Camila, escudo para los rumores sobre Kate Middleton y capitana de una monarquía en recuperación
En un momento en el que las filas de efectivos de Casa Real están bajo mínimos, ella ha tomado las riendas de la agenda y ha desplegado todo su 'soft power'
Martes, 27 de febrero. La reina británica, en representación de su marido, ejerce de anfitriona en el homenaje al rey Constantino de Grecia, organizado por el propio monarca. Jueves, 29 de febrero. También la reina británica -consorte, claro está- recibe a Olena Zelenska en Clarence House, su residencia oficial. Son solo las últimas pruebas de que Camila ha desplegado su 'soft power' mientras crecen los rumores sobre Kate Middleton y su salud.
Podrían ser cosas independientes, pero no lo son. Porque la reina Camila ha tomado las riendas de una monarquía en proceso de recuperación y con las filas de efectivos bajo mínimos. Y ya sabemos que en la Corona nada se deja al azar. Y más, como en este caso, cuando estamos hablando de la salud de dos de sus miembros y uno de ellos es el propio rey.
Camila no ha tenido más remedio que convertirse en cabeza visible de la Corona y los medios de comunicación la han arropado y empujado para tal fin. Todos sabemos que es Kate Middleton el miembro femenino de la Casa Real que más titulares genera. Su ropa, sus gestos o cualquier palabra pueden ocupar innumerables entradas en todos los digitales del Reino Unido. Y también en los que no son de Reino Unido.
Pero ahora la figura femenina más representativa de la Corona es Camila. Algo paradójico teniendo en cuenta las circunstancias de su llegada a Buckingham. Es decir, con la sombra de Lady Di acompañándola permanentemente y el dato de haber sido la amante perpetua del rey Carlos. Por mucho que lo fueran porque no pudieron vivir su amor libremente y casarse en su momento.
No ha quedado otra. El rey Carlos ha cancelado su agenda pública, solo manteniendo trabajo de despacho, como llamadas telefónicas o contadísimas audiencias. La princesa de Gales permanece de baja desde su operación abdominal el pasado enero y Guillermo anunciaba que también reduciría su agenda pública para estar junto a su esposa. Y es en este punto donde entra Camila, con los medios de comunicación como cooperadores necesarios.
Porque el martes volvían a saltar todas las alarmas. El príncipe Guillermo cancelaba 'in extremis' su asistencia a la misa en memoria de Constantino de Grecia, que es, además, su padrino. Incluso estaba previsto que realizara una de las lecturas de la liturgia, que finalmente tuvo que asumir el príncipe Pablo, heredero del homenajeado.
Por supuesto, las elucubraciones no se hacían esperar y enseguida se dispararon las sospechas sobre el estado de salud de Kate Middleton, en la dirección que se viene apuntando desde el principio: su problema es grave, la preocupación de la familia es mucha, y la información que hay en los medios, ninguna. Bien porque no llega desde Buckingham o bien por simple respeto, como nos contaba hace unas semanas una periodista que trabaja en el país.
Ese mismo día, y a falta del rey Carlos, Camila ejercía de anfitriona y punto de apoyo para la reina Ana María, que viajó hasta la puerta de la capilla de San Jorge junto a la reina, sentándose en primera fila en el templo, en el lugar más destacado y que, como representante de la Corona, le corresponde. Y los días consecutivos, más agenda. Un acto en Buckingham el miércoles, un encuentro con Olena Zelenska el jueves en Clarence House.
El resultado de esta agenda tan activa es que se diluyen las especulaciones sobre la salud de Kate Middleton: los titulares vuelven a ser solo de la reina Camila. Y esto, por otro lado, tiene una consecuencia: la esposa del monarca británico vuelve a gozar de unos niveles muy altos de popularidad. Un hecho que no es baladí, teniendo en cuenta las circunstancias de su historia de amor con Carlos y lo alargada que es la sombra de Lady Di.
Uno de los estudios más recientes entre la población arroja unas cifras claras. Actualmente, el 50% de los encuestados tiene una opinión positiva sobre ella. No ha sido fácil, pero sí producto de una escalada silenciosa. Camila no ha hecho nada especial, solo estar por y para la Corona y donde y como se le pide, como ahora.
Parece una cifra baja si la comparamos con las que normalmente tenemos de Kate Middleton, cuyos niveles de popularidad son difíciles de alcanzar. Pero si partimos de la base de que en 2019 tenía 10 puntos menos de porcentaje, lo podemos considerar un muy buen resultado. El otro pico de popularidad lo tuvo en septiembre de 2022, cuando falleció la reina Isabel, quizá por el hecho de que ya era la figura femenina más importante en rango de la Casa Real.
Por otro lado, y casi más importante aún, el porcentaje de personas que tienen una percepción negativa de Camila también ha bajado, del 44% de 2019 al 39% actual. Aunque ella sabe que ni alcanzará los niveles de popularidad de la princesa de Gales -la anterior y la actual- ni podrá cambiar la opinión negativa de mucha gente.
Pero lo que sí puede hacer es convertirse, como está haciendo y contra todo pronóstico, en la persona que tome las riendas de una monarquía bajo mínimos, minimizando así no solo la ausencia del rey Carlos, sino los rumores sobre el estado de salud de Kate Middleton.
Martes, 27 de febrero. La reina británica, en representación de su marido, ejerce de anfitriona en el homenaje al rey Constantino de Grecia, organizado por el propio monarca. Jueves, 29 de febrero. También la reina británica -consorte, claro está- recibe a Olena Zelenska en Clarence House, su residencia oficial. Son solo las últimas pruebas de que Camila ha desplegado su 'soft power' mientras crecen los rumores sobre Kate Middleton y su salud.
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