El misterioso comprador que ha pagado en subasta un millón de euros por la tiara Astor, una rara joya de diamantes y turquesas
La tiara permaneció escondida durante 70 años, pero ahora ha ocupado todos los titulares del Reino Unido por el asombroso precio que un comprador ha pagado por ella en subasta
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No es muy habitual, incluso desde la propia casa Bonhams están muy sorprendidos por el resultado, ya que ha alcanzado el triple de su precio de salida. Un misterioso comprador ha pagado en subasta un millón de euros por la tiara Astor, una rara joya de diamantes y turquesas que salía a la venta este jueves en Londres. Estuvo más de 70 años sin ver la luz, pero ahora ha ocupado muchos titulares de Reino Unido por la asombrosa cantidad que ha desembolsado una persona, cuya identidad es un misterio.
Como suele pasar en estos casos, es muy posible que nunca sepamos quién la ha comprado, solo si en algún momento esta excepcional tiara se muestra en público. Pero tenemos clarísimo que su cuenta corriente es bastante abultada, puesto que no ha dudado en pagar, concretamente, 889.400 libras, algo más de un millón de euros. Una cantidad muy superior al precio de salida, que estaba estipulado en 250.000 libras.
De hecho, en la ficha de la joya que la casa tenía publicada para su subasta, avanzaban que podría alcanzar las 400.000 libras. Y finalmente, ha sido muy superior, gracias a las ofertas que han recibido de diferentes partes del mundo, tal y como han comentado los responsables de Bonhams.
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Eso sí, del afortunado que ganó la puja, no se sabe nada de nada. Desde Vanitatis nos hemos puesto en contacto con Bonhams para conocer alguna pista del comprador, por pequeña que fuera. Pero ellos, escrupulosos como son con la identidad de sus clientes, nos la han negado, muy amablemente, pero sin rodeos: "Debido a la confidencialidad del cliente, no podemos revelar detalles sobre el comprador de la tiara", nos dicen.
Los motivos por los que este misterioso comprador ha pagado tres veces más de lo esperado por esta tiara son variados. Recurrimos al joyero y experto gemólogo Iñaki Torres, que lo tiene claro con solo ver la imagen de la tiara: "No es una tiara al uso. La peculiaridad de que sea con turquesas la hace única, no suele haber muchas en el mercado".
Estamos hablando de un diseño con plumas, hojas y volutas talladas en turquesa e inspiradas en motivos egipcios, indios y persas. Y esas turquesas van montadas sobre una base de diamantes, con uno central de 3 quilates y otros más pequeños que suman 11. Pero, según Torres, no nos debe sorprender mucho el hecho de que se haya vendido por esa cantidad, y no solo por las piedras preciosas y su peculiaridad.
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"Una tiara normal y corriente sí puede venderse por 250.000 libras. Una tiara de Cartier por 250.000 es un regalo, no existe. Muchas veces las casas de subastas ponen ese tipo de 'ganchos' para atraer a posibles compradores. Pero ese precio hubiera sido muy barato. Y en este caso, la peculiaridad de que esté hecha con turquesas, la hace muy única", nos cuenta.
Tampoco habría que descartar que el comprador quedara fascinado con la historia de su primera propietaria, Nancy Witcher Langhorne, que se convirtió en vizcondesa de Astor en 1906. Aunque nació en Estados Unidos, se convirtió en la primera mujer que ocupó un escaño en la Cámara de los Comunes y luchó, entre otras cosas, porque se elevara la edad a la que estaba permitido beber alcohol y bajara la del sufragio femenino.
La propietaria de la tiara Astor, tan única como ella
Lady Astor fue muy conocida por su ingenio, que encandiló a todos los que la conocieron desde su primer viaje a Reino Unido. De hecho, su personalidad le sirvió para convertirse en la anfitriona de las reuniones de la alta sociedad más deseadas de la época, tanto en la capital británica como en Berkshire, donde estaba situada la casa de campo del matrimonio, Cliveden, que sirvió de hospital en la Segunda Guerra Mundial.
Las crónicas de aquellos años reflejan su enemistad con Winston Churchill, al que llegó a decir que, si fuera su esposa, envenenaría su café, con la rápida respuesta del Primer Ministro: "Si yo fuera su marido, me lo bebería".
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La diadema fue un regalo de su marido, el vizconde Astor, que la compró en 1930 en Cartier. Un año antes, la tiara se había registrado en los archivos de la conocida casa, al haber recibido el encargo de añadir las turquesas en forma de plumas y hojas a un 'bandeau' de diamantes ya existente y creado años antes por Boucheron. Nancy Astor la estrenó en 1931 y la lució en diferentes citas, como también lo hicieron su hermana o su nieta, a quienes prestó la tiara sin ningún problema.
La última vez que se vio la tiara en público fue en 1953, cuando Lady Jane Heathcote-Drummond-Willoughby, una de las nietas de Lady Astor que había ejercido de dama de honor en la coronación de Isabel II, la llevó para la posterior gala que tuvo lugar en Covent Garden. Desde entonces, la pieza había permanecido en paradero desconocido y ha sido ahora, con esta salida a subasta, cuando se ha sabido que la tenían los descendientes del hijo pequeño del matrimonio, Sir Jakie Astor.
Descendientes que, gracias a esta venta, van a tener sus cuentas bastante saneadas. Se desprenden de una tiara única, pero ganan, salvo comisiones de la casa de subastas, más un millón de euros. Ahora es otro propietario el que disfrutará de ella, un comprador misterioso que quiere permanecer, al menos de momento, en el anonimato.
No es muy habitual, incluso desde la propia casa Bonhams están muy sorprendidos por el resultado, ya que ha alcanzado el triple de su precio de salida. Un misterioso comprador ha pagado en subasta un millón de euros por la tiara Astor, una rara joya de diamantes y turquesas que salía a la venta este jueves en Londres. Estuvo más de 70 años sin ver la luz, pero ahora ha ocupado muchos titulares de Reino Unido por la asombrosa cantidad que ha desembolsado una persona, cuya identidad es un misterio.