Jordi Amat, el futbolista de primera que se ha convertido en príncipe de Indonesia

Afortunada o desafortunadamente, nadie nunca sabe qué le tiene deparado el destino y, en ocasiones, el dicho sobre que los caminos de la vida son misteriosos se transforma en realidad. Es el caso de Jordi Amat, un futbolista catalán de treinta años que ha pasado de jugar en algunos de los estadios más importantes de la primera división española de la mano del Espanyol, el Rayo Vallecano y el Betis a ser nombrado príncipe, casi por sorpresa, de una de las islas más grandes de Indonesia.

Amat inició su trayectoria deportiva en nuestro país de la forma más exitosa posible, llegando a lucir las camisetas de las categorías inferiores de la selección española. Sin embargo, su auge se fue disipando y jamás llegó a debutar con la absoluta. Este hecho hizo que intentase probar suerte fuera de nuestras fronteras, viajando hasta Inglaterra y acabando incluso en la Superliga de Malasia. Precisamente, en este país asiático volvió a reconectar con sus orígenes, los cuales le recordaron que por sus venas corrían restos de ‘sangre azul’.

Su abuela no es una mera mujer de Indonesia, sino que ostenta el título de princesa de Siau, una población de un total de 22.000 habitantes. Este cargo, que se transmite de forma hereditaria en línea descendente, es regentado por su familia desde que el tatarabuelo del futbolista fue conocido como rajá, un privilegio nobiliario equivalente a rey.

Consciente de la situación, Jordi Amat decidió mudarse a la región y solicitar la nacionalidad, la cual le fue concedida el pasado mes de noviembre. De esta manera, como ciudadano de pleno derecho tras jurar bandera en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Indonesia, pudo pedir ante las instituciones correspondientes su posición. Según informa el Consejo Real del Sultanato de Nusantara, ya ha recibido el título de príncipe heredero oficialmente. Sin embargo, el futbolista aseguró a los medios: “Solo estamos esperando que me entreguen el documento para certificar el título”.

Además, quiso emitir un mensaje de admiración al que desde siempre ha considerado su país. “Estoy muy contento y orgulloso de ser ciudadano indonesio y también lo está mi familia. No tengo palabras para describir mis sentimientos ahora mismo. Aún recuerdo cuando mi abuela de pequeño me contaba la historia de que era príncipe heredero”, declaró.

Por otro lado, Amat no solo ejercerá su rol nobiliario, sino que ahora también forma parte de la selección nacional de fútbol de Indonesia, siguiendo la estela de otros royals españoles como el rey Felipe VI que más allá de su labor institucional también representaron deportivamente a su país.

El compromiso del príncipe de Siau con su nuevo trabajo y su región es tal que, según apuntan varios medios locales, ha comenzado a formarse y dominar el idioma bahasa para comunicarse con los ciudadanos de la isla y con sus nuevos compañeros. De esta manera, Jordi Amat prueba las ganas de cumplir con sus funciones nobiliarias, que, aunque llegaron a su vida de forma completamente inesperada, han supuesto una etapa llena de ilusión y retos para el deportista.