El anillo que te ayuda a maquillarte y además es bonito: ¿la revolución beauty?
Lo que nos gusta un invento que además de útil sea estético. El último llega directo desde Francia y es un anillo dorado, con mucho estilo y con el poder de facilitar el maquillaje
Si te apasiona la belleza en las uñas, probablemente conocerás a Betina Goldstein, la estadounidense que ha logrado simplificar la manicura al máximo con diseños minimalistas y de pulso firme. Todo el mundo habla de sus creaciones utilizando esmaltes y aplicaciones metalizadas, pero ahora su innovación ha llegado de la otra parte de su negocio, las joyas; en concreto, los anillos.
Además de acumular likes con sus posts diarios, poco a poco el interés por los anillos que lucía en sus manos comenzó a aumentar. Para sorpresa de muchos de sus seguidores, las finísimas sortijas que Betina lucía en varios de sus dedos resultaban ser de su propia cosecha. Pero ¿son estos los anillos que van a revolucionar el ritual de maquillaje? No, el anillo que la propia Betina Goldstein quiere que simplifique tu rutina es de su nueva colección y es bastante más grande de lo normal.
La manicurista ha convertido una pieza planchiza en una paleta de pintura sobre la que depositar parte del producto que se va a utilizar. En vez de incluir una incrustación en el anillo, esta superficie es el adorno y a la vez es la parte útil de la sortija. Las dos hendiduras de la superficie están diseñadas para colocar la base de maquillaje, el esmalte o incluso el pegamento.
Aunque es difícil descifrar si la utilidad del diseño es una mera casualidad o fruto de un sesudo estudio beauty, la practicidad responde a necesidades como cuánta cantidad de producto hay que utilizar. Al aplicar la base de maquillaje, por ejemplo, resulta difícil acertar con la cantidad de cosmético, pero si se deposita una gota de base en uno de los redondos compartimentos, al no poder sobrepasar sus límites, no se abusa. Este curioso uso resulta útil para aplicar un delineado en gel o en glitter. La manicura, especialidad de Goldstein, es otra gran beneficiada, sobre todo en los diseños más minimalistas que requieren de más de un esmalte y altas dosis de precisión.
Parece que el éxito del anillo está en su economización de la cosmética. El maquillaje se aplica casi gota a gota y al poder recargar el pincel cada vez que sea necesario, tan solo acudiendo al anillo, nos ahorramos tener que volver a abrir el producto, etc. Este invento vendría a sustituir el gesto de aplicarse el maquillaje en la mano, mezclarlo y trabajarlo desde ahí y luego aplicarlo. Si te maquillas con regularidad, sabrás que el maquillaje que se deja sobre la mano y no se utiliza rápido, se seca y se pierde, por no hablar de la necesidad de estar lavándose las manos constantemente.
Pero para la instagramer ahí no queda la cosa. Un de los usos más llamativos de este anillo es convertirlo en un gadget para las pestañas postizas. En un orificio colocas las pestañas y en el otro el pegamento. Tomar, mojar y pegar. Nada de terminar con las manos pegajosas y con varias pestañas perdidas. Otro gesto que Betina repite a la hora de promocionar su anillo ‘makeup friendly’ es el de retirar el exceso de producto de la brocha o pincel dándole toquecitos a la superficie planchiza del anillo.
Aunque la campaña de marketing de Betina es sólida y parece comenzar a dar sus frutos, también hay que señalar que el anillo de la manicurista de moda es una joyita estética, algo que no podemos decir del anillo de silicona para aplicar el esmalte… Un viejo invento del pasado, que también funciona.
Si te apasiona la belleza en las uñas, probablemente conocerás a Betina Goldstein, la estadounidense que ha logrado simplificar la manicura al máximo con diseños minimalistas y de pulso firme. Todo el mundo habla de sus creaciones utilizando esmaltes y aplicaciones metalizadas, pero ahora su innovación ha llegado de la otra parte de su negocio, las joyas; en concreto, los anillos.