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La presión emocional de Iñaki Urdangarin a la infanta Cristina
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SIN DIVORCIO A LA VISTA

La presión emocional de Iñaki Urdangarin a la infanta Cristina

El hecho de que la pareja no ponga distancia cuando los hijos ya son mayores de edad (salvo Irene) y tienen su vida independiente resulta un tanto llamativo

Foto: Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, en una imagen de archivo. (Getty)
Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, en una imagen de archivo. (Getty)

Las últimas imágenes que hay de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín juntos se hicieron en la playa de Bidart el pasado 10 de agosto. Unas fotos en las que aparecían ambos bañándose como si la historia de la separación no fuera con ellos. Rondando a los padres, algunos de los hijos y cerca, familiares directos del que fuera duque de Palma. Todo muy correcto, muy 'comme il faut', que lo mismo sirve para un “no te quiero volver a ver” que un “soluciona cuanto antes lo nuestro”.

Foto: Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, en una imagen de archivo. (EFE/David Aguilar)

El hecho de que no pongan distancia cuando los hijos ya son mayores de edad (salvo Irene) y tienen su vida independiente resulta un tanto llamativo. Mostrar una unidad familiar que no existe podría tener una doble lectura. Aunque en este caso la realidad marca la situación en la que se encuentra la hermana de Felipe VI y el exdeportista olímpico. No hay vuelta atrás y lo único que falta es liquidar un matrimonio de 24 años que se rompió cuando Urdangarin decidió pasear con su compañera de trabajo por una de las playas más cotizadas por los surfistas.

placeholder Ainhoa Armentia, llegando a su oficina. (Getty/Raul Terrel)
Ainhoa Armentia, llegando a su oficina. (Getty/Raul Terrel)

No hubo casualidad ni el destino quiso que hubiera alguien que pasaba por allí para dejar constancia de la nueva agenda amorosa de ‘Chiqui’ (así le llama la familia). Tras la publicación de las fotos en la revista ‘Lecturas’, hubo personas cercanas a la familia que llegaron a catalogar la situación como una “enajenación transitoria” causada por el tiempo que había pasado en la prisión de Brieva. Una manera sorprendente de bautizar la infidelidad. Y no era la primera vez que el yerno de don Juan Carlos decidía explorar fuera del matrimonio. La anterior (que se sepa) fue con la mujer de uno de sus mejores amigos, pero como no hubo fotos, la infanta perdonó. Solo aparecía en el sumario del caso Nóos.

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Cuentan que esa vez Iñaki le juró y perjuró a su mujer que nunca más volvería a pasar. Como dice el refrán, “quien nace lechón, muere cochino”, y el marido volvió a las andadas. Esta vez para dar por finiquitado el matrimonio. Las fotos de la playa, los paseos por el parque de Garaio (Alava) y todas las imágenes que se han visto no son casualidad. El cuñado de Felipe VI tiene aún escoltas en horario de ocho horas. No va solo y la seguridad oficial sabe en todo momento cómo está el panorama cercano. Hay que recordar que cuando Urdangarin cumplía el voluntariado en el Hogar Don Orione, tenía dos escoltas que le trasladaban desde la cárcel a Pozuelo de Alarcón (ida y vuelta) y servicio de contravigilancia en el parque frente a la residencia. En todo momento estaban al tanto del movimiento de los transeúntes que circulaban por la zona con sus perros y, por supuesto, de los periodistas.

El motivo del llanto

Iñaki Urdangarin ha marcado unos tiempos que pasan por dejarse fotografiar siempre que le interese. Lo mismo sucedió con las fotos de la exclusiva de ‘Diez Minutos’. Una portada en la que se veía al exduque llorando a lágrima viva y consolado por Ainhoa Armentia. No había necesidad de esa puesta en escena.

Ir a la puerta de la gestoría donde trabaja su novia, hacerla salir a la calle, bajar la ventanilla del coche, contarle su tragedia, llorar y despedirse mientras los escoltas (como siempre) mantenían su rutina de cuidar al yerno del rey Felipe... ¿No hubiera sido menos llamativo subir a la oficina donde pasó varios meses trabajando y llorar sin testigos ni fotógrafos? ¿Cuál era esa noticia que no podía esperar?

placeholder Imagen de Urdangarin llorando. ('Diez Minutos')
Imagen de Urdangarin llorando. ('Diez Minutos')

Una de las versiones que circulan para justificar el llanto es bastante creíble. Según cuentan a Vanitatis, Urdangarin había recibido la negativa de la autorización ESTA para viajar a Estados Unidos. Este documento permite entrar sin visado por motivo de negocio o turismo para estancias máximas de 90 días. El motivo del viaje era acudir a las bodas de dos de sus sobrinos, Nuala e Iñaki. No pudo ser y, en cambio, acudió la infanta Cristina con tres de los hijos.

La denegación de ese permiso tiene que ver con sus antecedentes penales. Hay un periodo de vigencia que depende de la sentencia. En el caso del exduque, condenado por prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude a la Administración Pública y dos delitos fiscales, la pena impuesta fue de cinco años y diez meses. ¿Se puede viajar con antecedentes penales? La respuesta es la siguiente, según expertos en estos protocolos.

“En los Estados Unidos de América existe un concepto jurídico, llamado 'crime of moral turpitude', que en castellano puede traducirse como ‘crimen de índole moral’. Este concepto engloba los crímenes que pueden acarrear la no autorización para viajar al territorio estadounidense. Uno de los apartados hace referencia a varios de los delitos en los que habría incurrido el exduque de Palma por el caso Nóos”.

placeholder La pareja, en una imagen de archivo. (EFE/David Aguilar)
La pareja, en una imagen de archivo. (EFE/David Aguilar)

Por ahora Iñaki Urdangarin y la infanta siguen casados. Tanta exhibición pública sería una manera de acelerar un proceso de divorcio que se encuentra en tierra de nadie. No hay que olvidar que cuando contrajeron matrimonio, hubo unas capitulaciones en las que figuraban todas las alternativas en caso de separación. Así lo contó David Rocasolano, primo de la reina Letizia, referido a los acuerdos prenupciales que tuvo que firmar la periodista antes de casarse con el entonces Príncipe. No fueron muy diferentes a las rubricadas por el exjugador de balonmano. En el momento de su boda, la duquesa de Palma pertenecía a la familia real (ahora es familia del Rey) y su matrimonio se inscribió en un registro especial. Por lo tanto, un divorcio contencioso sería muy complicado y costoso para Urdangarin.

Las últimas imágenes que hay de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín juntos se hicieron en la playa de Bidart el pasado 10 de agosto. Unas fotos en las que aparecían ambos bañándose como si la historia de la separación no fuera con ellos. Rondando a los padres, algunos de los hijos y cerca, familiares directos del que fuera duque de Palma. Todo muy correcto, muy 'comme il faut', que lo mismo sirve para un “no te quiero volver a ver” que un “soluciona cuanto antes lo nuestro”.

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