Felipe y Letizia, en el funeral de Isabel II: así fue su último encuentro público con don Juan Carlos

Estamos ante un día absolutamente histórico. A las 11 de la mañana en Londres tendrá lugar el último adiós a la reina más longeva de la historia británica. Una cita que reunirá a todas las casas reales del mundo, así como jefes de Gobierno y personalidades mundiales. Pero hay algo que también suscita bastante interés en nuestro país y que ocupará numerosos titulares y portadas. Hablamos de la presencia de los reyes Felipe y Letizia en el funeral de Isabel II, que supondrá el primer encuentro público con don Juan Carlos en más de dos años.

Hace unos días, el propio Palacio de la Zarzuela confirmaba la asistencia de los Reyes, matizando que se estaba esperando la confirmación de don Juan Carlos y doña Sofía, cuya asistencia obedecería, única y exclusivamente, a una decisión personal. Es inevitable, por tanto, que con la presencia también confirmada de los eméritos, este lunes todos los medios españoles tengan uno de sus focos -con permiso del irrepetible acontecimiento histórico- en si se da o no esa imagen de don Felipe junto a su padre en lo que sería su primera fotografía en más de dos años. Sí se vieron el pasado junio en Zarzuela, durante la visita exprés que hizo el emérito en nuestro país, aunque sin cámaras como testigo, reduciendo la reunión a algo estrictamente privado.

Y dado que no tenemos fotos para describir esa última cita familiar, de la que más tarde se supo que no había sido todo lo cordial que se esperaba, queremos poner nuestra mirada en aquel último encuentro público de Felipe y Letizia con el rey Juan Carlos. Importante, desde luego, ya que fue también la última vez que los vimos juntos antes de que saltara todo el escándalo del emérito y su hijo decidiera no solo retirarle la asignación anual, sino renunciar a la parte de su posible herencia que no tenga un origen totalmente transparente.

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Nos tenemos que ir hasta el 29 de enero de 2020, cuando se celebró el funeral de la infanta Pilar, hermana de don Juan Carlos. Fallecida el 8 de enero anterior y enterrada en la intimidad, la familia real quiso que se la despidiera de forma mucho más pomposa en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, con presencia incluso de miembros de algunas casas reales europeas, aunque más debido a la amistad que a la diplomacia o las relaciones institucionales. Los reyes Felipe y Letizia presidieron el servicio religioso, en el que también coincidieron con las infantas Elena y Cristina después de mucho tiempo.

Siguiendo el protocolo, don Felipe y doña Letizia eran los últimos en llegar, saludando en las puertas del templo a los cinco hijos de doña Pilar: Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando Gómez-Acebo. Una vez en el interior de la basílica, se acercaron a don Juan Carlos y doña Sofía y los saludaron a ambos con un beso en la mejilla ante la mirada de las infantas, situadas tras los eméritos. Si algo llamó la atención de aquella fotografía no fue el beso -algo en ese momento más que normal, tratándose de un padre y un hijo-, sino el aspecto que presentaba el antiguo monarca, bastante desmejorado y avejentado, además de muy apenado por el fallecimiento de su hermana mayor.

Fue un encuentro triste por las circunstancias, pero don Felipe y don Juan Carlos dieron una imagen de cordialidad que no hacía presagiar en absoluto la crisis familiar de la que tendríamos noticia cuarenta y seis días después, cuando el monarca emitía ese demoledor comunicado. No fue la única gran crisis en el seno de los Borbón: aún vendría otra unos meses después, cuando el emérito decidió poner tierra de por medio e instalarse en Emiratos Árabes ante las continuas informaciones que surgían sobre sus cuestionables actividades económicas

El hecho de si habrá fotos o no de los cuatro juntos, Reyes actuales y eméritos, es un misterio, aunque todo indica que no será fácil que compartan plano. Como jefe de Estado, don Felipe ocupará junto a doña Letizia uno de los asientos delanteros de la abadía de Westminster, donde tendrá lugar el funeral de Isabel II, y no es el caso de don Juan Carlos y doña Sofía, que estarán unas filas más atrás. Pero finalmente, si se da esa imagen, es más que probable que no tenga ese tinte de cordialidad que se ve en las fotografías del último encuentro público de padre e hijo, teniendo en cuenta todos los acontecimientos que se han ido sucediendo en el seno familiar desde entonces.

Ya la última reunión familiar el pasado junio en Zarzuela no fue todo lo agradable que se esperaba, lo que luego provocó, entre otros motivos, que don Juan Carlos cancelara sin fecha el que hubiera sido su segundo viaje a nuestro país desde su 'exilio' voluntario. Este lunes, aunque no será en suelo español, volverá a haber un encuentro público de Felipe y Letizia con don Juan Carlos. La pregunta es si con las cámaras como testigo, escenificarán cierta cordialidad o, precisamente sabiendo que hay miles de ojos puestos en él, el monarca dejará clara la brecha que desde hace más de dos años lo separa de su padre.