quien sí se convirtió en relación principal fue Álvaro Bultó. Así figura en el capítulo ‘Los novios de Cristina’, donde también aparecen otros nombres como Juanjo Puigcorbé, José Luis Doreste o Cayetano Martínez de Irujo. Si hubo algo con ellos, fue flor de un día.

placeholder Álvaro Bultó. (Cordon Press)
Álvaro Bultó. (Cordon Press)

“Con Bultó, en cambio, fue diferente. Se enamoró. Jugaban al despiste y organizaban los planes de ocio que ofrecía a Cristina y que eran muy apetecibles. Hasta llegaron a practicar rafting ante el horror de los escoltas. Pero tampoco pudo ser; la infanta es una mujer muy celosa, y él era un hombre muy extrovertido que tenía un éxito tremendo con las mujeres. Cristina lo llevaba fatal. Álvaro no entendía la postura de su novia y los encuentros se cargaban de reproches. Además era difícil ajustar agendas. El aventurero pasaba mucho tiempo fuera de Barcelona. Y precisamente uno de los mayores atractivos para la infanta era ese deseo de libertad que le gustaba en la teoría pero no en la práctica. La historia de amor duró tres años y fue languideciendo”.

Bultó fallecería el 23 de agosto de 2013 en los Alpes suizos como consecuencia de un trágico accidente mientras practicaba wingfly, una modalidad de paracaidismo aéreo.

El siguiente amor de la hermana de Felipe VI también le dijo NO, como figura en el libro de Paloma Barrientos. “Jesús Rollán, jugador de waterpolo. Oficialmente él fue quien presentó a los futuros duques de Palma en los Juegos Olímpicos de Atlanta. La infanta se había fijado en Rollán como posible conquista en los juegos de Seúl, en los que ella fue abanderada del equipo español, pero el deportista prefirió la amistad al amor y así se lo comunicó a la infanta”.

Desgraciadamente, fallecería el 11 de marzo de 2006, a los 37 años, en un balneario del municipio de La Garriga (Barcelona), donde se recuperaba de sus adicciones”. Fue la segunda negativa para Cristina hasta que llegó Urdangarin.

placeholder Imagen de archivo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. (EFE/David Aguilar)
Imagen de archivo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. (EFE/David Aguilar)

El deportista simultaneó su relación con Carmen Camí, con la que tenía intención de casarse. La pareja ya había compartido con la familia la prueba de menú. “Para ella como para cualquiera que le sucediera lo mismo, fue una verdadera conmoción y tardó tiempo en recuperarse. Cristina lo tenía claro y no era su problema, porque la que estaba 'soltera' y sin compromiso era ella. De aquella primera época procede la frase de la infanta a su prima Alexia: 'Alucino, estoy coladísima por un jugador de balonmano y no sé lo lo que hacer”.

La infanta Cristina e Iñaki se comprometieron y fijaron la fecha de boda para el 4 de octubre en la catedral de Barcelona. Esa vez, por fin, la hija de don Juan Carlos y doña Sofía tuvo su SÍ, después de los descartes anteriores. Lo que nunca llegó a imaginar fue que muchos años después su marido también la descartaría, como figura en el capítulo correspondiente. Se quedó con Ainhoa Armentia, su compañera de trabajo.

La infanta Cristina ha sido la hija de los reyes eméritos que a lo largo de su vida pasó más desapercibida. Nacer la segunda cuando se esperaba al heredero ya fue un desencanto para la familia. Al menos para el rey. Una de las razones de las monarquías es mantener el cordón hereditario con la descendencia. Y en el caso de la Jefatura del Estado de España, ya estaba asegurada por la primogénita Elena si no hubiera llegado años después el bebé Felipe de Borbón y Grecia. Se convirtió en heredero y en Príncipe de Asturias. La preferencia del varón sobre la mujer prevalece en la dinastía española.

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