¿Qué significa que tu piel está borracha? Y no, no tiene nada que ver con el alcohol

Seguro que has vivido en tu propia dermis el efecto de un par de copas extra… Desde Pure Skincare lo describen como un cutis apagado, deshidratado y cetrino consecuencia de los picos glucémicos que provoca el consumo de alcohol. Sin embargo, Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga de Byoode apunta a que una piel borracha hace referencia a la que “tiene demasiados principios activos aplicados en su rutina diaria y, lejos de ayudarla, le pueden estar produciendo una congestión o fatiga”.

Uno de los grandes problemas, y aquí confieso que hablo en primera persona, es la gran cantidad de lanzamientos cosméticos que nos conquistan día a día. Aunque ser periodista de belleza complica más la situación, basta con ser una potencial consumidora para comprobar cómo te encandilan con sus atractivas formulaciones, sus péptidos de última generación y esas texturas innovadoras que son puro placer… La cuestión más importante es tener en cuenta que no todo encaja con nuestra piel y que, un producto cosmético no es un accesorio inofensivo, sino que puede tener graves consecuencias en el órgano más grande del cuerpo, cuya misión es precisamente protegerte de las agresiones externas.

¿Cómo identificar la 'ebriedad cutánea'?

Teniendo en cuenta que cada dermis es un mundo, el exceso de activos puede manifestarse de infinidad de modos en función de las propias características cutáneas, la condición genética y el estilo de vida. Así, Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en farmacia y fundador de Twelve Beauty, afirma que puede manifestarse como “piel irritada, seca y/o con tono apagado, pero también con acné o rojeces”.

Si nos fijamos en cada una de las dolencias, podemos especificar:

• Tono apagado: Natalia Abellán, directora técnica de Ambari, afirma que se puede desencadenar “cuando se aplican muchos principios con altas cargas activas o niveles de pH muy bajos que producen en la piel procesos inflamatorios”. La consecuencia es que, incluso, se pueden apreciar signos de la edad de un modo más evidente.
• Brotes de acné: Hay varias opciones que los explican. La primera es sencilla: aplicar productos con texturas demasiado ricas para lo que realmente reclama la tez, por lo que esta se congestiona. La segunda la resuelve Bella Hurtado, directora técnica de la firma Boutijour, que reconoce que a veces, en el intento de seborregular la dermis con ingredientes como “ácidos exfoliantes, podemos caer en la política del exceso y debilitar tanto la barrera cutánea que esta, en un intento de autorrecuperarse, empieza a generar mucha más grasa, desencadenando un desnivel lipídico que puede llevar a fuertes brotes de acné”.
• Irritación: Puede ser causada por la selección de activos no adecuados, además de por “un exceso de número de productos, por cantidad de cada uno o por mala combinación entre ellos, ya que la piel no lo aguanta todo”, reconoce Inmaculada Canterla, licenciada en farmacia, especialista en dermocosmética, nutrición, dietética y medicina antiaging y directora de Cosmeceutical Center.

En cualquier caso, la farmacéutica recuerda que “las pautas autoprescritas, desordenadas, sin orden ni concierto, siempre conducen a pieles saturadas, inestables, irritadas, ocluidas… No a cutis bonitos, saludables y bellos”.

Back to basics

Si debemos tener presente que cada cutis es un mundo (con sus particularidades), tampoco podemos obviar que el universo de las formulaciones es infinito. Por eso, resulta bastante complicado establecer unas pautas generales de uso y disfrute de estas referencias. Inmaculada Canterla lo resume en que “lo primero es que una fórmula lleva ya varios activos y lo segundo es que para hablar de número de activos o número de productos hay que tener en cuenta para qué tez es. Es decir, no hay una regla fija para todo el mundo igual. Va a depender de la piel en concreto de cada persona.”

Sin embargo, la farmacéutica sí que admite que, en términos generales, una buena rutina se compone de limpieza, suero de tratamiento, hidratación, filtro solar (diurno), “teniendo en cuenta de que no todo combina con todo”.

Consejos importantes

Si no queremos llevar al cutis por el mal camino, los expertos sostienen que, más allá del sentido común, resulta importante mantener unas pautas dirigidas al puro respeto cutáneo:

• Desde Cosmeceutical Center afirman que no debemos unir la aplicación de hidroxiácidos con la de retinoides (una cosa u otra, nunca los dos a la vez) y que, si optamos por alguno de estos ingredientes, debemos trazar una rutina de día con componentes calmantes y antiinflamatorios (además de antioxidantes) para lograr un equilibrio.
• “Si notas tirantez o rojeces, habría que identificar el producto responsable y dejarlo a un lado”, apunta Pedro Catalá, aunque reconoce que en ocasiones es complicado, ya que, “en algunos casos, es la combinación de productos la que desencadena esa situación”. Su recomendación es que, si a los tres días de haber interrumpido el tratamiento, los síntomas persisten o empeoran, visites a un dermatólogo.
• Algunos consejos prácticos del cosmetólogo es que optes por una limpieza delicada y retires con agua todos los restos de esta referencia antes de continuar con el protocolo. Además, resalta la importancia de “observar bien los efectos de cada producto y esperar a la absorción completa previa a aplicar la siguiente fórmula”.
• Ten presente que existen profesionales de diferentes disciplinas que te pueden ayudar. Así, para dar con la pauta más adecuada, lo ideal es acudir a un sanitario especializado en piel que puede ser un dermatólogo (sobre todo si las consecuencias de una mala praxis ya son evidentes) o farmacéuticos especializados en formulación dermocosmética, con el fin de no caer en la tentación de entrar en la terrible dinámica de prueba-error sobre la tez.