Así fue la infancia de Kenneth Branagh en pleno conflicto de Irlanda del Norte
El realizador estrena 'Belfast', una impactante historia de felicidad y pérdida situada en los inicios de los enfrentamientos armados de finales de los 60
A lo largo de su extensa filmografía, Kenneth Branagh nos ha contado historias épicas de Shakespeare, Agatha Christie y hasta del Universo Marvel. Pero en esta ocasión, para su última película, 'Belfast', el realizador norirlandés ha elegido una mucho más íntima y personal.
Basada en su propia infancia en Irlanda del Norte en los años sesenta, Branagh ha escrito y dirigido esta cinta en la que su alter ego infantil, Buddy (Jude Hill), es un niño de nueve años que es testigo del inicio del violento conflicto armado que sacudió su país desde 1968 hasta 1998. Aunque contempla los disturbios en la calle, a él le preocupa más jugar con sus amigos y saber por qué su padre, al que interpreta el protagonista de ‘50 sombras de Grey’, Jamie Dornan, pasa tanto tiempo fuera de casa.
La actriz de 'Outlander' Caitriona Balfe y una leyenda de la actuación como es Judi Dench forman también parte del reparto de 'Belfast', que Branagh se sentó a escribir durante el primer confinamiento de la pandemia en 2020 y cuenta con banda sonora de su compatriota, el legendario cantante Van Morrison.
El galardonado director ha relatado en las entrevistas de promoción de la película cómo su familia se vio envuelta en lo que se denominó como The Troubles y recuerda haber presenciado una revuelta en las calles de la forma en que ha retratado a Buddy observándola en 'Belfast'.
"La vida era feliz y luego la vida ya no era feliz", resume su infancia en aquel momento el director en conversación con 'Deadline': "Quería que el centro de esta película tratara de retratar cómo se entiende aquella fragilidad, porque me dejó completamente perplejo cuando era niño".
"El mismo lugar, los mismos vecinos, la misma ciudad, la misma calle y, sin embargo, en pocas horas, una transformación completa de lo que era nuestra vida. Cómo de una sensación de estar completamente a gusto y libre dentro de ese mundo se pasa a todo lo contrario. Te vigilan, te escuchan, te espían, tienes que firmar la entrada y la salida", añadía.
Aunque el tema es ciertamente oscuro –a lo largo de tres décadas el conflicto provocó más de 3.500 muertos y decenas de miles de desplazados–, Branagh ha optado por centrarse en reflejarlo al más puro estilo irlandés, con humor, baile y música.
Nacido en el seno de una familia protestante que era dueña de una importante explotación ganadera, el cineasta tenía nueve años cuando sus padres decidieron abandonar la ciudad.
"Se me saltaron las lágrimas cuando mis padres me hablaron de la mudanza, a pesar de sus promesas de tener un jardín y mi propia cama", escribió en su autobiografía, 'Beginnings'. "Al final de una noche de sollozos, me atreví a preguntar: '¿Dónde vamos?'. 'A Reading (una ciudad inglesa), hijo'. Mi padre hablaba como si estuviera refiriéndose a la Tierra Prometida".
Viviendo un conflicto de identidad que le hizo adoptar el acento inglés en la escuela mientras mantenía sus costumbres irlandesas en casa, el joven Kenneth llegaría a ser capitán del equipo de rugby y de fútbol y se apuntó a la revista del instituto, donde empezó a destacar como escritor. Sería en 1976, con 15 años, cuando viendo una representación de 'Hamlet' decidió ser actor.
A lo largo de su extensa filmografía, Kenneth Branagh nos ha contado historias épicas de Shakespeare, Agatha Christie y hasta del Universo Marvel. Pero en esta ocasión, para su última película, 'Belfast', el realizador norirlandés ha elegido una mucho más íntima y personal.
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