El 'total look' burdeos de Penélope Cruz, estandarte del glamour en el Festival de Santa Bárbara

Reconvertida en diosa del Hollywood dorado de los años 50, Penélope Cruz ha encontrado en los peinados retro y los maquillajes 'femme fatale' -que combinan labios rojos y ojos oscuros, como ya hiciera en el Festival de Cine de Venecia- su nuevo look estrella. La madrileña rehúye de los recogidos de moda que apuestan por peinados tirantes y prefiere tomar como inspiración la imagen de Sophia Loren, con la que coincidiera en el rodaje de ‘Nine’.

Este volumen retro es el truco con el que Penélope consigue que todos sus looks resulten enormemente favorecedores. Si la raíz del cabello está peinada con una mayor tersura, entonces el recogido será más esponjoso y viceversa. Pe ha dado con los peinados 'antiage', algo que nos quedaba claro cuando acudía a la 37ª edición del Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara.

Premiada en los Montecito Awards del festival por su interpretación en 'Madres paralelas', Penélope se paseaba por la alfombra roja con un impresionante vestido burdeos de la de la colección Pre-Fall Women Off Season 2022 de Chanel que combinaba con su maquillaje. El hasta ahora olvidado rojo burdeos se convertía en el leitmotiv del look.

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Margarita Velasco

La española ha sabido crear un estilo muy definido y fácil de identificar en el que la forma de maquillar la mirada es el centro de su look. En esta ocasión, Penélope recurría a una sombra en tonos tierra para dar algo de color a su párpado, pero siempre con un acabado mate que acentuara la intensidad del maquillaje y difuminando una sombra más oscura al final de la cuenca del ojo, para darle profundidad. Su truco infalible estaba, una vez más, en enmarcar el ojo con un minucioso delineado del párpado superior y el inferior en el que ni el lagrimal ni la línea de agua se escapaban del negro trazo del kohl.

Para rasgar el ojo sin rematar el delineado en un rabillo muy definido -que restaría naturalidad a la oscuridad buscada-, se emborrona el extremo hasta que ninguna línea sea perceptible. La cobertura final para sellar ese ojo enmarcado y negro la ponía la máscara de pestañas, trabajada en pro de la longitud de las pestañas.

Pero, a diferencia de en otras ocasiones en las que veíamos a Penélope con su maquillaje de ojos habitual acompañado de un labial en tonos melocotón para crear un look más natural, para subirse al escenario de los Montecito Awards, la madrileña recurría al mix de ojos y labios muy marcados. Su elección era una barra de labios cremosa en un favorecedor aunque algo otoñal rojo burdeos, muy luminoso y que jugaba a arrojar un tono cereza sobre sus labios.

No había rastro de lápiz para perfilar ni del trabajo dactilar para crear un labio mordido, sino que la barra de labios se paseaba por la boca de la madrileña, depositando tan solo una capa de carmín. Para conseguir un acabado más mate, pero confortable, el labial se sellaba con papel. La aplicación de la barra de labios resultaba fundamental para lograr que el burdeos original tornara en un tono cereza más primaveral -muy similar al tono 184 Bisou Bisou de los nuevos labiales L'Absolu Rouge Cream de Lancôme-, que no se alejara del potente burdeos de su vestido.

Para equilibrar la intensidad del maquillaje, el rostro de Penélope, sin rastro de las pecas que antaño luciera, mantenía un tono uniforme y aterciopelado, acentuado sutilmente con el paso de polvos de sol sobre pómulos y sienes.

Pe y los vestidos rojos

Embajadora de Chanel, desde que la firma parisina y la actriz madrileña unieran sus lazos, en cada una de las apariciones públicas de Penélope, la española es capaz de reinventar por completo cualquier diseño. Su última elección era el ya citado vestido de la colección Pre-Fall Women Off Season 2022, un diseño drapeado de cuello halter que formaba parte de una personal propuesta de la maison a favor de los bordados hechos a mano.

Uno de los detalles más destacados del vestido era la capa posterior que nacía del broche del escote, cayendo desde los hombros hasta el suelo. Desde aquel vestido blanco de Tom Ford que Gwyneth Paltrow lució en los Oscar del 2014, la capa se ha convertido en un accesorio de la elegancia, especialmente defendido por las primeras damas y la realeza.

Sin embargo, el centro de las miradas del vestido de Penélope Cruz en los Premios Montecito recaía en el broche, una cruz con perlas y piedras -del mismo tono burdeos que el tejido del vestido- engarzadas, en el que tampoco faltaban las cadenas y los colgantes con el logo de Chanel. La cruz, de inspiración bizantina, era uno de los elementos disruptores de aquel desfile pre-fall.

El rojo se ha colado en la paleta de colores de la actriz madrileña que, apoyada por los diseños de alta costura de la maison francesa, ya acudió al MoMA Film Benefit en Nueva York con un vestido a medida adornado con bordados de la colección de alta costura otoño-invierno 2020/21. En aquella ocasión, el moño retro con el que acompañaba la outfit no era un recogido Loren sino un moño Audrey Hepburn de libro en el que no faltaba el flequillo baby bang y que se accesorizaba con un maquillaje cat eye ultradefinido. Sea cual sea el evento, retro-Penélope tiene el look perfecto.