El cambio del rey Juan Carlos: de su gran aversión a las bodas reales a postularse como asistente
El Rey emérito asistirá este jueves a la boda de Hussein de Jordania, tras décadas sin ir a un enlace real de un heredero al trono
A la vejez viruelas. Si algo caracterizó al rey Juan Carlos durante los últimos años de su reinado fue la aversión a asistir a bodas reales. De hecho, fue don Felipe, todavía entonces Príncipe de Asturias, quien se convirtió en la mayoría de grandes enlaces de la realeza en el acompañante de su madre, hasta que llegó doña Letizia y a la emérita le tocó buscarse nuevos compañeros. Sin embargo, con el paso de los años parece que a don Juan Carlos le ha vuelto el gustillo por asistir a las grandes celebraciones royal.
De hecho, este mismo jueves, el emérito acudirá junto a doña Sofía al enlace del príncipe Hussein de Jordania con la saudí Rajwa al Saif. Desde Casa Real ya han confirmado que don Felipe y doña Letizia no podrán estar presentes en las nupcias por motivos de agenda, por lo que serán los anteriores Reyes titulares quienes representarán a la Casa Real española. Pero la cosa no queda ahí. Fue el propio Juan Carlos I quien mostró su voluntad de no faltar a la boda del heredero jordano, primogénito de Abdalá y Rania.
Quizás porque el lugar de la ceremonia, Amán, no le queda demasiado lejos de Abu Dabi, apenas tres horas de vuelo, o quizás solo porque quiere abandonar por unas horas la rutinaria vida que lleva en Emiratos. Lo cierto es que hay varios motivos por los que don Juan Carlos ha decidido asistir al enlace. También podría ser que, en este exilio dorado, eche en falta los fastos reales y a los que han sido sus 'colegas' durante tanto tiempo. De hecho, la relación de la familia real española y la jordana siempre ha sido muy cercana, sobre todo con Hussein, abuelo del novio.
A pesar de las razones que puedan haber llevado al emérito a asistir a la boda de Hussein, no deja de resultar llamativo, sobre todo si echamos la vista atrás y miramos el historial de su presencia en otros enlaces reales. Don Juan Carlos no estuvo en otras grandes bodas reales como la de Felipe y Matilde de los belgas, celebrada en diciembre de 1999. Tampoco acompañó a doña Sofía a la de Haakon y Mette-Marit en agosto de 2001, siendo el entonces Príncipe de Asturias la 'pareja' de su madre. Una boda en la que don Felipe coincidió con Eva Sannum, su por entonces novia, y que dio mucho que hablar.
No asistió don Juan Carlos a la boda de Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, que tuvo lugar en Ámsterdam en febrero de 2002, ni a la de Federico y Mary de Dinamarca, celebrada en mayo de 2004, apenas una semana antes de la de don Felipe y doña Letizia. La familia real española hizo pleno en junio de 2010 en el enlace de Victoria de Suecia con Daniel Westling, con la única excepción de don Juan Carlos, que prefirió disfrutar de sus propios planes.
Aunque sí había asistido en el pasado a las bodas de sus sobrinos Pablo y Alexia de Grecia, causó baja en la de Nicolás, quien contrajo nupcias con Tatiana Blatnik en agosto de 2010. La emérita acudió junto a don Felipe, doña Letizia, las infantas Elena y Cristina e Iñaki Urdangarin. Por supuesto, y siguiendo con su pauta, no acudió a la del príncipe Guillermo y Kate Middleton en 2011 en la abadía de Westminster, ni a la de Guillermo de Luxemburgo y Stéphanie. Muy comentada fue, asimismo, la ausencia de algún representante de la familia real española en la boda de Alberto de Mónaco con Charlène.
Doña Sofía ha sido en estos años la encargada de cumplir con estos compromisos sociales, asistiendo a bodas reales también menores, como la de Leka de Albania o de otros miembros de la familia real jordana, como la del príncipe Rashid, o la de la princesa Aya, sobrina de Abdalá II. La última boda real a la que acudió la emérita fue a la de su sobrino Philippos de Grecia con Nina Flohr, acompañada únicamente por su hermana Irene y la infanta Elena. Ahora, el matrimonio volverá a encontrarse en Amán.
A la vejez viruelas. Si algo caracterizó al rey Juan Carlos durante los últimos años de su reinado fue la aversión a asistir a bodas reales. De hecho, fue don Felipe, todavía entonces Príncipe de Asturias, quien se convirtió en la mayoría de grandes enlaces de la realeza en el acompañante de su madre, hasta que llegó doña Letizia y a la emérita le tocó buscarse nuevos compañeros. Sin embargo, con el paso de los años parece que a don Juan Carlos le ha vuelto el gustillo por asistir a las grandes celebraciones royal.
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