Las imágenes del histórico funeral de Yuriko de Japón, la princesa Mikasa: con más de nueve mil personas y sin los emperadores

El pasado día 15 se anunció el fallecimiento de Su Alteza Imperial Yuriko, la Princesa Mikasa, a los 101 años de edad. Era el miembro más longevo de la familia real japonesa, todo un hito en la historia. Por ello, su funeral ha sido memorable en el país asiático. Ha tenido lugar en el cementerio de Toshimagaoka, en Tokio. Hasta allí se trasladaron más de 9000 personas para presentar sus respetos durante dos sesiones.

Previamente, el cortejo fúnebre recorrió las calles de la ciudad hasta pararse delante de la Puerta Otemon, una de las principales, que da acceso al Palacio Imperial. En torno a 300 personas se congregaron allí, entre personal de la Agencia de la Casa Imperial y miembros de la Guardia Imperial. Cuando el féretro se situó, realizaron una reverencia para despedirla.

Durante el traslado destacó la presencia de su nieta, la princesa Akiko, y la princesa Hisako, viuda del príncipe Takamado. Más tarde, en la ceremonia, participaron el príncipe heredero, Akishino y su mujer, Kiko de Japón; y las hijas mayores del emperador, las princesas Aiko, Yoshiko e Hisahito. El príncipe Hisahito, que se encuentra en tercer año de secundaria, faltó a la escuela por la mañana para asistir al funeral. Asistió con un traje negro y una insignia de luto.

Los grandes ausentes fueron el emperador, Naruhito, y su mujer, la emperatriz Masako, que no fueron debido a la costumbre que rige la Casa Imperial japonesa, aunque enviaron un mensajero para mostrar sus respetos. Asimismo, aunque estaba previsto que el matrimonio acudiese a orar, tuvieron que cancelar su aparición debido al estado de salud de la emperatriz Michiko, ingresada por un accidente doméstico.

Recordado es el momento cuando la desaparecida princesa cumplió 100 años y no se olvidó de sus súbditos, a los que dirigió un comunicado: "Más de 80 años después de unirme a la familia imperial a la edad de 18 años", escribió tras convertirse en la decana de la familia imperial del país del sol naciente. Una vida centrada en su papel de abuela de sus nueve nietos y, más tarde, de sus ocho bisnietos. “Me gustaría seguir pasando mis días mientras rezo por la felicidad de la gente”, añadió.