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El intento de secuestro de la princesa Ana y las tres palabras que usó para evitarlo
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50º ANIVERSARIO

El intento de secuestro de la princesa Ana y las tres palabras que usó para evitarlo

Se cumplen 50 años de aquel fatídico intento de secuestro que sufrió la única hija de Isabel II. Un hecho que cambió la seguridad de la familia real

Foto: La princesa Ana, en una imagen reciente en un festival ecuestre. (Getty)
La princesa Ana, en una imagen reciente en un festival ecuestre. (Getty)

Solemos celebrar los cumpleaños y acontecimientos felices, pero hay sucesos no muy agradables que también son dignos de recordar, especialmente si las consecuencias no son demasiado trágicas. Y es que este 20 de marzo se cumplen 50 años del intento de secuestro de la princesa Ana. Un desagradable hecho que ella misma intentó evitar con tres palabras y que atajaron entre varios policías y un boxeador.

Nos situamos en 1974, en una noche en la que la única hija de Isabel II volvía al palacio de Buckingham junto al que era su marido por aquel entonces, el capitán Mark Phillips. Circulaban por The Mall, la larga calle que une Buckingham con Trafalgar Square, cuando un coche bloqueó su paso. De él se bajó su conductor con una pistola en la mano, dispuesto a llevar a cabo el plan que había ideado.

Con lo que no contaba era con que la propia princesa Ana le haría frente, tirando de esa flema británica tan característica de los Windsor. Y es que, cuando le pidió a punta de pistola que saliera del coche, la hermana del actual rey le contestó: "Not bloody likely". Tres palabras que, traducidas al castellano, serían algo así como "no es muy probable", aunque en su expresión malsonante.

placeholder El coche en el que viajaba la princesa Ana y el del secuestrador. (Getty)
El coche en el que viajaba la princesa Ana y el del secuestrador. (Getty)

Claro que, hasta llegar a la puerta del coche, el secuestrador en potencia tuvo que sortear a su equipo de seguridad. Ian Ball, como así se llamaba, intentó ser detenido, primero, por el guardaespaldas de la princesa. Quiso la mala suerte que su pistola se encasquillara, lo que hizo que recibiera tres disparos del secuestrador en el pecho y los brazos.

También recibieron disparos el chófer y otro policía que intentó evitar la tragedia, pero por suerte no hubo que lamentar víctimas mortales. Finalmente, el secuestrador fue reducido y detenido gracias a la intervención de otro polícía y un boxeador, que se había acercado al lugar de los hechos pensando que se trataba de un accidente de tráfico.

Su ayuda para salvar la vida de la princesa Ana le valió una generosa recompensa y pudo cancelar la hipoteca de su casa cuando estaba a punto de ser desahuciado. Además, junto al resto de hombres que intentaron evitar el secuestro, recibió la medalla de San Jorge, una condecoración civil que reconoce actos de valentía como lo fue el suyo. La medalla también le ayudó económicamente, puesto que años más tarde la subastó por más de 50.000 euros.

placeholder La princesa Ana y su entonces marido, semanas antes del intento de secuestro. (Getty)
La princesa Ana y su entonces marido, semanas antes del intento de secuestro. (Getty)

Pero si se puede sacar algo positivo de aquel acontecimiento del que este miércoles se cumplen 50 años es que, desde entonces, se modificó la seguridad de los miembros de la familia real: "No había ningún vehículo de respaldo. La formación fue inexistente; pero, de nuevo, pensamos que no iba a pasar nada. Ahora están muy especializados y capacitados", admitía hace poco el detective Beaton, uno de los que evitaron la tragedia, en una entrevista.

La propia princesa Ana habló de este intento de secuestro años después para la televisión. La única hija de Isabel II aseguró en 1984 que había sido "escrupulosamente educada" con su atacante, porque habría sido "una tontería ser demasiado grosera en ese momento". Eso sí, el único momento en el que perdió los estribos fue cuando, en medio del tumulto, su vestido se rasgó. Una escena que nos recuerda a la reflejada por la serie 'The Crown', cuando un intruso se coló en la habitación de la mismísima Isabel II.

También en la entrevista que realizó la televisión británica con motivo de su 70º cumpleaños, se refirió a este suceso: "Aunque recuerdo todo lo que pasó, no puedo jurar que lo recuerdo en el orden correcto. Son como fotografías".

Solemos celebrar los cumpleaños y acontecimientos felices, pero hay sucesos no muy agradables que también son dignos de recordar, especialmente si las consecuencias no son demasiado trágicas. Y es que este 20 de marzo se cumplen 50 años del intento de secuestro de la princesa Ana. Un desagradable hecho que ella misma intentó evitar con tres palabras y que atajaron entre varios policías y un boxeador.

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