Máxima de Holanda, de luto y con broche de perlas en un día crucial para la historia de los Países Bajos

Sin duda, es una de las fiestas nacionales de los Países Bajos más relevantes del año. En ella, todo el país se tiñe de luto para conmemorar a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto. Como año, los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda han formado parte del evento, presidiéndolo y colocando la primera ofrenda floral en la plaza Dam de la capital holandesa.

El primer acto de esta índole tuvo lugar en 1945 en la misma plaza y desde entonces es una tradición, aunque no fue fiesta nacional anual hasta 1990. A partir de las 18:00, todas las banderas del país se alzan a media asta, y solo media hora después, tiene lugar la Marcha del Silencio, que parte desde Stadhuisplein hasta la plaza Dam.

Antes de la ceremonia, se ha podido ver a los reyes llegando al Palacio Real, situado en la plaza del centro de Ámsterdam, y una vez más, la reina ha utilizado una vestimenta acorde con el sentimiento del día. Es usual que vista siempre de negro, símbolo de luto, para mostrar respeto hacia los afectados por la guerra, quienes tienen unos minutos para hablar en la ceremonia. Esta vez, ha lucido un abrigo negro hasta las rodillas, junto a un tocado negro, sobrio y elegante, para la ocasión.

Además, como es habitual, ha añadido algo de color a su vestimenta con un broche de perlas prendido en su abrigo. El accesorio se encuentra rodeado de brillantes, adquiriendo una forma parecida a una flor y cuenta con otra perla más colgando, que combina a la perfección con los pendientes, también realizados en esta piedra preciosa. Por otro lado ha querido que estos no fuesen los únicos accesorios de su look y ha añadido más alhajas a conjunto, como unas pulseras de brillantes junto a un anillo con una gran perla en su centro, al estilismo.

Como decíamos, es una fecha muy emotiva para el país y por ello es normal encontrar a la propia Máxima de Holanda al borde de las lágrimas mientras escucha testimonios de familias y víctimas de la guerra. Es un momento en el que Holanda se paraliza por completo y en el que los minutos de silencio se respetan en todo el territorio nacional. De esta forma, la reina consorte refleja todo el sentimiento nacional con su vestimenta en el acto, año tras año, mostrando el respeto y la emoción de la ceremonia.