El que ríe el primero ríe más… y tiene mejor salud

Un estudio afirma que simplemente con pensar que vamos a hacer algo divertido y que nos vaya a provocar la risa, como ver una película graciosa, es suficiente para que en el organismo aumenten los niveles de las hormonas protectoras y disminuyan los de las hormonas relacionadas con el estrés.

Esta investigación, según ha afirmado el doctor Lee Berk, profesor de la Loma Linda University en California, respalda la idea de que las creencias, los pensamientos y las emociones poseen efectos biológicos reales y mensurables. El trabajo de este doctor se ha centrado en los últimos años se en el estudio de la llamada "biología de la esperanza".

Los datos que ahora salen a la luz proceden de un estudio realizado en el 2001, mediante el que Berk demostró que varios estados de ánimo cambian para bien cuando las personas se ríen, así afirma que "las personas se sienten bien cuando ríen. Sienten menos tensión, más vigor”, lo que se traduce en menos estados anímicos negativos.

Berk sostiene que existen cambios que el denomina "biotraducciones", esto es, que la risa provoca cambios, y que la simple anticipación de la posibilidad de mirar una comedia era suficiente para aumentar los niveles de las endorfinas -las encargadas de proporcionar esa sensación ‘de bienestar’- y un aumento también de hormona del crecimiento, que resulta muy beneficiosa para el sistema inmunológico.

Berk obtuvo la conclusión de anticipar una situación para reírse baja significativamente los efectos del estrés, comparado con una intervención divertida o ninguna situando dos grupos, uno de control y otro de anticipación, al que se le informó de la posibilidad de hacer algo que provocase risa. Los niveles de cortisol, la hormona del estrés, del grupo de anticipación disminuyeron un 39% con respecto al quienes no sabían que iban a ver una película cómica.

Con la anticipación también disminuyeron un 70% los niveles de epinefrina, o adrenalina- la sustancia química que el organismo produce durante situaciones de estrés- los niveles de otra sustancia que también se produce ante este tipo de situaciones, bajaron un 38 por ciento en el grupo de anticipación comparado con el grupo control.

Para el autor del estudio, esto habla de la gran influencia biológica que tiene la esperanza. No en vano "en inglés, anticipación y expectativa son sinónimos de esperanza" afirma Perk, que cree que si buscamos experiencias positivas y que nos hagan reír esto ayudará a que nos sintamos bien.

El científico ha presentado los resultados de su última investigación dentro de la conferencia científica Experimental Biology 2008, en la reunión anual de la Sociedad Fisiológica. Aunque los datos proceden de un estudio realizado en el 2001, mediante el que Berk demostró que varios estados de ánimo cambian para bien cuando las personas se ríen, lo que se traduce en menos estados anímicos negativos.