Anthony Hopkins, el hombre que se hizo actor 'por venganza' y no se habla con su hija
Leyenda viva del cine y el teatro, el actor ha vivido una existencia marcada por los matrimonios fallidos y una peligrosa adicción al alcohol que logró superar
La interpretación de Anthony Hopkins (o sir Anthony Hopkins, como muchos le llaman desde su nombramiento) en 'El padre' ha conmovido a todos. A estas alturas (el actor acumula ya 83 años de vida), parecía haberlo demostrado todo ante las cámaras. Pese a su probada versatilidad, el retrato que hace de la demencia es tan epatante que solo tiene un rival a la hora de llevarse el Oscar: el fallecido Chadwick Boseman.
Gane o no el Oscar, el Hannibal Lecter de 'El silencio de los corderos' ha tenido una carrera profesional lo suficientemente versátil y compleja que no necesita ser validada con premios. Si acaso, el más grande es seguir en activo después de tantos años y poder decir lo que le da la gana. Su espontaneidad ya quedó demostrada cuando le confesó a la periodista Rocío Ayuso, en 2016, que la venganza ha sido "el motor" de su vida.
La razón de ser de esas palabras comienza en los prolegómenos de su profesión. Contaba Hopkins a 'El País' que, cuando a los 15 años le pidió un autógrafo a Richard Burton y este respondió con desdén, supo que algún día estaría a su altura. "Fue la inseguridad y el sentimiento de ser la última mierda que tuve cuando le pedí un autógrafo lo que me dio la furia para saber que un día me vengaría”. Fue ahí como el hijo de un panadero galés empezó a hacerse un nombre en las tablas al lado de ilustres como Laurence Olivier o Joan Polwright. El cine también llamó a sus puertas cuando, en 1968, fue parte del reparto de 'El león en invierno' junto a Katharine Hepburn y Peter O'Toole. De la indomable Kate decía que era "una suela dura de roer".
Aunque su carrera no tardó en despegar, su vida personal ha tardado en estabilizarse. Aparte de vencer una adicción al alcohol, Hopkins ha tenido que vérselas con matrimonios fallidos y una mala relación con Abigail, su única hija. Todo empieza en 1972 cuando, tras seis años junto a su primera mujer, la actriz Petronella Barker, el actor se fue de su domicilio conyugal. Su retoño tenía entonces 14 meses y parece que aquel divorcio cortó hilos con su hija y estableció una relación intermitente. Aunque recuperaron su contacto en los años 90, hace tiempo que ni siquiera se ven, algo que el protagonista de 'El silencio de los corderos' explicaba con la mayor normalidad en una entrevista radiofónica emitida hace dos años. "La gente rompe. Las familias se separan y sabes, la vida sigue. La gente toma decisiones. No me importa", ha dicho.
A principios de los 70, el actor conoció a Jennifer Lynton, la que sería su segunda esposa. Por aquellos, su vida era un ir y venir de borracheras y adicción que podrían haberle costado la vida. "Pensé, tengo que parar esto porque voy a matar a alguien o a mí mismo. Mi vida, a partir de ese momento, adquirió un nuevo significado", dijo en una ocasión. Casado en 1973, sus infidelidades acabaron dando al traste también con aquel matrimonio, que finalizó en 2002 tras un cruce de reproches que lo dejaban a la altura del betún. Unos meses más tarde, en 2003, contrajo matrimonio en terceras nupcias con Stella Arroyave, dieciocho años más joven que él. Ella, ha dicho, trajo la positividad a su vida en un momento en el que estaba a punto de caer en la depresión.
Leyenda viva del cine y el teatro, Anthony Hopkins se ha convertido en una estrella respetada y reverenciada, cuya voz grave y mirada profunda ha dado grandes momentos de gloria al mundo de la interpretación. 'El padre' ha vuelto a colocarlo en la casilla de salida para obtener un segundo Oscar.
La interpretación de Anthony Hopkins (o sir Anthony Hopkins, como muchos le llaman desde su nombramiento) en 'El padre' ha conmovido a todos. A estas alturas (el actor acumula ya 83 años de vida), parecía haberlo demostrado todo ante las cámaras. Pese a su probada versatilidad, el retrato que hace de la demencia es tan epatante que solo tiene un rival a la hora de llevarse el Oscar: el fallecido Chadwick Boseman.