Aprende de verdad a utilizar un eyeliner y transforma tu mirada
El rabillo negro es la tendencia beauty más cool de la temporada. Aprende todos los trucos de las celebrities. Si se hace bien, este clásico del maquillaje puede ser mejor que un lifting
Érase una vez hace una década un eyeliner, un flequillo y un labio rojo, el uniforme de belleza de las modernillas de entonces. Mucho tuvo que ver en ello la malhadada Amy Winehouse, quien por aquellos tiempos nos enganchaba –ironías de la vida- con su 'Rehab' y con un derroche de khôl negro. ¡Oh, ese párpado! Con más o menos maestría intentábamos copiarlo. Hasta que nos cansamos. Y dimos paso a párpados nude y glossy, sin rastro de khôl ni de máscara, las cejas como nuevas starlettes y el rosa en lugar del rojo pin up. Dichosa naturalidad.
Pues bien, esta primavera, el eyeliner renace con fuerza en las pasarelas (visto en Tom Ford, Marc Jacobs, Jason Wu o Carolina Herrera) y pronto lo hará en la calle, según predice 'The Blonde Salad', el exitoso blog de la influencer Chiara Ferragni, que se refiere a él como “la tendencia beauty mas cool de la próxima primavera/verano”. O sea: desempolvaremos el rabillo negro. Si te animas, hazlo con sutileza, como advierte Nick Barose, maquillador de Lupita Nyong’o, a la web de belleza Byrdie.com: “Siempre me fijo en la forma de los ojos y veo qué puedo añadir o quitar con el eyeliner y la sombra. Soy lo más discreto posible para que no parezca que estoy intentando que los ojos parezcan más grandes”, cuenta. Te descubrimos el poder corrector de este clásico del maquillaje. Bien utilizado, puede ser mejor que un lifting de párpados.
Ojos juntos. Se trata de conseguir un efecto óptico de separación. Para ello, comienza a trazar el eyeliner hacia la mitad del párpado, de modo que la franja hasta el lagrimal quede despejada. Acentúa el resultado marcando a conciencia con máscara el ramillete de pestañas de los extremos.
Ojos separados. El punto G es el lagrimal. Lo tocas y… voilà! Repásalo bien con el eyeliner y, desde aquí, lánzalo hacia el exterior y hacia la línea de agua del párpado inferior. Intensifica la V de este punto estratégico, como si hicieses otro rabillo por dentro del ojo (fíjate en Lily-Rose Depp o Gigi Hadid).
Ojos pequeños. Opta por un lápiz negro en lugar de una fórmula en tinta o gel, de forma que puedas difuminar los extremos, realizando un suave smokey. Tus ojos se agrandarán al instante. Comienza en el lagrimal y engrosa hacia el final. Truco extra: un poco de beis por dentro del ojo los abrirá aún más.
Ojos saltones. El truco está en 'achatarlos' ópticamente. Por ello, deberás mantener la línea con el mismo grosor a lo largo de las pestañas, para que el trazo quede en bloque. También conseguirás cerrarlos pintando de negro la línea de agua arriba y abajo.
Ojos hundidos. Esta forma acusa, sobre todo, los signos de cansancio, que el negro acentúa. Prueba a sustituir este tono por azul, verde o marrón y refrescarás la mirada. Maquilla solo de la mitad del párpado hacia fuera. En este caso, el beis en la línea de agua superior ayudará a levantarlos.
Ojos caídos. La vocación del eyeliner siempre ha sido la de corregir este tipo de mirada, tirando la línea hacia arriba. Es fácil: ve engrosando el trazo hacia el final y exagera el rabillo, alargándolo en dirección al final de la ceja. En el punto medio está la virtud, así que no exageres.
Los trucos de las famosas
• Alexa Chung. Vuelca en el eyeliner su alma rockera. Lo dibuja ¡con una púa de guitarra!
• Emily Ratajkowsky. El eyeliner favorece muchísimo a sus ojos de cervatillo.
• Gigi Hadid. No hay maquillaje que se resista a la top; tampoco el eyeliner más pin up.
Skinny Liquid Eyeliner, de Eyeko (19,50 €). Highliner, de Marc Jacobs Beauty (22 €). Master Graphic, de Maybelline (7,99 €). Signature de Chanel (38 €). Super Liner, de L'Oréal Paris (9,95 €).
Érase una vez hace una década un eyeliner, un flequillo y un labio rojo, el uniforme de belleza de las modernillas de entonces. Mucho tuvo que ver en ello la malhadada Amy Winehouse, quien por aquellos tiempos nos enganchaba –ironías de la vida- con su 'Rehab' y con un derroche de khôl negro. ¡Oh, ese párpado! Con más o menos maestría intentábamos copiarlo. Hasta que nos cansamos. Y dimos paso a párpados nude y glossy, sin rastro de khôl ni de máscara, las cejas como nuevas starlettes y el rosa en lugar del rojo pin up. Dichosa naturalidad.