¿Y si tu champú morado te estuviera estropeando las uñas? Peluqueros y dermatólogos lo tienen claro

Aún recuerdo el día en el que, sentada en el sillón de la peluquería, mi estilista de confianza me dijo que tuviera cuidado con los cosméticos con pigmento porque podían resecar mucho el pelo.

Mi cabello es de naturaleza seca, así que cuando escuché la advertencia, caí en que, efectivamente, sí había notado el pelo algo más seco desde que había introducido un champú azul en mi rutina (una vez a la semana).

La cosa no quedó ahí. Otra de las apreciaciones del uso de este tipo de productos es que dedos, uñas, cutículas y pellejos se tiñen del color del pigmento y te pasas dos días escondiendo las manos porque pareces un preescolar salido de clase de pintura.

Las uñas habían comenzado a quebrarse en las esquinas, se me descamaban y tenía muchos pellejos alrededor de ellas, por no hablar de las cutículas… ¿Me estaba el champú morado estropeando las uñas? Un manicurista, un dermatólogo y una peluquera me han ayudado a descubrirlo.

El éxito de los champús morados y demás cosméticos con pigmentos

Matizar el color en el lavacabezas era, hasta hace unos años, una tarea llevada a cabo por profesionales. Los vídeos de Mounir creando impactantes rubios lino acumulaban likes en las redes sociales, ante seguidores que no podían costearse un viaje a Dubái para ponerse en las manos del peluquero. Sus cosméticos ‘mágicos’ con los que transformaba las tonalidades no eran más que los matices que siempre se han utilizado en peluquería. Pero Instagram obró la magia.

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En apenas cuatro años, los cosméticos para matizar el cabello tras una coloración, como los champús morados, las mascarillas con pigmentos, el glossing o el hair toning han colmado las estanterías de las grandes superficies de un sinfín de opciones para neutralizar los tonos que no queremos que aparezcan en nuestro cabello. Pero todo poder conlleva una gran responsabilidad y jugar a ser colorista precisaba de unas reglas que, a lo mejor, nos hemos estado saltando.

¿Resecan las uñas los tratamientos con pigmentos?

“Tanto los champús como las mascarillas y los acondicionadores que llevan color incorporan peróxido de hidrógeno y tinte semipermanente. En pequeñas cantidades, pero los llevan. El peróxido de hidrógeno es corrosivo, por lo que te pueden irritar la piel, las mucosas y debilitar las uñas”, explica Conchi Arias, fundadora del salón Campos Curlyhair en Granada. Arias también cuenta que las uñas se pigmentan, especialmente cuando son de gel, mientras que en el caso de las uñas naturales se debilitan.

¿Ocurre en los salones de manicura? Sí, existen casos, como apuntan los expertos de Carche Beauty Palace, en cuyos centros hay servicio tanto de peluquería como de manicura. El proceso, explican, se debe a que el pigmento de tonalidad azul sumado a la finalidad del champú, que es la de limpiar y quitar la grasa del cabello, puede terminar resecándolo, como consecuencia de esa retirada de la grasa. “Por eso siempre recomendamos las mascarillas o un buen acondicionador durante el servicio de color, para así proteger nuestro cabello y no resecarlo”, subrayan.

¿A qué se debe el efecto?

Identificado el peróxido de hidrógeno, presente en este tipo de cosméticos, como uno de los posibles agentes responsables de resecar las uñas y aumentar su fragilidad, le preguntamos al doctor Jorge Arroyo, dermatólogo especialista en cabello de clínica Dr. Morales Raya, sobre su verdadero efecto sobre la piel. La primera aclaración es que un champú o un acondicionador, habitualmente, se compone de entre 20 y 30 ingredientes, dentro de los cuales encontramos agentes detergentes, conservantes, siliconas, fragancias y distintos aditivos estéticos. Todo un cóctel con más o menos riesgos.

“Habitualmente se utilizan pigmentos que son capaces de mantenerse en el pelo de forma prolongada, para que el efecto que proporcionen sea duradero. Este tipo de ingredientes como el acid violet o el basic blue 124 son agentes químicos frecuentes en otros productos para el pelo como los tintes semipermanentes y permanentes”, describe el dermatólogo. Estos agentes tienen potencial de convertirse en alérgenos y causar irritación; sin embargo, no es algo que afecte a la mayoría de la población.

Pero, advierte el doctor, “el contacto durante un tiempo prolongado, tanto a nivel del cuero cabelludo como en nuestros dedos (con los que aplicamos el producto), puede provocar sequedad de la piel, irritación, descamación o incluso picor, especialmente en los pulpejos y en la zona periungueal”. Además, precisa otro dato importante, la intensidad de los pigmentos, su formulación y sus propias instrucciones de uso obligan a realizar varios aclarados del cabello para conseguir retirar el resto de pigmento de nuestro cabello. “El propio contacto prolongado con el agua puede ser otro factor irritante”, apunta.

La pigmentación de las uñas y la piel es otro efecto secundario del uso de estos productos, puesto que los componentes que habitualmente incorporan proporcionan color de forma semipermanente. Así que lo del color en las uñas durante varios días también es normal. La otra aclaración del dermatólogo repara en el cabello: “A nivel capilar, estos agentes químicos pueden actuar en la cutícula del pelo, dañándola y dándole un aspecto de pelo más frágil y de peor calidad”, de nuevo coincidiendo con el criterio de los peluqueros.

¿Cómo evitarlo?

Si estás pensando que esto supone que nunca más vas a utilizar champú morado, azul, violeta o el cosmético con pigmento que sea, puedes respirar tranquilo porque aún estás a tiempo de hacer las cosas bien, sin desperdiciar tus productos.

De entrada, la mejor forma de evitarlo es poniendo barreras, como, por ejemplo, poniéndote unos guantes. Los peluqueros no desaconsejan el uso de los pigmentos en casa, pero aclaran: “Inicialmente, cuando aparecieron este tipo de productos con pigmentos eran solo de uso profesional, porque nosotros sabemos tenerlos el tiempo necesario, sabemos luego hidratar el cabello. Somos expertos en nuestro trabajo”. La recomendación de la fundadora de Campos Curlyhair es realizar este tipo de tratamientos en un salón de peluquería. “Si lo haces en casa y no los utilizas de forma correcta, los tienes más tiempo de la cuenta o no hidratas bien, puedes tener problemas”, recuerda.

Igual que matizas tu color, es importante que matices la forma en la que empleas los champús, acondicionadores o mascarillas con pigmentos. El Dr. Morales Raya incide en la importancia de que no se apliquen de forma frecuente. “No es un champú de uso habitual y debe realizarse el aclarado trascurridos 3-4 minutos desde la aplicación”, incide el doctor Jorge Arroyo, que coincide en el uso de guantes para aplicar el producto en el caso de tener antecedentes de dermatitis o de problemas de piel sensible.

“En caso de no emplear guantes, se recomienda un especial cuidado de la piel de las manos con hidratación los días siguientes. Si se presentan lesiones rojas en la piel del cuero cabelludo o las manos que piquen tras aplicarlo, no debería descartarse que exista una alergia específica a alguno de los componentes que contienen, siendo necesario acudir a su dermatólogo”, concluye.

Una vez más, parece que el tío Ben tenía razón y un gran poder conlleva una gran responsabilidad. El inocente, o incluso aventajado, truco de utilizar champús con pigmentos para retrasar la visita al colorista puede estar resecando la piel de tus dedos, descamando tus uñas o estropeando tu manicura. Ahora nos toca leer atentamente las instrucciones de uso y valorar si el riesgo vale la pena.