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Máxima de Holanda, de luto riguroso, se emociona en el Día de la Liberación
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Máxima de Holanda, de luto riguroso, se emociona en el Día de la Liberación

Los reyes de los Países Bajos han celebrado hoy, como todos los años, el Día de la Liberación en la plaza Dam y la consorte no ha podido evitar las lágrimas

Foto: Guillermo y Máxima de Holanda, a su llegada a la plaza Dam. (EFE/Remko)
Guillermo y Máxima de Holanda, a su llegada a la plaza Dam. (EFE/Remko)

El Día de la Liberación es una de las fiestas nacionales de los Países Bajos más relevantes del año, pues se conmemora la retirada de las fuerzas de ocupación nazis del territorio holandés. Tras las celebraciones del pasado mes con motivo del Día del Rey que finalizaron el pasado 27 de abril con el cumpleaños de Guillermo de Holanda, y donde vimos a Máxima bailar y entonar el 'Cielito lindo', se da paso a dos días de luto riguroso donde todo el país se paraliza en memoria de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.

El día 4 y 5 de mayo se recuerda a los caídos en esta trágica guerra y los homenajes dan inicio con la primera ofrenda floral que colocan los reyes en la famosa plaza Dam de Ámsterdam. La reina consorte siempre se viste de negro para esta ocasión en una muestra de respeto absoluto hacia los afectados. Además, es una vestimenta que va a juego con la sensibilidad que suele mostrar ante los testimonios de supervivientes del Holocausto, familiares de las víctimas y demás personas que se vieron afectadas por la guerra y que tienen unos minutos para hablar en la ceremonia.

placeholder Máxima de Holanda y el rey Guillermo, en la plaza Dam. (EFE/Waal)
Máxima de Holanda y el rey Guillermo, en la plaza Dam. (EFE/Waal)

La liberación de las fuerzas de ocupación alemanas y japonesas se celebró por primera vez en agosto de 1945, fecha que coincidía con el Día de la Reina, que por aquel entonces era Guillermina de los Países Bajos. Debido a que coincidía con el cumpleaños de la bisabuela del actual rey, se optó por cambiar la festividad al día de los acuerdos de rendición y se celebró hasta 1990 cada cinco años. No fue hasta 1990 que se declaró una fiesta nacional anual, con lo que terminó convirtiéndose en dos días de actividades, festivales y homenajes que tienen lugar en todo el país.

La mayoría de los holandeses sienten mucho el Día de la Liberación, pues es una fecha en la que el país se paraliza casi por completo. De hecho, la estima que le tienen al Bevrijdingsdag, por su nombre en neerlandés, es tal que se respetan los minutos de silencio en todo el territorio nacional, no hay servicios de taxis ni transporte público mientras dura la ceremonia y se pide a los conductores que detengan su coche en el arcén para respetar el duelo.

placeholder Máxima de Holanda. (EFE/EPA/Remko de Waal)
Máxima de Holanda. (EFE/EPA/Remko de Waal)

Este año, la ceremonia ha sido particularmente emocionante para el pueblo holandés, pues la celebración ha estado abierta al público por primera vez desde que se desató la crisis del coronavirus hace ya dos años. Cientos de personas se reunieron en la plaza Dam y dieron la bienvenida a la pareja real entre vítores y aplausos a eso de las 5:50 de la tarde.

El discurso anual del 4 de mayo ha quedado a cargo del reconocido presentador Hans Goedkoop, que comenzaba dirigiéndose al público asegurando que "parece que volviera a ser 1939". Unos instantes más tarde, cuando solo faltaban 10 minutos para que tuvieran lugar los rutinarios dos minutos de silencio en honor a los fallecidos en la Segunda Guerra Mundial, los reyes se acercaron al Monumento Nacional de la plaza y depositaron su primera ofrenda floral. Después les seguirían todos los ministros y, una vez finalizada la ceremonia, pasó a ser el turno de todos los asistentes que quisieron hacer lo propio con ramos de flores y coronas.

placeholder El rey Guillermo y Máxima de Holanda, después de depositar su ofrenda en el Monumento Nacional. (EFE/Van Weel)
El rey Guillermo y Máxima de Holanda, después de depositar su ofrenda en el Monumento Nacional. (EFE/Van Weel)

Máxima Zorreguieta apostó por un estilismo completamente negro, como de costumbre. Concretamente, lució un abrigo de lana con detalles en terciopelo de Natan, su firma de confianza, un vestido corto a tono y un sombrero de terciopelo de Phillip Treacy. El sobretodo es una forma parte de su fondo de armario desde hace años y es una de las piezas en las que confía para celebrar esta Fiesta Nacional desde 2006. Después de estrenarlo hace ya más de 16 años, se decantó por él nuevamente en 2008, 2011 y ahora, con conjuntos y complementos similares a los que vemos en esta ocasión.

El Día de la Liberación es una de las pocas ocasiones donde contemplamos a la reina consorte de Holanda con estilismos más clásicos y discretos, aunque no faltan sus joyas para dar un toque característico de elegancia. Los pendientes de perlas y un broche de brillantes terminan de cerrar con un sobresaliente su outfit real acertado que refleja el respeto y la emoción ante la memoria de las víctimas de la guerra.

El Día de la Liberación es una de las fiestas nacionales de los Países Bajos más relevantes del año, pues se conmemora la retirada de las fuerzas de ocupación nazis del territorio holandés. Tras las celebraciones del pasado mes con motivo del Día del Rey que finalizaron el pasado 27 de abril con el cumpleaños de Guillermo de Holanda, y donde vimos a Máxima bailar y entonar el 'Cielito lindo', se da paso a dos días de luto riguroso donde todo el país se paraliza en memoria de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.

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