Cómo una Amber Heard de incógnito revolucionó el pueblo mallorquín de Costitx

La tranquila vida de los apenas 1.371 habitantes de Costitx se ha visto alterada en tan solo unos días. Nadie, incluso los extranjeros que residen desde hace años en este pequeño pueblo del interior de Mallorca, con sus casitas de piedra y alejado del trasiego de turistas, se había percatado de la llegada de una nueva e ilustre vecina. La actriz norteamericana Amber Heard llevaba ya unos meses instalada en este municipio mallorquín, alejada del foco mediático e intentando recuperarse de las consecuencias del juicio contra su exmarido, Johhny Depp, y por el que fue condenada al pago de diez millones de euros cuando saltaba la noticia.

El periódico local ‘Diario de Mallorca’ revelaba con todo lujo de detalles el paradero de la protagonista de cintas como ‘La Liga de la Justicia’ o ‘Aquaman’, una sorprendente noticia que se complementaba con unas fotografías en exclusiva que no dejaban lugar a dudas.

Jugando al despiste

El idilio de Amber Heard, de 36 años, con la isla balear viene de lejos, pues tiene algunos amigos viviendo en Mallorca desde hace años, y es gracias a ellos que conoce bien la zona. De hecho, ya este pasado mes de enero publicaba algunas fotografías paseando por las calles de Palma, aunque quiso jugar al despiste y saludar a Madrid en sus mensajes, como si en vez de en la isla estuviera en la capital. Sin embargo, ya algunos de sus fans se percataron en las imágenes de que las localizaciones nada tenían que ver con la capital y pusieron sobre la pista a varios paparazzi. Fue en verano, sin embargo, cuando parece que la intérprete tomaba la decisión de quedarse de manera permanente en España e instalarse en Costitx, donde podría iniciar una vida más discreta.

Para lograrlo, Amber Heard ha renunciado a su nombre y ahora se hace llamar Martha Jane Cannary, tal y como cuenta dicho periódico local. Una elección curiosa, pues se trata de una combinación del nombre de una heroína norteamericana del siglo XIX, histórica exploradora en un mundo de hombres. Esa nueva identidad es la que luce en la entrada de su casa en Costitx, una vivienda de renombre pues es propiedad de la familia de Maria Antònia Munar, histórica política balear y presidenta del Consell de Mallorca que fue condenada en 2013 a once años de cárcel por corrupción. Allí reside desde hace unos meses en régimen de alquiler Amber y su familia, con la que intenta mantener una vida de lo más tradicional y tranquila, sin esconderse y paseando como una lugareña más.

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Es habitual verla por las calles de Costitx junto a pequeña hija Oonagh Paige, nacida a través de un vientre de alquiler en el año 2021, y junto a su pareja, la directora de fotografía Bianca Butti, con quien mantiene una relación sentimental desde hace dos años y con la que ya había mantenido un idilio en su juventud. Suelen salir a hacer la compra al mercado local, con la bebé en su mochila, a jugar a los columpios de la zona o a tomar un café en uno de los bares del pueblo.

Además, y según cuenta el ‘Última Hora’, la pequeña también estaría escolarizada en una guardería cercana, aunque algunos vecinos apuntan a que es una señora inglesa quien cuidaría de la hija de Amber cuando esta tiene algún compromiso profesional. Otras voces, gente más cercana a la pareja pero que prefiere mantener el anonimato, aseguran que están ya muy implicadas con la cultura local, y que en algunas de las pequeñas fiestas para amigos que organizan, la intérprete se ha atrevido a cocinar recetas mallorquinas, como el famoso tumbet, plato elaborado con hortalizas y verduras de temporada, como el calabacín, la berenjena, el pimiento y la patata, además de una salsa de tomate frito.

Centrada en su papel de madre

Nada más finalizar el polémico y mediático juicio que protagonizó contra Johnny Depp, y tras recibir un linchamiento en redes sociales, la actriz aseguró que se alejaría de la actuación para enfocarse en su papel de madre. Así que hizo maletas y optó por irse de vacaciones por Europa para acabar asentándose en Mallorca. Si será su residencia definitiva está por ver, pues en los Estados Unidos aún tiene muchos asuntos pendientes que resolver, como la condena que le impuso la corte norteamericana de pagar a su exmarido 10 millones de dólares por daños punitivos.

Amber, que se ha visto obligada a vender su casa en California para poder hacer frente a la multa y que incluso se declaró en bancarrota, de momento quiere hacer borrón y cuenta nueva poniendo todo un continente de por medio. Quizás sea en Mallorca donde encuentre la paz que tanto ansía.