La reina Camila, anfitriona y punto de apoyo de Ana María de Grecia en el homenaje a Constantino

Como si de un partido de fútbol se tratara, la alineación de la familia real británica ha presentado varias bajas para la misa funeral por el rey Constantino de Grecia que ha tenido lugar en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, después de que su fecha de celebración fuera retrasada en un principio por la enfermedad de Carlos III. Es precisamente el tratamiento contra el cáncer del monarca británico lo que ha impedido que asista a este homenaje al último rey de los helenos, que era además su primo segundo.

Tampoco han estado presentes Kate Middleton, recuperándose de su operación abdominal, y el príncipe Guillermo, que ha aducido "razones personales" para justificar su ausencia. Por lo tanto, y siguiendo con los símiles futbolísticos, ha sido la reina Camila la que se ha colocado el brazalete de capitán en esta solemne ocasión.

La esposa de Carlos III, de riguroso luto, ha ejercido como anfitriona de lujo de esta señalada cumbre de royals que ha contado con la presencia de varias familias reales europeas, con especial representación de la griega y la española, además de la británica.

La reina ha llegado a la capilla en el mismo vehículo que Ana María de Grecia, demostrándole su apoyo en este momento tan emotivo para ella.

En la iglesia hemos podido ver a la reina Camila sentada junto a la princesa Ana. El servicio religioso estuvo oficiado por el deán de Windsor, el reverendo Christopher Cocksworth.

Los duques de Gloucester, la mediática pareja que forman Zara y Mike Tindall o la princesa Benedicta de Dinamarca han sido otros de los rostros muy conocidos que han estado presentes en la capilla.

Entre los representantes de otras monarquías también hemos podido ver, por ejemplo, a la reina Noor de Jordania o al príncipe Kyril de Bulgaria, que han sido dos de los invitados más madrugadores.

Entre el público presente en San Jorge también se encontraban el príncipe Andrés junto a sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, y su exesposa Sarah Ferguson, en su reaparición tras el anuncio de que padece cáncer de piel.

Aunque Andrés está apartado de los actos de la familia real tras salir a la luz su relación con Jeffrey Epstein, sí ha estado presente hoy en Windsor al estar considerado este como un evento familiar y no oficial.

Camila y la princesa Ana, como miembros sénior de los Windsor más destacados, han estado acompañadas en el servicio religioso por la viuda de Constantino, la reina Ana María.

Su hijo mayor, el príncipe heredero Pablo, y su esposa, Marie–Chantal Miller, así como otros miembros de la familia real helena encabezados también por el príncipe Philippos, no se han querido perder la misa celebrada en la nave de la capilla del siglo XV.

En representación de nuestra familia real, han estado presentes en la capital británica tanto los reyes Felipe y Letizia como los eméritos Juan Carlos I y doña Sofía, hermana del rey Constantino.

También se han desplazado a Londres otros miembros de la familia Borbón como las infantas Elena y Cristina, esta última acompañada de su hijo Juan Urdangarin.

Aunque el príncipe de Gales, ahijado del fallecido monarca griego, no ha podido estar presente en la ceremonia, sí lo han hecho sus otros dos ahijados británicos: lady Gabriella Kingston y Amory Flint Wood, hijo de India Hicks y nieto de lady Pamela Hicks.

En las últimas horas ha trascendido que Carlos III, que tampoco pudo asistir en su día al funeral del rey Constantino por motivos de agenda, ha pedido consejo espiritual a su buen amigo el archimandrita Efraín, abad del monasterio ortodoxo griego de Vatopedi, en el Monte Athos. El religioso ha declarado a los medios de comunicación de su país: "Sí, he estado en contacto con él desde el diagnóstico y creo que lo superará. Carlos tiene una sofisticación espiritual, una vida espiritual".

El monarca, de 75 años, a quien se le diagnosticó un tipo de cáncer no revelado hace poco más de quince días, no ejerce de momento funciones públicas mientras recibe tratamiento en una clínica tampoco desvelada.