La emotiva presencia de los corgis de Isabel II en su funeral
Han sido muchos los usuarios de las redes sociales que se han emocionado ante el detalle de que las mascotas de la reina hayan aguardado al cortejo fúnebre
El pueblo británico afronta uno de los días más tristes en la historia de su país a causa de la muerte de Isabel II. El funeral, que se ha celebrado hoy mismo, primero en la abadía de Westminster y, posteriormente, de forma privada en la capilla de San Jorge tras un largo cortejo fúnebre, ha causado máxima expectación en todo el mundo, al tratarse de un acontecimiento histórico, así como al haber reunido a importantes personalidades de todo el planeta, entre las que se encuentran numerosos miembros de las distintas familias reales europeas, como por ejemplo la nuestra.
Miles de personas han querido dar su último adiós a la monarca estas últimas horas en Westminster Hall, donde se encontraba ubicada la capilla ardiente, aunque quienes más lo han sentido, sin duda, y quienes están experimentando todo tipo de sensaciones estos días son sus familiares más cercanos: desde el nuevo rey Carlos a sus nietos, que protagonizaban el acto de la vigilia por primera vez. No en vano, hay quienes, desde sus casas, se han acordado de otros integrantes de la familia, a la que la reina Isabel II estaba muy unida.
Efectivamente, hablamos de sus corgis, a quienes los usuarios de las redes sociales echaban en falta desde primera hora del día, cuando daba comienzo el funeral. Lo que pocos imaginaban entonces es que los perros sí harían acto de presencia en este emotivo día, aguardando la llegada del cortejo fúnebre en el castillo de Windsor. Una imagen anecdótica que muchos aseguran que se debe a un deseo expreso y personal de Isabel II, aunque no hay confirmación oficial.
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Custodiados por dos personas de su servicio, Muick y Sandy, que así se llaman las dos mascotas, contemplaban la procesión, plácidamente sentados y dando su particular último adiós a su dueña con la que vivieron tantos buenos momentos. No eran los únicos, pues también se ha podido ver al que era uno de los caballos favoritos de Isabel II, Emma, en las inmediaciones del enclave, mientras circulaba el coche fúnebre por delante.
En un acto de espontaneidad, el príncipe Andrés se ha querido acercar a saludar a ambos perros y es que fue él quien se los regaló a su madre, hace poco más de un año para animarla ante el fallecimiento de su marido y es él quien ahora los adoptará junto a Sarah Ferguson, para que vivan en el Royal Lodge de Windsor, la finca que el príncipe comparte con su exesposa.
Actualmente, la reina tenía cinco perros, además de los dos corgis Muick y Sandy, un dorgi (cruce de corgi y dachshund) llamado Candy y dos cocker spaniel. El amor de Isabel por los corgis se remonta a 1944, cuando le regalaron a Susan por sus 18 años, y todos los corgis reales posteriores criados por la monarca descienden de aquella perrita.
Desde su ascenso al trono, la reina ha sido propietaria de más de treinta corgis, además de otros animales de compañía, incluyendo diferentes razas de perros, caballos y ponis, en los que a menudo se la ha visto pasear. Al parecer, dejó de criar corgis en 2015, porque "no quería dejar ninguno", en caso de su muerte. Una regla que, a la vista está, no dudaron en romper para que las mascotas le hicieran compañía.
Los corgis han tenido un importante papel en la familia real británica no solo por el especial vínculo que tenían con su dueña, sino también porque llegaron a convertirse en protagonistas de muchas anécdotas y divertidos momentos, como cuando Isabel II grabó un divertido e inusual vídeo junto a sus corgis y al entonces James Bond, Daniel Craig, con motivo de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.
El pueblo británico afronta uno de los días más tristes en la historia de su país a causa de la muerte de Isabel II. El funeral, que se ha celebrado hoy mismo, primero en la abadía de Westminster y, posteriormente, de forma privada en la capilla de San Jorge tras un largo cortejo fúnebre, ha causado máxima expectación en todo el mundo, al tratarse de un acontecimiento histórico, así como al haber reunido a importantes personalidades de todo el planeta, entre las que se encuentran numerosos miembros de las distintas familias reales europeas, como por ejemplo la nuestra.