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Conoce a la princesa de Japón que marca un hito feminista en la Casa Imperial: doctorado en Oxford y soltera por convicción
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CASA IMPERIAL DE JAPÓN

Conoce a la princesa de Japón que marca un hito feminista en la Casa Imperial: doctorado en Oxford y soltera por convicción

El emperador Naruhito ha nombrado jefa de la rama Mikasa a su prima Akiko, algo que no pasaba en 200 años, durante toda la era Meiji

Foto: La princesa Akiko de Japón, nueva jefa de rama Mikasa. (EFE)
La princesa Akiko de Japón, nueva jefa de rama Mikasa. (EFE)

Hace unos meses, conocíamos la muerte de Yuriko de Mikasa, el miembro de más edad de la familia real nipona. Su muerte también dejaba un puesto libre en el entramado de la Casa Imperial, aunque la vacante ya ha sido ocupada por su nieta Akiko. Ella es la princesa de Japón que ha marcado un hito feminista en el trono del Crisantemo. Doctorada en Oxford y soltera por convicción, es el resultado de un gesto del emperador Naruhito que marca un nuevo rumbo aperturista.

Todo lo tenemos que entender relatividad, dado que esa apertura, aunque existe, es aún tenue, nada comparado a otras casas reales europeas. En Japón, de momento, no puede asumir el trono una mujer y la línea de sucesión está compuesta íntegramente por hombres. Eso ha hecho que el linaje cada vez se vea más reducido y Naruhito vea obligado a tomar ciertas decisiones.

Y una de ellas es que, para que la dinastía no se debilite, apuntarla de varias formas. Una es a través de los presupuestos, dando así poder económico a los miembros satélites de la familia real; afianzando las diferentes ramas en las que se divide la Casa Imperial, que son secundarias, pero podrían tener un papel clave si no hay herederos varones directos.

placeholder Akiko de Mikasa, en el funeral de su abuela Yuriko. (EFE)
Akiko de Mikasa, en el funeral de su abuela Yuriko. (EFE)

Así, el actual emperador ha tomado una doble decisión que beneficia a su prima segunda, la princesa Akiko, a la que recientemente ha nombrado cabeza de la Casa Mikasa, un cargo que estaba desierto desde que muriera su abuela, la princesa Yuriko. Pero algo que nos parece tan lógico, no sucedía desde hacía 200 años, durante toda la era Meiji.

Sí podían ocupar estas jefaturas las mujeres, pero lo hacían cuando enviudaban del titular, como fue el caso de Yuriko, que murió con más de 100 años. Por tanto, es la primera vez que una princesa de nacimiento y no por casamiento se convierte en jefa de una rama, sin tener que agradecer nada a un marido que es el que originalmente solía traer con él este cargo.

De hecho, en su caso y a pesar de contar ya con 43 años, no existe marido. Señalamos la edad porque estamos hablando de Japón y se trata de una de las, por lo que no es muy habitual que una mujer de la familia imperial esté soltera a esa edad, principalmente por la importancia que le dan al linaje y a la continuación de la dinastía.

placeholder La princesa Akiko de Mikasa, en una imagen de archivo. (EFE)
La princesa Akiko de Mikasa, en una imagen de archivo. (EFE)

Pero en el caso de Akiko, hay importantes motivos por los que no se ha casado. Y con este nombramiento como jefa de la rama Mikasa, es mucho más difícil que lo haga. La razón es que solo puede casarse con un miembro de la dinastía para no tener que renunciar a su estatus royal, su título de princesa y, por supuesto, su sueldo público, que también lo tiene.

De hecho, como decíamos, Naruhito afianza cada año esas diferentes ramas de la Casa Imperial, con ese reparto de presupuestos que también simboliza el reparto de responsabilidades dentro de la monarquía. En su caso, la princesa Akiko ha visto su sueldo incrementado de forma considerable, de los 6 millones de yenes anuales a los 10 millones.

Ese sueldo, que equivale a unos 57.000 euros al año, obedece a esas labores de representación que hace de Japón y de su monarquía, habitualmente vinculadas al arte, la diplomacia cultural, la arqueología y, especialmente, en las relaciones entre Japón y Turquía, en las que desempeña un papel simbólico para fortalecerlas.

Con esta jugada, la Casa Imperial da un paso importante en su estructura, adaptando el legado imperial, que siempre ha obedecido a la tradición, a los desafíos contemporáneos y los nuevos tiempos, con un protagonismo creciente de las mujeres. Un pequeño paso para un cambio de rumbo que los sectores más aperturistas del país llevan reclamando desde hace tiempo para que se reabra el debate sobre el rol de las mujeres en la sucesión.

Hace unos meses, conocíamos la muerte de Yuriko de Mikasa, el miembro de más edad de la familia real nipona. Su muerte también dejaba un puesto libre en el entramado de la Casa Imperial, aunque la vacante ya ha sido ocupada por su nieta Akiko. Ella es la princesa de Japón que ha marcado un hito feminista en el trono del Crisantemo. Doctorada en Oxford y soltera por convicción, es el resultado de un gesto del emperador Naruhito que marca un nuevo rumbo aperturista.

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