La reina Sofía cumple 87: “Ella y Juan Carlos I hablan a menudo, son compañeros de vejez”
Los padres de Felipe VI tienen buena relación desde hace años. "Pero si ella tuviera que escoger, su hijo siempre estará primero". El exrey alaba sus cualidades en sus memorias
La Reina Sofía, en Madrid este pasado jueves. (Europa Press/José Oliva)
En febrero de 2020, en plena crisis de la monarquía y apenas unos meses antes de que el rey Juan Carlos abandonara España, la reina Sofía sorprendió a los expertos en Casa Real cuando apareció en un acto luciendo una joya que hacía años que no se ponía: su anillo de compromiso. De oro y diamantes, la sortija brillaba en su mano derecha y dejó sin palabras a quienes sostenían que los reyes eméritos no se dirigían la palabra. No es cierto.
Hace tiempo que se reconciliaron. No como pareja; sí como amigos. Son como esos ex que, ya mayores, se entienden, se acompañan y comparten recuerdos. Hoy 2 de noviembre la madre de Felipe VI celebra su 87 cumpleaños y, sin duda, recibirá la llamada de quien sigue siendo su marido.
Hablan de sus achaques, de sus hijos y de los logros de sus nietos... "Son compañeros de vejez, se respetan y se tienen cariño".
Los reyes eméritos, la reina Sofía y el rey Juan Carlos I, en el funeral de Juan Pablo II. (Gtres)
Así lo aseguran fuentes directas del entorno de ambos a Vanitatis y así lo ha comprobado este medio con fotografías en los que aparecen ellos dos juntos en situaciones cotidianas, con amigos y familia. Incluso en el 80 cumpleaños de don Juan Carlos, que organizó una fiesta que no apareció en los medios de comunicación, doña Sofía estaba sentada a su lado. Otras imágenes en las que aparece la reina Sofía despidiendo al rey Juan Carlos antes de unas regatas, en una época en la que el entonces monarca ya había dado muestras de su falta de fidelidad.
Videollamadas
Y hoy en día mantienen contacto habitual. Hablan por videollamada y comentan los temas familiares: la salud de la princesa Irene -que pasa el tiempo recluida en Zarzuela, no se encuentra del todo bien-, los logros de los nietos Urdangarin y Marichalar, las hijas y sus cuitas, y también las noticias sobre la princesa Leonor y la infanta Sofía. Estas dos últimas le generan cierta desazón al rey Juan Carlos, que no tiene relación con ellas, aunque su abuela sí la mantiene viva.
Y es en este punto en el que hay una separación entre ellos. Las mismas fuentes consultadas señalan que si algún día la pusieran entre la espada y la pared, no hay duda: la reina Sofía se pondría del lado de su hijo. Porque es su hijo y porque es el rey. Pocas personas en este país encarnan con tanta naturalidad el sentido del deber, el protocolo y la lealtad a la institución como la reina Sofía.
El rey Felipe VI y su madre, la reina Sofía, en el Portitxol, en Palma de Mallorca. (EFE/Ballesteros)
Siempre ha estado la institución por delante. Hace ya años que fueron superadas aquellas primeras infidelidades que tanto la hicieron sufrir. Tanto, que llegó a escapar de España con los niños y plantarse en la India, donde vivían su madre y su hermana. Pero regresó. Y, según la rumorología, fue la reina Federica quien convenció a su hija de que debía aguantar. “Como reina”, le habría dicho.
En este contexto, se entiende lo que ha escrito el padre de Felipe VI sobre su esposa, la mujer con la que sigue oficialmente casado aunque su relación sea fraternal. “No tiene igual en mi vida, y así seguirá siendo, aunque nuestros caminos se hayan separado desde mi partida de España. [..] Es la madre de mis hijos, una reina extraordinaria y un apoyo emocional fundamental e irremplazable”.
La reina Sofía y la princesa Leonor en los Premios Princesa de Asturias. (Gtres)
Las palabras de Juan Carlos hacia Sofía siempre han sido amables en público. Ya en la biografía escrita por José Luis de Villalonga tras largas conversaciones en Zarzuela, el rey Juan Carlos acuñó aquella frase que ha servido para definir a su mujer a lo largo de los años: “Es una gran profesional”.
Ahora, en las memorias que él mismo firma, vuelve a ensalzarla. La salva y la deja en lo más alto. A nadie habrá sorprendido, y menos a la propia reina Sofía, que seguramente se ha sentido halagada. Ella siempre ha sabido del aprecio que se tienen ahora. “Es una mujer excepcional, íntegra, bondadosa, rigurosa, devota y benevolente. La personificación de la nobleza de espíritu”, escribe, para añadir: "No le gusta que la llame ‘gran profesional’ [..] España no podría haber tenido una reina más entregada e irreprochable… Somos diferentes, pero compartimos el mismo sentido del deber".
En febrero de 2020, en plena crisis de la monarquía y apenas unos meses antes de que el rey Juan Carlos abandonara España, la reina Sofía sorprendió a los expertos en Casa Real cuando apareció en un acto luciendo una joya que hacía años que no se ponía: su anillo de compromiso. De oro y diamantes, la sortija brillaba en su mano derecha y dejó sin palabras a quienes sostenían que los reyes eméritos no se dirigían la palabra. No es cierto.